Un grupo de niños del estado de Tamaulipas, deseaba cantar a la Virgen de Guadalupe en su santuario de la Ciudad de México pero cumplieron su sueño a miles de kilómetros de distancia en el Vaticano y ante el papa Francisco.

Los 10 pequeños, de entre nueve y 12 años de edad, tocaron y cantaron el tradicional himno “La Guadalupana”, al final de la misa dedicada a esa advocación mariana y celebrada por el papa Francisco, la noche de este miércoles en la Basílica de San Pedro.

Ubicados a pocos metros de uno de los coros más famosos del mundo, el de la Capilla Sixtina, los niños mexicanos destacaron por sus suaves voces, su vestimenta típica tamaulipeca (las tradicionales cueras) y la armonía de sus instrumentos de cuerdas: violines y violonchelos.

Los pequeños se exhibieron ante cardenales, obispos, decenas de clérigos, funcionarios de la Curia Romana, diplomáticos, invitados especiales y feligreses en general, la mayor parte de ellos de origen latinoamericano.

Jorge Valdés, director de la Orquesta Comunitaria de Reynosa y uno de los dos profesores que coordinaron el grupo, se mostró incrédulo y emocionado por haber podido cantar ese significativo himno justamente el 12 de diciembre, día de la fiesta de la Virgen morena.

Explicó que el grupo se conformó con cinco niños de Reynosa y otros cinco de la Orquesta Comunitaria de Tampico. Ambos conjuntos son parte de un sistema de orquestas y bandas que existen en cada municipio del estado, y que buscan hacer de los niños y jóvenes parte de la reconstrucción del tejido social del país.

“Son espacios de creatividad musical. No somos músicos, lo que hacemos es que los niños, a través de la música, puedan ser mejores personas. Igual tocamos y cantamos”, ilustró, en entrevista con Notimex.

El ensamble llegó hasta Roma gracias a la manifestación “Navidad mexicana en el Vaticano”, que este año protagoniza Tamaulipas y que ofreció adornos navideños monumentales realizados por artesanos de esa región para adornar diversas salas de la Santa Sede en esta temporada decembrina.

La música y los bailes completaron la oferta. Este 11 de diciembre, los niños músicos pudieron visitar la tumba de San Pedro en las grutas subterráneas de la Basílica de San Pedro y tocaron allí el mismo el himno a la Guadalupana.

Valdés destacó la aventura que ha significado la gira al Vaticano, que incluyó permisos especiales de sus padres para que los menores viajaran con uno de los dos profesores responsables, el propio Valdés o David Pesina.

“Los padres estaban muy emocionados pero, al mismo tiempo, muy nerviosos porque los niños iban a estar solos. Tenemos tiempo trabajando con las orquestas y confían en nosotros”, aseguró.

“Los niños que viajaron fueron elegidos buscando que sean los mejores en todos los sentidos: que cumplan con sus clases en la escuela, que sean buenos compañeros y que toquen bien. Estuvimos ensayando muchos meses, para hacer un buen papel. Vinimos al mejor lugar en que se pueda tocar”, añadió.

Reseñó que en Reynosa, la orquesta comunitaria lleva unos 10 años de existencia y por ella han paso miles de niños, aunque sólo un puñado de ellos ha seguido la carrera de música con estudios formales.

Precisó que ese proyecto musical ofrece oportunidades para los jóvenes, en una región donde la violencia y el narcotráfico suelen reclutar a menores de edad como sicarios.

“Este programa está enfocado a niños que, de otra manera, no podrían tener acceso a la música. Antes la música era sólo para los que tenían dinero, ahora no”, indicó.

“Todos están contentísimos de haber venido a tocar al Vaticano. Ellos encantados, muchos de ellos se están preparando para sus sacramentos y van a llegar con sus amiguitos a decir: mira, ya estuve con el Papa. Es algo para toda la vida”, estableció.

rmlgv

Google News

TEMAS RELACIONADOS

Noticias según tus intereses