Ciudad Juárez.— En materia migratoria, este 2023 concluye como inició: con miles de migrantes en la frontera norte de México esperando una oportunidad para cruzar a Estados Unidos y solicitar asilo.

Las caravanas y grupos de migrantes se vieron este año por todo el país. Cientos entran a diario por Chiapas, algunos por el río Suchiate y otros tantos a través de la selva.

Decenas de miles pasaron por Oaxaca y siguieron su camino hacia la Ciudad de México, desde donde tomaron ruta hacia el norte, por autobús o a lomos de La Bestia, el tren que volvió a cobrar protagonismo en la ruta migrante hacia el norte.

En distintos momentos, cientos quedaron varados a orillas del tren en los estados de Hidalgo y Guanajuato, y se les vio pasar por Zacatecas, Jalisco y Nuevo León.

Cruzaron en grandes grupos la frontera en Piedras Negras; otros más esperaron pacientemente su cita con las autoridades estadounidenses en las fronteras de Tijuana, Matamoros y Reynosa, pero sin duda el epicentro de la crisis migrante fue la principal frontera de Chihuahua.

La tragedia

A lo largo del año, en Ciudad Juárez se vivieron arribos masivos de migrantes que provocaron saturación de albergues y dieron origen a campamentos en ambos lados del río Bravo, en la frontera con El Paso, Texas.

El detonante fueron los cambios en las políticas migratorias de Estados Unidos, que llevaron a que miles de extranjeros, sobre todo venezolanos, llegaran a Ciudad Juárez con la intención de cruzar la frontera.

Sin embargo, en enero comenzó el reforzamiento del muro fronterizo por parte de la Guardia Nacional de Texas y entró en vigor la aplicación CBP One, donde los migrantes deben registrarse para solicitar asilo político y esperar una cita con las autoridades del Departamento de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés).

Eso orilló a que durante febrero y marzo cientos de migrantes llegaran a Juárez, a la espera de poder cruzar la frontera, mientras agentes del Instituto Nacional de Migración (INM) llevaban a cabo operativos para la detención y tras- lado de personas al sur del país.

En este marco, la noche del 27 de marzo un incendio en la estación del Instituto Nacional de Migración costó la vida a 40 personas y 27 más resultaron heridas, en su mayoría venezolanos, guatemaltecos y hondureños.

Por este hecho hay nueve personas detenidas, en su mayoría trabajadores del INM, y un venezolano, señalado de haber iniciado el fuego. Pese a la tragedia, el flujo migratorio no disminuyó, sino al contrario.

En mayo se puso fin al llamado Título 42, que permitía a las autoridades migratorias estadounidenses retornar de inmediato a quien cruzara la frontera de manera ilegal. Ante la esperanza de ser recibidos en Estados Unidos, miles de personas se dirigieron de nuevo a Ciudad Juárez.

Ciudad Juárez fue el principal escenario de la crisis migrante a lo largo del año Foto: Archivo El Universal
Ciudad Juárez fue el principal escenario de la crisis migrante a lo largo del año Foto: Archivo El Universal

Algunos lograron cruzar y que se aceptara su petición de asilo, pero miles no, ya que entró en vigor el Título 8, que obliga a los solicitantes de asilo a esperar fuera de Estados Unidos una cita a través de la aplicación CBP One.

Para junio y julio el flujo migratorio disminuyó, pero volvió a subir en agosto y septiembre. Incluso, en octubre se dio el cierre de cruce de mercancías en los puentes internacionales en El Paso, Texas, con el argumento de destinar personal a la atención de la población migrante que se entregaba a diario en la puerta 36 del muro.

Entonces, los migrantes empezaron a llegar en tren, lo que orilló a la empresa Ferromex a frenar operaciones en diversos estados del país para disminuir el flujo de extranjeros que viajaban hasta la frontera.

Esto dejó a cientos de personas varadas en Irapuato, Guanajuato y Torreón, Coahuila, puntos de paso del tren, mientras que en todo Chihuahua se realizaron operativos para evitar que los grupos llegaran a la frontera norte.

En noviembre, el titular del INM, Francisco Garduño, informó que el flujo migrante bajó en 30%, pero eso no duró mucho. A partir del 1 de diciembre el INM suspendió los retornos asistidos o traslados de migrantes irregulares vía aérea o terrestre ante la falta de presupuesto.

En consecuencia, el flujo migrante volvió a crecer. En Ciudad Juárez se registraron picos de llegada de hasta 500 migrantes en tren en un día.

Una realidad sin solución

Activistas lamentan que, después de todo, no existan políticas públicas que garanticen la seguridad de las personas migrantes en su paso por México.

“Siento que hemos retrocedido en generar esa ruta segura para los migrantes, en que la migración sea segura, ordenada y no sólo para ellos, sino para quienes habitamos en la ciudades donde las migraciones van en aumento”, dice Francisco Javier Bueno, titular de la Casa del Migrante en Juárez.

Consideró que para 2024 es necesario que las autoridades de todos los niveles y las organizaciones civiles clarifiquen cómo se afrontarán las nuevas condiciones migratorias, ya que la migración continuará y es necesario que ésta sea organizada.

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