Tapachula.— Irineo Mujica Arzate, representante de la organización Pueblo Sin Fronteras, es migrante desde niño. Nació en Michoacán y desde muy pequeño fue llevado a Estados Unidos, país del que tiene la nacionalidad.

Se inició en el activismo en 2008, en el albergue Hogar de la Misericordia, en el municipio de Arriaga, Chiapas, donde documentaba el flujo migratorio.

Junto con un grupo de activistas locales, y sin ningún rigor jurídico ni legal, fundó la organización Vigilantes del Camino para documentar la brutalidad con la que actuaban entonces las autoridades mexicanas durante los operativos contra migrantes.

En marzo de 2008, en la comunidad oaxaqueña de Las Palmas, captó con su cámara a personal de la Armada de México que golpeaba a los sin papeles. Sus imágenes dieron la vuelta al mundo y exhibieron el doble lenguaje del gobierno de México: por un lado, exigía respeto para los mexicanos en Estados Unidos y, por otro, se violentaba la dignidad de los migrantes centroamericanos.

En julio de 2010 fue detenido, golpeado y despojado de su cámara en Solotepec, Puebla, por efectivos de la Policía Federal y del Instituto Nacional de Migración (INM) cuando documentaba el paso de migrantes.

El activista se encadenó afuera de la sede migratoria y emprendió una huelga de hambre para exigir la devolución de su cámara, por lo que fue detenido; su fianza la pagó la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH).

Ha sido objeto de agresiones y amenazas de muerte.

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