Rosaura Guerra, presidenta de la asociación “Venumia. El camino a una vida sin violencia”, que convocó a las marchas del viernes y sábado, para exigir justicia por el feminicidio de Abril Cécilia Pérez Sagaón, afirmó que este caso demostró que la violencia familiar no respeta estatus económicos o académicos.

Pero afortunadamente, señaló, hoy con las redes sociales y la apertura de los medios tradicionales, se pueden denunciar historias de violencia, lo mismo que actitudes indebidas de los jueces, como sucedió con el caso de Abril, una mujer que contaba con estudios de maestría y fue esposa de un alto ejecutivo de empresa, el exceo de Amazon, Juan Carlos García, quien estuvo preso por tentativa de homicidio, pero quedó libre el ocho de noviembre cuando el juez Federico Mosco reclasificó el delito a violencia familiar.

Estas protestas por la violencia de género y los feminicidios, que se realizaron en San Pedro, dijo Guerra, son una buena señal, para que a los jueces les tiemble un poquito la mano a la hora de emitir resoluciones no apegadas a derecho.

Comentó que en Nuevo León, hay algunos jueces que están separando a las madres de sus hijos, las están sacando de sus hogares, y dejan a los niños con padres a veces violentos.

Comentó que Venumia presentará una iniciativa de ley para que se constituya un consejo consultivo de mujeres, a fin de vigilar la actuación de los jueces de lo familiar.

Afirmó que las mujeres muchas veces no denuncian violencia o maltrato, porque no les hacen justicia, y citó que su asociación presenta dos o tres denuncias al día, y muchas se quedan en el tintero, les dicen que no hay capacidad del Ministerio Público para que las reciban, y “ ni hojas hay para presentar una denuncia en pleno siglo XXI”.

Pero también las mujeres muchas veces no denuncian por temor a represalias porque el poder económico de algunos es muy grande. Como asociación nos topamos que la otra parte tiene mucho dinero, aseveró Guerra.

“Afortunadamente ya estamos viendo que también la clase media y alta está denunciando, cuando antes pensábamos que la violencia sólo se daba en las clases vulnerables; desafortunadamente a veces la mujer no quería alzar la voz porque podría perder muchas prestaciones que tenían para sus hijos, pero ya están dándose cuenta que se pueden empoderar, salir adelante, y llevar una vida libre de violencia”, enfatizó Guerra.

MAOT

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