Tapachula.—

En su primer día en territorio mexicano, la Caravana de Madres Centroamericanas inició la búsqueda de sus hijos en los Centros Estatales para la Reinserción Social de Sentenciados (CERSS) 3, para varones, y el 4 de mujeres.

A las 10:00 horas, hombres y mujeres provenientes de Guatemala, El Salvador, Honduras y Nicaragua arribaron a los CERSS, ubicados a 15 kilómetros de esta ciudad, con la esperanza de encontrar a sus familiares u obtener pistas para localizarlos; colgaban las fotos de sus desaparecidos y de otros, cuyos familiares no pudieron participar en esta, la caravana 15.

Hilda Luz Rivera de Ramírez, de Santa Ana, El Salvador, es una madre que ingresó a la cárcel con la esperanza de que alguien haya visto a su hijo René Wilmaris Ramírez Rivera, quien en 2003 huyó de su país debido a las amenazas de muerte que pesaban sobre él.

“Me llamó de Mexicali y de ahí ya no supe nada de él, son 16 años que sufro por su ausencia”, dijo.

Toribio Patzan Jacobo también ingresó al CERSS a buscar a su hijo Eddy Jonathan Patzan Guerra, quien desapareció en 2003 en el estado de Tamaulipas.

Los integrantes de la caravana expondrán las fotografías de sus familiares y dialogarán con mujeres y hombres que permanecen recluidos, por un espacio de tres horas para saber si encuentran a sus seres queridos o si alguien les da pistas para dar con su paradero.

También se reunirán con las autoridades penitenciarias para ver si alguno de sus familiares está o ha estado preso en alguna de las cárceles de Chiapas.

Posteriormente, el grupo exhibirá las fotografías de sus desaparecidos en el parque central de esta ciudad, ubicado a 45 kilómetros de la frontera con Guatemala.

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