Apatzingán.— Los habitantes de la localidad Loma de Los Hoyos —en este municipio— han quedado en medio de la guerra entre grupos antagónicos del crimen organizado.

Desde hace una semana, los ataques en esa comunidad de la Tierra Caliente no cesan, perpetrados con drones cargados con explosivos.

Fernando Cruz Mendoza, líder criminal en el municipio de Lázaro Cárdenas, es señalado por las autoridades federales de seguridad como el responsable de la violencia que impera en esta zona.

Leer también:

“Ya no podemos con esto. En cuanto escuchamos el primer estallido tenemos que esconder a nuestros hijos hasta debajo de la cama, aunque eso no sirve de nada”, dice Natividad, un adulto mayor, jornalero vecino de ese poblado.

Narra que las ofensivas inician de madrugada y no paran hasta llegada la noche.

“Pedimos a Dios que nos mande más lluvias, porque esa es la única manera en que no puedan volar sus artefactos”, señala.

Don Natividad se pone nervioso al ver una camioneta “desconocida”. Cree que al platicar con un periodista o con un extraño su vida corre peligro.

“No quieren que nadie hablemos de esto que ocurre, pero oiga, no decimos mentiras, sólo lo que es; estamos a la buena de los malandros”, enfatiza.

El hombre habla de las jornadas de violencia que han vivido y los heridos a causa de los explosivos que lanzan los grupos criminales con drones, sin que ninguna autoridad acuda en su auxilio.

“Mire nomás cómo está este pueblo, pero no es el único. Nosotros no estamos a favor ni en contra de nadie. Nos dedicamos al campo y a cuidar a nuestra familia”, suelta Nora, otra vecina.

Relata que una mujer de su familia fue alcanzada hace dos meses por las esquirlas de una granada de fragmentación que estalló en el patio de su casa.

Por falta de ambulancias, la víctima fue trasladada en un vehículo particular a una clínica privada en otro municipio.

“Perdió uno de sus pechos, tiene heridas en la cara, en los brazos y no puede hablar. Por miedo, mejor se fue con sus hijas para el otro lado [Estados Unidos]”, afirma.

Nora, enfermera de profesión, dice que están entre la espada y la pared: “Si no nos salimos, nos matan; si lo intentamos, nos matan. Entonces, ¿qué hacemos?, dígame. ¡Ya estamos muertos!”.

Pese a la violencia, los pobladores intentan seguir con su vida entre explosiones y lluvias de proyectiles de los fusiles de asalto.

Leer también:

“En el pueblo no quieren hablar”

EL UNIVERSAL recorrió Los Hoyos, comunidad ubicada a no más de cinco minutos de la base de la Guardia Nacional y a 13 kilómetros de la cabecera municipal.

Las calles sólo son vigiladas por los halcones, quienes informan a las células delictivas quién entra, quién sale y qué hacen.

En el pueblo nadie quiere hablar por represalias de las organizaciones criminales o de la policía municipal que también, dicen, es parte de la delincuencia.

La concentración de militares y guardias nacionales está en el municipio aledaño de Parácuaro, donde el fin de semana se reportaron enfrentamientos entre criminales.

En Apatzingán, un taxi fue incendiado por delincuentes, lo que se suma al asesinato de ocho trabajadores del volante en 10 días.

El secretario de Seguridad Pública estatal, José Alfredo Ortega Reyes, señala que todo apunta a que los homicidios de taxistas están relacionados a extorsiones.

Habitantes y las áreas federales de seguridad indican que son choferes que trabajaban al servicio de una célula criminal y los homicidas son los antagónicos.

El origen del conflicto

Las áreas de inteligencia de las Fuerzas Armadas tienen identificado a Fernando Cruz Mendoza, El Tena, líder criminal en el municipio de Lázaro Cárdenas, como el responsable de la violencia desatada desde octubre del año pasado.

Los informes a los que tuvo acceso EL UNIVERSAL refieren que El Tena tuvo diferencias con integrantes del Cártel de Los Caballeros Templarios por un terreno en la ranchería Los Chivos, del municipio de Tumbiscatío, lo que originó un conflicto entre ambos grupos.

Cruz Mendoza hizo una alianza con Miguel Ángel Gallegos Godoy, Migueladas, del Cártel de Zicuirán, para arrebatar territorio a los Templarios.

El pasado 9 de febrero les quitaron uno de sus principales bastiones: Arteaga, tierra natal de Servando Gómez Martínez, La Tuta. Los responsables de la operación fueron del grupo de Migueladas.

De acuerdo con las fuentes, el mismo Fernando Cruz ya había hecho acuerdos, a través de costosos regalos y dinero, con otras organizaciones de Cárteles Unidos para que traicionaran a los Templarios y se apoderara de Apatzingán y Parácuaro, lo que ya sucedió.

Esto ha dado pie a una nueva alianza llamada Guardia por la Paz, que lidera El Tena en sociedad con Migueladas.

La principal zona de operación de El Tena es el puerto de Lázaro Cárdenas y su tenencia, Caleta de Campos, donde recibe lanchas cargadas con droga y precursores químicos que envían a diferentes destinos del país, ya que trabaja para distintos grupos. Se presume que entre ellos está el Cártel Jalisco Nueva Generación.

Las autoridades también le atribuyen la salida de droga del puerto a otros países, bajo una comisión que cobra a los cárteles en complicidad con aduanales.

El informe también revela que El Tena actúa con apoyo de corporaciones municipales y estatales de seguridad pública, a las que tiene en nómina, lo que ha impedido que sea detenido.

Suscríbete aquí para recibir directo en tu correo nuestras newsletters sobre noticias del día, opinión, y muchas opciones más.

Comentarios