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Como una oda a la clase trabajadora es como considera la guionista y directora Lila Avilés su ópera prima La camarista, que está a punto de llegar a la edición 43 del Toronto International Film Festival (TIFF), que inicia este jueves, para después seguir en otros festivales como el de San Sebastián y el de Morelia.

“En México hay una clase trabajadora, que más allá de la violencia, de lo que vivimos día con día, labora sin censar para sacar a su familia a flote, obviamente los sueldos no son equitativos, pero son gente muy resiliente, que se parte el lomo, que tiene unas ganas de aprender y salir adelante, que a mí me conmueve muchísimo”, aseguró Lila.

Avilés recordó que este ha sido un camino que le llevó ocho años e inició cuando conoció el libro L’hôtel de la fotógrafa Sophie Calle, donde ésta narra su aventura como camarera en un hotel de Venecia; este texto la llevó a escribir una obra de teatro que montó en un cuarto de hotel real en 2013 y posteriormente, la directora decidió crear un guión totalmente diferente a lo ya hecho.

“Me parecieron fascinantes estos trabajadores que son fantasmas, que a veces tienen que deambular por la vida sin ser vistos, pero ellos sí son capaces de ver todo”.

Para crear a Eve, su personaje principal, Lila conoció a muchas camaristas, pero hubo una que la conquistó. “Me pareció que era muy bonita su humanidad, su fuerza”.

Fue precisamente eso lo que buscó en la actriz que la interpretaría, además de que ella debía confiar en su visión como directora, así fue que se encontró con Gabriela Cartol, quien ha participado en filmes como La tirisia y Sueño en otro idioma.

“Observé a la camarista de la que hablaba Lila, una señora hermosa y que hasta la fecha me conmueve. Hicimos esto en tiempo récord, mi entrenamiento fue de dos días para aprender a acomodar la habitación, recuerdo que me decían las camaristas: ‘es que así no es, lo estás haciendo mal, fíjate’, ellas tenían años de experiencia y yo tenía que hacerlo en cuestión de horas, tiene su arte arreglar una cama”, dijo Cartol.

Para Lila fue una verdadera aventura filmar La camarista hace un año, porque su formación es de actriz y no tenía estudios previos de dirección cinematográfica, pero supo comunicarse muy bien con el fotógrafo Carlos F. Rossini, con quien trabajó ocho horas diarias durante dos semanas estudiando secuencia por secuencia del filme, para después arrancar 17 días de rodaje, donde su equipo y ella se convirtieron en parte del hotel donde trabajaron.

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