La serie "High Fidelity" sale a luz un cuarto de siglo después de la novela y a 20 años de la película para transportar a los seguidores de los vinilos del autor Nick Hornby al reino moderno de Spotify.

Entre el libro y la serie, estrenada el viernes en la plataforma Hulu en Estados Unidos, el mundo de los discos y la música -núcleo de "High Fidelity"- ha experimentado una revolución.

La tienda de discos de Londres en el corazón del libro de Hornby parece encajar cómodamente en el Brooklyn de 2020, incluso si los CDs tan populares en ese momento casi han desaparecido.

Las guionistas Sarah Kucserka y Veronica West, y el propio Hornby tras unirse un poco tarde al proyecto, sustituyeron la historia de un hombre blanco de unos 30 años en una sociedad contemporanea por el personaje de una mujer bixesual.

Zoe Kravitz

interpreta el papel de Rob, el dueño de la tienda de discos, una versión del personaje que apareció por primera vez en la novela de Hornby y que luego fue interpretado por John Cusack en la película del 2000.

Mientras que en 1995 el fenómeno de la cultura "nerd" surgía pero se mantenía al margen, en 2020 es una fuerza dominante y presente en producciones que van desde "La Guerra de las Galaxias" hasta "Juego de Tronos".

Y eso explica tal vez por qué no sorprende ver hoy en día a la gente en sus treintas obsesionada por la música, álbumes y las las listas de éxitos, como Rob, dueño de la tienda Championship Vinyl.

Los papeles secundarios llenan bien la serie de diez episodios, aunque a veces falta el descaro de la actuación cinematográfica de Jack Black.

Con la música como clave de la película, la banda sonora original también se renovó, utilizando música contemporánea, especialmente el rap, a la producción, bajo la dirección del baterista y cofundador del grupo de hip-hop The Roots.

rad

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