El es un tema que está bajo el foco en México, sin embargo, la fotógrafa mexicana Greta Rico ha decidido dirigir su lente sobre una de las tantas consecuencias ignoradas que desencadena el homicidio por violencia de género: la orfandad. Su proyecto “Madre sustituta”, que aborda el tema, le valió el premio The Women Photograph + Leica Grant , que otorga la organización sin fines de lucro Women Photograph .

Fernanda, prima de la fotógrafa, fue asesinada, quedando huérfana a su hija en 2017. De la noche a la mañana, su prima Siomara -quien había decidido no tener hijos- se convirtió en madre. Así fue como surgió este proyecto en el que Rico fotografía cómo Siomara ha tenido que asumir esta maternidad obligada y los retos económicos y psicológicos a los que se enfrenta junto con su sobrina.

Situaciones similares viven los poco más de 38 mil niños y adolescentes que quedaron huérfanos por feminicidio entre 2017 y abril de 2022, según datos del en México. Aunque la fotógrafa feminista duda que esa sea la cifra real de los niños y adolescentas huérfanos por feminicidio, pues asegura que el Estado ha optado por no prestar atención en qué ocurre después del feminicidio, al igual que el resto de la sociedad.

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“Es muy fácil omitir, no reconocer todo lo que implica este problema”, dice Rico, en entrevista con EL UNIVERSAL .

En esta conversación, la fotógrafa reflexiona sobre el tratamiento que la prensa da a los casos de feminicidio, la maternidad obligada y sobre la creación del segundo capítulo de “Madre sustituta” y la impresión que ha causado fuera del país: “es importante decir que la mayoría de los reconocimientos (al proyecto) han llegado de fuera. No es en México donde está moviendo y eso es muy fuerte”, afirma.

El feminicidio está bajo el foco en México, pero esta fotógrafa dirige su lente a una consecuencia ignorada: los huérfanos y sus madres sustitutas
El feminicidio está bajo el foco en México, pero esta fotógrafa dirige su lente a una consecuencia ignorada: los huérfanos y sus madres sustitutas

Foto: Cortesía 

¿Cómo es posible hacer fotos bellas sobre momentos dolorosos y oscuros?

Me asumo como fotógrafa feminista y he tenido muchas reflexiones al respecto de cómo estamos contando las historias desde la fotografía. En lo personal tengo muchas reflexiones negativas de cómo se aborda el tema del feminicidio en México, estamos metidos en una sociedad del espectáculo en el que la violencia contra las mujeres, específicamente el tema del feminicidio, es un tema que vende y que despierta el morbo más terrible.

Con este proyecto en particular reflexionaba sobre cómo quiero contar esta historia y cómo hacemos para hablar de la violencia sin mostrarla de forma explícita. Estamos bombardeadas por imágenes 24/7, ver la sangre no nos va a hacer más sensibles. Creo que, a partir de la construcción de una narrativa con imágenes que muestren este tema con sensibilidad y dignidad, puedo generar un proyecto que conmueva a la gente. Justo el objetivo es hacer ver a la gente algo que no sabían que estaba pasando.

Algo que me ha enseñado “Madre sustituta” es darme cuenta que es muy importante que se siga hablando de feminicidio en México. El otro día hice cuentas y en el año que mataron a mi prima, en 2017, eran siete feminicidios al día. Ahora la cifra oficial está entre 10 y 11, entonces claramente tenemos que seguir hablando del tema porque están matando a más mujeres que hace cinco años. Sin embargo, ahí no termina el drama, ¿qué pasa cuando matan a una mujer de nuestra familia? Con base en las estadísticas muchas son madres, ¿quién se queda a cargo de estos huérfanos? Además de todas las adversidades que están atravesando esas mujeres, como sostener estos cuidados en medio de la violencia y el trauma.

¿Qué deberían mejorar los medios de comunicación sobre las coberturas de feminicidio?

No estamos viendo que cuando se asesina a una mujer se termina una familia y una comunidad. Las mujeres no son sólo números, esta despersonalización tiene que ver con toda la violencia que vemos: una muerta más, una descuartizada más, una quemada más.

¿Cómo queremos recordar a las mujeres que nos ha arrebatado la violencia? En el funeral de mi prima tuve el poder, porque tenía la cámara en mi mano, de decidir cómo quería que fuera recordada.

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El feminicidio justo está bajo el foco, pero las cadena de consecuencias que desata en las familias no. ¿Por qué crees que se da este fenómeno?

Creo que el hecho de que las madres sustitutas y los huérfanos estén en el olvido tiene que ver con cuestiones estructurales. De los descubrimientos que he hecho con esta investigación es que en el Ministerio Público nunca se pregunta si esa mujer era madre. Creo que es imposible saber exactamente cuántos huérfanos hay en México por feminicidio, porque al Estado no le importa. Es muy fácil omitir, no reconocer todo lo que implica este problema. Las mujeres de la noche a la mañana se convierten en madres o tienen más hijos de los que ya tenían, ¿cómo garantizamos que tengan dinero para alimentarlos, para mandarlos a la escuela, para darles una vestimenta digna, un espacio para su desarrollo libre? Además, estos niños tienen un trauma, ¿quién paga esas terapias?

El feminicidio propicia la maternidad obligada…

Es justo una de las críticas que hago sobre cómo se aborda el tema de las infancias huérfanas por feminicidio en México. Me parece que hay una visión súper romantizada de que la abuelita se hace cargo porque es amorosa… Es discriminatoria porque replica muchos mandatos de género, en especial esta idea de que ser mamá es lo mejor de la vida.

Mi prima era una mujer soltera que había decidido nunca ser mamá y de la noche a la mañana tuvo que maternar y eso no es nada romántico. Estamos obligando a las mujeres a la maternidad. Una maternidad forzada es terminar con el proyecto de vida de las mujeres, renuncian a sus sueños, a sus aspiraciones.

“Madre sustituta” se ha exhibido en Tokio, Dubai, Ginebra, París y ha recibido otros premios en el extranjero.

¿Cómo reaccionan en el extranjero ante este tema?

Fue con el premio Solidarity de International Women In Photo Association Contest 2022, que la serie ha itinerado por muchas partes del mundo. Los organizadores me han mantenido al tanto de la reacción que ha tenido en las personas y también se sorprenden porque nunca antes se habían puesto a pensar qué es lo que ocurre después de un feminicidio. Escuchar esto ha sido reafirmante porque, hablando como creadora, una también tiene mucho el síndrome de la impostora. Hubo un momento del proyecto en el que sentí mucha frustración porque cuando platicaba de “Madre sustituta” con editores, llegué a recibir comentarios absurdos como “bueno es una mujer con una niña, ¿cuál es el tema?”. En esta cultura patriarcal se piensa que las mujeres deben de aguantar todo por ser madres.

También creo que es importante decir que la mayoría de los reconocimientos han llegado de fuera. No es en México donde está moviendo el proyecto y eso es muy fuerte.

¿Has considerado extender el proyecto a otras familias afectadas?

Sí, justo este premio iniciaré el segundo capítulo, en el que ya llevo varios meses trabajando con familias que están en este tipo de situaciones. Es muy común que la gente piense que los que se quedaron huérfanos por feminicidios aún son niños, pero la realidad es otra. Iré a Ciudad Juárez para documentar qué ha pasado con los huérfanos de las muertas de Juárez, que ya son adultos.

El feminicidio está bajo el foco en México, pero esta fotógrafa dirige su lente a una consecuencia ignorada: los huérfanos y sus madres sustitutas
El feminicidio está bajo el foco en México, pero esta fotógrafa dirige su lente a una consecuencia ignorada: los huérfanos y sus madres sustitutas

La fotógrafa Greta Rico. Foto: Cortesía.

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