El caso de Kailia Posey , exestrella infantil que se suicidó a los 16 años, es uno de tantos lamentables ejemplos de la presión que muchos padres llegan a ejercer sobre sus pequeños en la búsqueda de la perfección, sin importar el sufrimiento físico y mental al que son expuestos. Como consecuencia, más que súper estrellas, tenemos a niños y adolescentes propensos a desarrollar diversos trastornos, como los alimenticios y la depresión.

“Cumplir con ciertos estatus para verse bien les causa una afectación muy grande en cuestión de la autonomía”, comenta la sicóloga Cristina Herrera, enfatizando el caso de Kailia, quien, como participante del concurso de belleza “Toddlers & Tiaras”, tuvo que aprender a mantener la compostura desde los tres años.

No llorar o salirse de los regímenes del modelaje, siempre con una sonrisa en el rostro, fue parte de lo que caracterizó a Posey y aquello que, indirectamente, la catapultó a la fama internacional, debido a las exageradas gesticulaciones que hacía y que la convirtieron en un meme.

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La experta lamenta que el propósito inicial del programa de televisión, que era demostrar el talento y naturalidad de las pequeñas, se convirtiera en una pugna más de belleza artificial, en donde las niñas eran maquilladas y usaban desde pestañas postizas, uñas, peinados excéntricos, extensiones y vestidos, como si de una modelo adulta se tratara.

“Hay que preguntarse hasta dónde pueden llegar las mamás con tal de ganar o sentir que su hija está en primer lugar. Muchas veces vemos que por medio de la hija quieren ser vistas, pero el daño sicológico es muy fuerte porque entonces dejas de enseñar a los hijos los valores universales de empatía, amor, respeto y cuidado y se empiezan a fijar solamente en la parte física y, si no les gusta, piensan que están mal y no van a encajar en la sociedad, ahí hay una afectación muy severa”, explica la experta.

Mal ejemplo en la pantalla

Situaciones como la de una niña de tres años que se somete a una depilación de cuerpo completo o que aprende poses sexualizadas no acordes a su edad son alarmantes para los expertos en salud mental, y que, lamenta Herrera, son conductas que promueven los mismos programas de televisión y algunas películas que han sido señaladas por esta temática.

Para ejemplo, el filme de Netflix “Cuties”, el cual fue criticado por varios miembros del Congreso estadounidense, quienes pidieron fuera investigado debido a que consideran que la película sexualiza a las niñas pequeñas. Como justificación, la directora Maïmouna Doucouré dijo en una entrevista que la historia estaba basada en su propia infancia: “Cuando era niña, la cuestión de cómo convertirme en mujer era mi obsesión… Necesitaba saber cómo se sentían sobre su propia feminidad en la sociedad actual y cómo se enfrentaban a su propia imagen en un momento en que las redes sociales son tan importantes”, dijo la cineasta francesa.

Para la sicóloga, este tipo de “normalización” en la sociedad es peligroso y preocupante.

“Imagina la percepción de la vida que Kailia tenía, más la percepción que le habían dado los demás. Sí hay una afectación sicológica y lo que a mí me preocuparía más, es que para los papás eso sea normal”, apunta.

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El caso de Kerry Campbell

Otro hecho que causó indignación fue el de Kerry Campbell, quien inyectó bótox a su hija de ocho años para ganar un concurso de belleza. Así lo aseguró durante una entrevista para el programa “Good morning America”, de ABC, donde explicó que la idea la tomó de otras madres.

“No estamos haciendo nada ilegal y no quiero que mi hija sea la única que no tiene un poquito de ayuda de cara al concurso”, señaló.

Aunque la niña se quejó en el programa de los dolores en su rostro y de la depilación de cuerpo completo, aseguró que se sentía feliz y quería que la siguieran inyectando. “Para un niño o niña, lo que su papá o mamá le digan lo va a creer, siempre; está comprobado que el impacto que tienen las mamás con las hijas es mayor.

¿Qué mensajes crees que les estás dando si desde niña la empiezas a someter a concursos de belleza, le dices que no debe de comer tanto, que debe sonreír de cierta manera, pararse de cierta forma? Se les originan trastornos como los alimenticios. ¡Imagínate que le dices a una niña que se tiene que inyectar bótox en los pómulos para que se vea ‘más bonita’! Porque ya no es suficiente que sea bonita, necesita más”, ahonda la experta.

La madre que utilizó bótox en su hija perdió la custodia legal de la niña tras una investigación abierta por la oficina de Asuntos Sociales de San Francisco.

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