Eduardo Brizio

Es muy difícil arbitrar

A diferencia de lo que otros pudieran opinar, la final entre Barcelona y Juventus valió la pena

07/06/2015 |00:35
Redacción El Universal
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Aunque en gustos se rompen géneros, desde mi punto de vista el Barcelona vs. Juventus resultó ser un gran encuentro de futbol, en donde terminó por llevarse la “Orejona” a sus vitrinas, el equipo que jugó mejor. Se trató de un duelo de 34 faltas, 23 cometidas por la Juve y 11 por el Barcelona.

Siempre he pensado que la labor de un silbante se debe juzgar a partir de la dificultad del partido que dirige y oiga usted, la final de la Champions terminó siendo un reto de altísimo grado de complejidad, con jugadas de post grado que, según mi opinión, no llegaron a cambiar la historia en cuanto al justo vencedor se refiere.

El arbitraje corrió a cargo del turco Cuneyt Cakir, quien para mi gusto realizó un muy buen trabajo. Su principal virtud consistió en entender el partido, saltar a la cancha consciente de la responsabilidad que recaía sobre su silbato, demostrando que el juez es el conductor de un espectáculo deportivo en donde existen muchos intereses en juego, sin volverse el protagonista, siendo magnánimo, cansándose de aplicar la ley de la ventaja, mostrando un despliegue físico impresionante, entregando, a pesar de todo, buenas cuentas.

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Como siempre, el futbolista más golpeado fue Lionel Messi, quien recibió siete faltas de las 23 cometidas por los italianos.

Muchos “conocedores” claman que debió expulsar a Arturo Vidal. El chileno cometió cuatro infracciones en el partido, todas en el primer tiempo (ninguna sobre la ‘Pulga’) destacando la que le propinó a Iniesta al minuto 5, en donde el silbante se quedó corto y ni siquiera lo amonestó. Pero pocos notaron que también Pogba realizó cuatro faltas, dos sobre Messi; sin embargo, ambos golpeadores (Vidal y Pogba) terminaron viendo el cartón preventivo antes de ir al descanso.

Tres jugadas bravas. La primera a los 7 minutos cuando el balón le pegó a Barzagui en el muslo y luego en la mano dentro de su propia área penal, que desde mi óptica no fue deliberada, en donde los culés pedían la pena máxima.

La segunda al 67’, cuando Dani Alves y Pogba forcejearon en los 16.50 y querían falta a favor de la “Vieja Señora” (no lo suficientemente clara desde mi punto de vista).

Y la tercera, el gol (mal) anulado a Neymar al minuto 71 por una mano supuestamente intencional. La conclusión… es muy difícil arbitrar.

ebrizio@hotmail.com