Ayer tuvieron lugar las elecciones para gobernador en 12 estados de la República. Aunque al momento de escribir estas líneas no hay resultados definitivos, el PAN tiene ganadas varias gubernaturas. Desde luego, habrá que esperar a que las autoridades electorales den los resultados oficiales.
El mensaje ciudadano es claro: no se quiere al PRI. En ningún caso el PRI llega a la mayoría de votos. No es un partido de mayorías aplastantes. Se le puede y se le debe ganar. Todavía falta pero es una señal de que el PRI va de salida.
El mal humor social es una realidad. Mientras que el partido gobernante a nivel nacional daba por seguras nueve gubernaturas para su causa, es casi seguro que el resultado esté por debajo de esa cifra. Este mal humor hay que convertirlo en organización y en acción política.
Millones de personas salieron en sus estados a votar contra la corrupción y el abuso y eso es algo que debemos escuchar y atender.
La gente está harta de la guerra sucia. Las campañas basadas en el desprestigio y la calumnia, en las acusaciones sin fundamento, en los ataques sin pruebas, no deben volverse la norma en nuestro sistema político. No sirve. Eso es algo que tenemos que rechazar todos los mexicanos.
El PAN supo dar la lucha gracias al trabajo de los candidatos y candidatas con los ciudadanos. Los candidatos del PAN actuaron con tenacidad y valentía, enfrentando circunstancias muy adversas. También vi la entrega de quienes fueron candidatos de la alianza con el PAN. Todos lucharon contra apoyos desmedidos e injustos de gobiernos volcados a favor del PRI y sus aliados, incidentes que desde ayer se oían, militantes y voluntarios que eran detenidos, y un aparato de compra de voto fuertemente financiado. La diferencia la hizo la gente que libre y voluntariamente salió a votar, en algunos casos de manera histórica.
No se logró movilizar a la sociedad para participar en la elección de la Ciudad de México. Los medios reportaron bajos niveles de presencia ciudadana en las urnas en las elecciones para la Asamblea Constituyente de la Ciudad de México. Ahí hay un descrédito de las instituciones que resulta muy preocupante.
Abogada