Gustavo Alanís Ortega

Nuevo gobierno en EU, riesgos ambientales

La construcción del muro implicaría la fragmentación de especies vegetales y animales. Ello afectaría los ecosistemas

19/01/2017 |02:29
Redacción El Universal
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En la vida cotidiana hay un gran temor a nivel global, nunca antes visto, por las acciones, medidas y órdenes ejecutivas que vaya a empezar a implementar y ejecutar el presidente Donald Trump a partir de su juramentación este viernes 20 de enero.

Desde el punto de vista ambiental, estamos ante una gran posibilidad de que venga un marcado y peligroso retroceso en los acuerdos internacionales de combate al cambio climático, logrados hace apenas un poco más de un año en la Convención Marco de la ONU sobre Cambio Climático (CMNUCC). Después de años de haberse negado a ratificar el Protocolo de Kioto, en diciembre de 2015 Estados Unidos accedió a ratificar el nuevo Acuerdo de París, además de establecer un compromiso de reducir sus emisiones de Gases Efecto Invernadero (GEI) entre 26 y 28% —con línea base del año 2005— para 2025.

Si Trump toma la decisión de salirse del Acuerdo de París, esto tendría que suceder en cuatro años, según establecen los términos. Sin embargo, puede anunciar que Estados Unidos se retira de la CMNUCC, lo que le permitiría incumplir los acuerdos de París. De igual forma, podrían estar en riesgo los recursos que EU ha ofrecido donar para completar los 100 mil millones de dólares que integrarían el Fondo de Adaptación al cambio climático. Si se da el hecho de que EU abandone el Acuerdo de París, ¿qué implicaciones tiene esto no sólo para los norteamericanos sino para el planeta en su conjunto? ¿La comunidad internacional le impondrá una sanción o un castigo?

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Otra de las implicaciones ambientales de la llegada de Trump al poder es la posible desaparición del Clean Power Plan de Barack Obama. Este plan se estableció en 2015, con el objetivo de limitar las emisiones provenientes de plantas de carbón, así como de fortalecer la promoción de energías limpias. Actualmente, el plan está siendo impugnado ante la Corte Suprema de EU por algunos opositores. En campaña, Trump ofreció “salvar la industria del carbón y terminar la guerra contra los mineros”, dejar de asignar recursos públicos para energías limpias, así como poner fin al Clean Power Plan. Al respecto, especialistas como Dana Varinsky en businessinsider.com, señalan que la vía legal para Trump sería impugnarlo también ante la Corte, o bien, recurrir al Congreso para revocar también la Clean Air Act o modificarla de algún modo.

Trump ha ofrecido, además, renovar la solicitud de permiso del oleoducto Keystone, que atraviesa desde Alberta, Canadá, hasta el Golfo de México, y el cual fue vetado por Barack Obama, al tiempo que fomentaría la producción de petróleo y gas natural. También se puede dar el debilitamiento de la Agencia de Protección Ambiental (EPA, por sus siglas en inglés). En campaña, Trump ofreció desaparecer la EPA.

Los especialistas señalan que alcanzar este objetivo requiere atravesar un complejo camino, que implica trabajar con el Congreso para cambiar la ley o para reducir el presupuesto de la agencia, al punto de hacerla inoperable. Para lograrlo, requeriría 60 votos del Senado norteamericano.

Además, hay que contemplar los impactos negativos contra la biodiversidad. La construcción del muro que ha ofrecido Donald Trump insistentemente implicaría la interrupción de los corredores biológicos y la fragmentación de poblaciones de especies vegetales y animales. Ello afectaría a diversos ecosistemas e impediría a varias especies obtener comida, agua y reproducirse en la forma como actualmente lo hacen hoy en día en la frontera entre ambos países.

Por si todo lo anterior no fuera suficiente, y ante la muy posible renegociación comercial, pudiera venir un incumplimiento de acuerdos en materia ambiental establecidos en el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) y particularmente en el Acuerdo de Cooperación Ambiental que se deriva del propio TLCAN, así como un debilitamiento o desaparición de la Comisión Trinacional de Cooperación Ambiental, que tiene su sede en Montreal, Canadá. ¿De ser el caso, cómo se van a posicionar México y Canadá al respecto y con qué estrategia se van a sentar a la mesa a negociar?

Director general y fundador del Centro Mexicano de Derecho Ambiental