Recientemente, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) dio a conocer los resultados del estudio Estudiantes de bajo rendimiento: por qué quedan atrás y cómo ayudarlos a tener éxito. Invitado por el INEE, el 9 de marzo pasado el doctor Daniel Salinas, coordinador del estudio, vino al país a exponer los resultados de México a las autoridades educativas federales y a darlos a conocer al público interesado. Siendo el representante de México ante PISA, tuve la oportunidad de conocer de primera mano este informe, por lo que me propongo hacer una síntesis de sus principales resultados, considerando que el tema es de gran relevancia para el país.

La definición que hace PISA del bajo desempeño se refiere a los estudiantes que no logran alcanzar al menos el nivel 2 en su escala de Lectura, Matemáticas y Ciencias. En el nivel 2 se ubican los estudiantes que tienen la capacidad de leer y comprender textos simples, y de entender y utilizar conceptos y procedimientos matemáticos y científicos básicos. Pueden responder preguntas con instrucciones claras, que requieren utilizar una sola fuente de información y establecer relaciones sencillas, pero no pueden resolver problemas que requieren razonamientos complejos.

Es importante decir que los 64 países que participan en PISA tienen estudiantes de bajo rendimiento; es decir, que apenas logran ubicarse en el nivel 1 (o en un nivel todavía inferior). Este es el caso de 10 %, o menos, de estudiantes de los cuatro países o economías (regiones dentro de un país) con mejores resultados en PISA (Shangai, Singapur, Hong Kong y Corea) y de 50 %, o más, de alumnos de los 16 países con los resultados más bajos en PISA, entre los que se encuentran México y el resto de países latinoamericanos. Los resultados del estudio indican que en México cerca de 55 % (941 644) de estudiantes de 15 años son de bajo desempeño en cualquiera de las tres asignaturas evaluadas; cifra que no incluye a 30 % de los jóvenes que se encuentran fuera del sistema educativo.

Entre los factores sociales que tienen mayor impacto en el bajo rendimiento académico en México, se encuentran: el bajo nivel socioeconómico de los estudiantes, la falta de oportunidades educativas, hablar una lengua indígena y vivir en una zona rural. Por otro lado, entre los factores escolares que aumentan el riesgo de un bajo rendimiento académico se encuentran: las bajas expectativas académicas de los docentes sobre sus alumnos, que se asocian al nivel socioeconómico de los estudiantes; el ausentismo de los docentes, que se presenta en 17 % de las escuelas; la falta de actividades extraescolares de apoyo académico a los estudiantes, que en 39 % de las escuelas no se ofrece (principalmente en las secundarias); la falta de recursos educativos en las escuelas, de mucha relevancia para el país; la inequidad en la distribución de recursos económicos en los centros escolares, que en México es una de las más altas; la elevada estratificación del sistema educativo mexicano, que se observa en 42 % de las escuelas que agrupa a sus alumnos con base en sus habilidades académicas; y, la baja inclusión socio-económica de los centros escolares, que es una de las más altas entre los 65 países que participan en PISA. Finalmente, entre los factores individuales que impactan negativamente el logro educativo destacan: haber reprobado alguna materia, faltar a clases, dedicar poco tiempo a realizar tareas escolares, ser poco perseverante, tener baja identidad institucional y bajo nivel de autoeficacia.

El bajo desempeño de los alumnos tiene consecuencias individuales muy importantes, tales como la alta deserción escolar, el acceso limitado a trabajos bien remunerados y una menor participación política y social. Para los sistemas educativos, abatir el bajo rendimiento de los estudiantes se traduce en una mejoría sustancial del desempeño de todo el sistema. Para los países en desarrollo, lograr que todos sus estudiantes adquieran las competencias mínimas significa mejorar su Producto Interno Bruto (PIB). Estimaciones realizadas por la OCDE para México calculan que su PIB podría crecer hasta 550 veces en un lapso de 80 años, si todos los jóvenes de 15 años tuvieran acceso a la escuela y alcanzaran el nivel de desempeño mínimo en PISA para el año 2030.

Queda clara la importancia de reducir el número de estudiantes con bajos niveles de desempeño, aunque sea una meta muy difícil de lograr dado el número de factores que intervienen a nivel social, escolar e individual. Para lograr esta meta habrá que hacer una reingeniería del modelo educativo actual, que logre revertir (o al menos matizar) los efectos perversos de los factores antes descritos, que de manera acumulativa pueden hacer que un estudiante de 15 años tenga una probabilidad mayor a 80 % de tener un bajo desempeño académico en Lectura, Matemáticas o Ciencias.

Consejero del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación

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