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CHIANG RAI, Tailandia.— La lancha surca rápidamente las aguas del río Mekong bajo un sol inclemente, y eso que está por entrar el invierno. El termómetro marca 34 °C. Nuestro guía nos dice que en verano puede llegar por arriba de los 45 °C. En esta exótica región del mundo sólo se registran tres épocas del año: de lluvias o monzón, verano e invierno.

Somos tres en la embarcación y el piloto; no caben más. El agua es de color chocolate, como si las lluvias hubieran revuelto el fondo. Cuando pregunto a nuestro guía si el agua está sucia por la temporada, enojado me responde: “No señora, no sucio. Hay peces, ¿lo ve?”. La tonalidad se debe a los sedimentos de la tierra .

Viaja a Tailandia y hazte amigo de un elefante
Viaja a Tailandia y hazte amigo de un elefante

(Foto: Cortesía Ken Seet. Four Seasons)  

La humedad se cuela hasta los huesos. A mi alrededor, todo lo que alcanzo a percibir es jungla .

Para nuestro recorrido por el río , tuvimos que mostrar el pasaporte , ya que se trata de aguas internacionales.

El Mekong pasa por seis países en un trayecto de casi cinco mil kilómetros. Nosotros estamos en el llamado Triángulo de Oro , donde convergen Laos , Myanmar (antes Birmania) y Tailandia . Nos dirigimos al Four Seasons Tented Camp , que está enclavado en la provincia de Chiang Rai , en Tailandia .

De repente, entre la cerrada vegetación de árboles de teca y bambú, se asoma un pequeño muelle. El sonido del gong llena el aire. Suena a fiesta. Son los empleados del campamento que así nos reciben. Desembarcamos, subimos una larga hilera de peldaños y al llegar se asoman las primeras tiendas y palapas: la que hace de lobby, el comedor, la alberca…

Hay 15 tiendas y un lodge para hospedarse. Para llegar a la mía tengo que atravesar un largo puente colgante. Adentro, te olvidas de que no es una habitación de hotel sino una carpa (o tienda de campaña gigante), sólo los cierres en las ventanas y la regadera al aire libre te lo recuerdan.

Viaja a Tailandia y hazte amigo de un elefante
Viaja a Tailandia y hazte amigo de un elefante

(Foto: Cortesía Ken Seet. Four Seasons)

La comodidad es absoluta: tina de baño, una cama deliciosa con pabellón antimosquitos, amenidades todas (hasta secadora), wifi, linterna para salir en la noche de tu “cuarto” y, lo mejor, una terraza con cubierta de madera, rodeada de selva , con dos camastros que invitan a la contemplación.

Desde aquí, en Tailandia , puedo ver Laos , aunque mis ojos no detecten la diferencia.

Apapacha a tu elefante

Desayunar acompañado de un elefante no es cosa que suceda todos los días, al menos no para nosotros los mexicanos. En este campamento, es rutina. Entre las ocho y nueve de la mañana, los paquidermos son llevados por sus mahouts al área de restaurante, en donde los huéspedes desayunan, mientras alimentan de plátanos al animal. Se los puedes dar en la boca u ofrecérselos con tu mano para que los tomen con su trompa.

Viaja a Tailandia y hazte amigo de un elefante
Viaja a Tailandia y hazte amigo de un elefante

(Foto: Cortesía Four Seasons Thailand) 

El Four Seasons Tented Camp

trabaja de la mano con la Golden Triangle Asian Elephant Foundation (GTAEF) para rescatar a estos animales de las calles de Tailandia y proveerlos de un hogar en un ambiente natural .

Los elefantes fueron por siglos la fuerza de trabajo en este país, sobre todo en los bosques de teca, para transportar los troncos desde los lugares en los que no hay acceso para ningún vehículo. Con el tiempo, los elefantes han sido relegados y se han convertido en una carga para sus dueños por el costo que significa mantenerlos. Al no conocer otra forma de ganarse el sustento, los llevan a las ciudades como atracción turística .

La GTAEF se preocupa no solo por los elefantes , sino por los mahouts y las comunidades donde habitan, dándoles la oportunidad de una vida digna.

¿Qué es un mahout ? En Tailandia , es un oficio que se hereda de generación en generación. Cuando un niño nace en el seno de una familia que se dedica a esto, lo primero que sus papás hacen es asignarle un elefante bebé para que aprenda a cuidarlo y con el fin de que ambos crezcan a la par. De esta manera, se forma un profundo lazo entre los dos. Un elefante puede llegar a vivir hasta 80 años, lo mismo que una persona en promedio.

Viaja a Tailandia y hazte amigo de un elefante
Viaja a Tailandia y hazte amigo de un elefante

(Foto: Oppdowngalon)

Así que el mahout cuida de su elefante y éste, confía plenamente en su humano.

Cuando te hospedas en este campamento, parte de lo que pagas se destina al apoyo de las comunidades y al cuidado de los elefantes domésticos y salvajes.

“Mi elefante y yo” es una actividad que te permite interactuar y aprender de él en su estado natural. Claro, con la guía del mahout . Primero, te asignan un elefante del que te harás cargo. El mío se llama Puang Phet, que significa “manojo de diamantes”. Es un treintañero que, como tal, se muestra más inquieto que los de la tercera edad.

Tienes que darle de comer, bañarlo y pasearlo. El mío me empuja suavemente con la trompa cada vez que yo hago un alto en el camino, ávido de seguir andando. Pese a mi temor inicial, es una de las experiencias más memorables de mi vida. Recomiendo ampliamente apuntarla en la lista de “cosas que hacer antes de morir” .

El opio de todos los pueblos

El Triángulo de Oro es llamado así no sólo por la convergencia de los tres países mencionados, sino porque de aquí sale la mayoría del opio que se consume en el mundo, tanto para fines medicinales (morfina) como recreativos (heroína).

El Museo del Opio en Chiang Saen , ciudad de la provincia de Chiang Rai , es visita obligada para entender la problemática de este cultivo que data de varios siglos atrás. Éste ha pasado por diversas etapas desde que en los lejanos años de la ruta de la seda, los británicos comenzaron a comerciar con el producto de la amapola .

Viaja a Tailandia y hazte amigo de un elefante
Viaja a Tailandia y hazte amigo de un elefante

(Foto: iStock)

En el museo se aprecia el largo camino del Gobierno de Tailandia para erradicar los efectos nocivos que el opio ha causado a su pueblo y los esfuerzos emprendidos para rehabilitar la vida de los campesinos en su lado del Triángulo.

Después de esta visita, conviene darse una vuelta por el mercado de Chiang Saen para empaparse de la cultura local. Es una experiencia muy peculiar, desde el olor al entrar, pues todo lo que se vende es “muuuy” fresco: los animales los compras vivos, desde los peces, hasta las anguilas, las ranas y tortugas. Muertos, sólo los escorpiones. Todo se come.

Para terminar tu visita a la ciudad, toma un tuk tuk , que te llevará a un mirador ubicado en la parte más alta, desde donde puedes apreciar el punto exacto donde los tres países que conforman el Triángulo Dorado .

Si quieres comprar prendas de seda o algodón, ahí es donde. Encontrarás decenas de puestos alrededor. El regateo es parte de la experiencia de compra.

Una joya de Chiang Rai

A más o menos una hora de aquí, está Wat Rong Khun, el llamado Templo Blanco . Es una construcción contemporánea, hecha con fondos privados por un artista local para hacer méritos ante Buda .

Viaja a Tailandia y hazte amigo de un elefante
Viaja a Tailandia y hazte amigo de un elefante

 (Foto: iStock)

La fachada es impresionante. Los miles de cristales con los que está decorada brillan al sol ante una escalinata y un puente que representan la ascensión hacia el Nirvana, pasando por lo que en la religión católica vendría siendo el infierno y el purgatorio.

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