Si el proyecto Utopías () —una de las grandes apuestas en materia de cultura, deporte y reconstrucción del tejido de Iztapalapa en la administración de Clara Brugada — se exporta a la Ciudad de México podría tener gran impacto en espacios periféricos sin infraestructura, mientras que en otros debería cuestionarse su diseño, afirma Ernesto Morua, Doctor en Estudios Sociales y Procesos Políticos por la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM): "Tal como está planteada en Iztapalapa, no tiene mucho sentido replicar la experiencia de las Utopías en alcaldías centrales".

Reflexión pertinente, puesto que hace un mes la hoy candidata a la Jefatura de Gobierno por la coalición Sigamos Haciendo Historia dijo, durante una reunión con militancia de Álvaro Obregón y Venustiano Carranza, que, de ganar la elección, construirá 100 Utopías en la ciudad —16 por año— anunciando la primera en una alcaldía central: la Benito Juárez, en la unidad Narvarte SCOP.

El proyecto fue dado a conocer bajo la línea de las demás Utopías: tendrá alberca olímpica, gimnasio, escuela de música, auditorio, teatro, áreas para personas de la tercera edad, clínica veterinaria y servicios médicos. "Experiencia y resultados, esto que les digo quiero que vayan y lo vean en Iztapalapa”, fueron palabras de Brugada aquella ocasión.

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En Iztapasauria muchos animatrónicos están desgarrados, sucios y a la intemperie. En otras áreas deportivas hay escombro y áreas verdes secas, además, las bancas de concreto tienen un notable deterioro. Pese a las deficiencias del mantenimiento, es una de las principales ofertas recreativas para los habitantes de Iztapalapa. Fotos: Fernanda Rojas | El Universal
En Iztapasauria muchos animatrónicos están desgarrados, sucios y a la intemperie. En otras áreas deportivas hay escombro y áreas verdes secas, además, las bancas de concreto tienen un notable deterioro. Pese a las deficiencias del mantenimiento, es una de las principales ofertas recreativas para los habitantes de Iztapalapa. Fotos: Fernanda Rojas | El Universal

Hay 12 Utopías, continúa Morua, y un par están en construcción, "como la que hacen en lo que nunca fue un CETRAM en Acatitla, o los Ocho Barrios. En la mayoría se trata de una recuperación, que ha servido para diversificar formas recreativas, brindando servicios donde no los había, entre comillas porque algunas se construyeron en espacios ya existentes como la Utopía Meyehualco. En Libertad y Tecoloxtitlan, sí es infraestructura nueva". Lo más objetable es el mantenimiento.

La extensión de Meyehualco es de 150 mil metros cuadrados. En su fachada hay graffitis; el pasto quemado, en varias áreas y, al fondo, cerca de la gran cancha para correr y entrenar, baños clausurados. Detrás de ella hay tal vez 13 postes tirados, escombro. Aunque los instructores vigilan a los niños, en partes extensas debería haber más elementos de seguridad. Adelante, en Iztapasauria, descrita como "la primera exhibición ultrarealista al aire libre de dinosaurios en Latinoamérica, diseñada y creada por expertos, bajo la asesoría del Instituto de Geología de la UNAM", hay animatrónicos percudidos y un T. Rex, en reparación con andamios —o que lo estaba, hace días—. Sucia, desgarrada, a la intemperie, la mayoría de los animatrónicos. Fuentes de la alcaldía Iztapalapa explican que fueron comprados y no concesionados, pero no detallan con qué compañía se adquirieron.

Hay bancas de concreto deterioradas. En el gimnasio, una ventana rota; a un costado de las canchas de básquetbol, lonas y basura apiladas. Son 32 los talleres deportivos que allí se imparten, informan. La gente se queja de que no haya un estacionamiento para bicicletas y una vía, salvo pequeños espacios, a pesar de que el lugar tiene ciclopista. En las redes sociales hay información, dicen, pero es común llegar y no encontrar cupo, especialmente en natación. En la alberca, al principio no funcionaban las calderas y faltaba presupuesto, por lo que cerró un tiempo. Hay baños sin insumos básicos y, explican otros usuarios, en básquetbol el nivel de enseñanza no es tan alto, a diferencia de lo que sucede en natación, aunque los alumnos deben traer sus goggles y trajes, dice la madre de un joven.

Las regaderas del temazcal tienen deterioro y una pequeña casa está arrumbada; en la granja hay animales hacinados, sucios y en estado cuestionable. Foto: Fernanda Rojas | El Universal
Las regaderas del temazcal tienen deterioro y una pequeña casa está arrumbada; en la granja hay animales hacinados, sucios y en estado cuestionable. Foto: Fernanda Rojas | El Universal

En la escuela de música, otras madres afirman que habría que conseguir más instrumentos: faltan metales y cuerdas. La ventaja es que son clases gratuitas. Un chico dice que asiste dos veces a la semana, ocho horas por día, en turno vespertino.12 aulas con cientos de alumnos la conforman —hay quienes calculan que podrían ser 200; otros, hasta 700 contando a los inscritos en talleres— y una variedad de instrumentos para prestarle a grupos de 10 personas, quizá. Las materias: solfeo, coro e instrumento; el objetivo: preparar a los jóvenes desde una edad temprana para entrar a escuelas como las del INBAL. Es una gran oportunidad —afirma un grupo— y antes, el terreno sobre el que se encuentra la Utopía era un baldío intransitable, en una zona marginada con canchas llenas de tierra y poco tránsito; ahora, ya no es peligroso. Dicen que cuando estudian solfeo, por ejemplo, se escucha al ensamble de jazz; mientras el coro afina se filtra el sonido de las percusiones. Necesitan nuevos salones para que toquen, completos, una orquesta o un ensamble, puesto que sólo cuentan con dos espacios.

"Ninguna empresa se encarga del mantenimiento, es directo por el personal de Iztapalapa", informan de la alcaldía. En 2021 se dio a conocer que la inversión para las 12 Utopías sería de mil 270 millones de pesos. "El mismo presupuesto de la alcaldía se divide para todos los servicios de mantenimiento y se destina donde sea prioritario". El costo de construcción es distinto, puesto que tienen tamaños y conceptos diferentes —Brugada se inspiró en las UVAS de Colombia para hacer el concepto, que definió y organizó su equipo—: abarca desde los 30 y 50 millones de pesos hasta los 100, provenientes de los recursos de la alcaldía a través de su presupuesto directo. La primera Utopía fue Teotongo, a finales de 2020.

En las Utopías hay un responsable que depende de la coordinación general, estructura que se nota en las necesidades y características particulares entre una y otra, ninguna está concesionada. Se estima, informan, que por semana se atiende a 100 mil personas en cada una. El contraste se ve en El Barco, especie de acuario digital de varias plantas, dedicado a la difusión de temas ecológicos con material brindado por instituciones y organismos como el Museo Interactivo de Economía (MIDE), el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) y el Instituto de Ciencias de la Atmósfera y Cambio Climático de la UNAM; allí, por ejemplo, no hay pasto quemado. "El Barco se encuentra en la recuperación de un parque lineal, que no fue obra de Clara, sino de la administración anterior.

Si hubieran puesto El Barco en las condiciones anteriores no habría alcanzado el éxito que tuvo", explica Morua. Hay instructores que dicen que en un día pueden asistir 300 usuarios, y hasta tres mil en un fin de semana, pero en las últimas dos horas de apertura se ven menos de 15.

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Tiene un chapoteadero con agua turbia y máquinas inservibles. Fotos: Fernanda Rojas | El Universal
Tiene un chapoteadero con agua turbia y máquinas inservibles. Fotos: Fernanda Rojas | El Universal

También hay poca gente en la Utopía Papálotl. En su fuente, a unos metros de la entrada, corren aguas turbias. Una pequeña biblioteca con dos computadoras que no sirven. El baño de mujeres está sucio y sin papel, aunque hay agua. Cuenta con espacios para box, baile y una sala de cine, concurridos. Sus dos invernaderos están cerrados a las cinco de la tarde. La historia es similar: antes fue un deshuesadero de carros en el que los peatones, al cruzar, lo hacían con el máximo de precaución, cuidando sus pertenencias. Hoy tiene la Escuela de Cine Pohualizcalli, entre cuyos profesores destacan el cineasta Juan Carlos Rulfo y los fotógrafos Rosario Servín y David Morales. Al igual que con natación, los estudiantes reconocen que es valioso acceder gratis a buenos maestros, pese a que, para inscribirse, se pide tener un conocimiento previo en la materia y contar con cámara fotográfica.

Otro concepto interesante es el de Utopía Libertad, espacio de 60 mil metros cuadrados, junto al Reclusorio Oriente. Por decirlo de alguna forma, aborda la ecología con practicidad: tiene temazcal, granja, tortugario y una famosa lavandería popular. Ese día, en el auditorio, había, sobre una mesa, fichas de presentación de una conferencia que dieron Elena Poniatowska y Emmanuel Haro. Al igual que en las demás, salvo Meyehualco, la gente es poca, quizá 100 personas. Aún no termina el día y áreas como el tortugario o el planetario están cerradas seguramente por cuestiones horarias.

Uno de sus puntos débiles es la granja, con gallinas hacinadas y tal vez diez chivos, cuatro ponis en medio de heces, 30 jaulas con decenas de conejos, más de 20 borregos, tres vacas; animales en estado cuestionable. Una especie de pequeña casa en el temazcal se ve abandonada y dos de sus regaderas lucen sucias o incompletas. En todo el trayecto no aparece la lavandería a la vista. Al preguntarle a una oficial dónde está la lavandería señala un lugar que no está abierto en ese momento.

Es cierto que los habitantes de la zona afirman que la violencia se redujo —quizá un 30 %—, pese a que en los días de visita hubo persecuciones, detenciones o incidentes policíacos en las inmediaciones. Morua relata que en la Utopía Atzintli un carterista le robó el celular hace un año. Lamenta que lo que fueran espacios públicos, ahora no pueden usarse en la noche y que para ciertas actividades deban tramitarse permisos y hacerse bajo la estructura de las Utopías. "Hablamos de centros culturales en la periferia, donde la mayoría de las personas no están en horario laboral y no pueden disfrutarlos en la noche porque ya están cerrados. He querido usar una cancha y hay eventos políticos o de repartición. Se han hecho eventos esporádicos, pero no hay espacios recreativos sanos para la tarde-noche. Aún hay puntos alejados, a más de 20 o 25 minutos de lo que son las Utopías, que padecen marginación".

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