Aunque estudiantes, trabajadores y académicos protestaron afuera de las oficinas del Conacyt a fin de evitar las modificaciones al Estatuto General del CIDE, la manifestación no sirvió de nada, ya que, sin consultar a la comunidad académica y un par de horas después de la reunión extraordinaria de la Asamblea de Socios, las reformas fueron aprobadas, así lo dio a conocer , director del Centro de Estudios, en un escueto comunicado, en el que afirma que los cambios buscan “armonizar las facultades del Centro Académico”. El lunes se publicó una entrevista de Romero Tellaeche en un diario mexicano en donde el director afirmó que las reformas no son una medida autoritaria o vertical y que, contrario a lo que claman los integrantes de la comunidad, buscan “fortalecer la democracia y eliminar la burocracia que obstaculice cualquier proyecto de innovación”. Parece que a Romero Tellaeche se le olvidaron todas sus faltas y decisiones autoritarias, como despidos injustificados, la eliminación de la maestría en Periodismo, plagios en textos de su autoría, nepotismo y una larga lista de acusaciones y quejas en contra de sus decisiones y su administración. Pero, claro, como la mayoría de las cosas en la 4T, la democracia está torcida.

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Este fin de semana se denunció en redes sociales la proyección del documental The Big Reset en la . Usuarios, más que pedir censura, cuestionaban por qué se aprobó la proyección de un documental que ha sido señalado por contener noticias falsas en torno al Covid-19, con afirmaciones como que las personas vacunadas contra el Covid-19 emiten señales de Bluetooth o que la pandemia fue “creada por las élites” para “dominar al mundo”. Lo más cuestionable es que la proyección formó parte de las funciones gratuitas que ofreció el recinto el pasado 19 de diciembre. En fin, ¿qué se podía esperar de una administración cuyo jefe sugiere protegerse contra el Covid con estampitas religiosas y que en cada oportunidad desdeña a la comunidad científica? Escribanos a columnacrimenycastigo@gmail.com

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