Nos cuentan que se salieron las cosas de control en el concierto navideño que ofreció la Orquesta Filarmónica de la UNAM ( OFUNAM ) el pasado 11 de diciembre.
Todo empezó con el director huésped, Rodrigo Sierra Moncayo , nieto del mismísimo autor del "Huapango" y director de la Orquesta Sinfónica Juvenil de Zapopan, Jalisco. Resulta que durante el ensayo del sábado, los músicos de la orquesta simplemente se negaron a seguir tocando.
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Primero que porque Moncayo nieto no estaba manejando bien los "tempos" al dirigirlos; luego salió una razón de más peso: los jóvenes cantantes de los coros del Programa Coral Universitario, a cargo de Ana Patricia Carbajal, acostumbrados a retos más sencillos, se toparon con pared al interpretar la obertura y marcha de "La infancia de Cristo", de Hector Berlioz. Después de un gran drama se tomó una resolución inaudita: eliminar partes del concierto para que los muchachos del coro no se estresaran, así que de los dos fragmentos que se anunciaron sólo se dejó el orquestal y se suprimió el que incluía coro, así también retiraron uno de los encores. Ups. Ahora habría que escuchar qué dice la cabeza de la Dirección General de Música de la UNAM, José Wolffer , para saber cuáles son las prioridades que se están tomando. ¿Las interpretaciones cómodas o la exigencia artística?
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