El músico argentino-israelí Daniel Barenboim , expresó hoy su confianza en que Alemania mantendrá la línea de la "confrontación responsable" con su pasado, en lugar de tratar de dejarlo "bajo el manto del olvido", ante la situación política derivada de la llegada al Parlamento de la ultraderecha.

"Yo, como judío, he podido y espero seguir viviendo en Berlín porque sus ciudadanos se han comportado correctamente con su historia", afirmó el director de la Staatsoper de Berlín, en la conferencia de prensa previa a la reapertura de esa ópera tras siete años en obras.

Barenboim afirmó sentirse "muy bien" en Berlín, de cuya ópera nacional es director titular desde 1992, y consideró que ello se debe en buena parte a que Alemania "hizo los deberes" y "aprendió las lecciones de la historia".

Rehuyó, sin embargo, hacer valoraciones acerca de la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD), que se convirtió en tercera fuerza en las elecciones generales del pasado domingo, tras el bloque conservador de la canciller Angela Merkel y los socialdemócratas.

"Llevo muchos años aquí, pero no soy alemán", recordó, para añadir que considera esa cuestión un asunto de política interna alemana.

Barenboim hizo estas declaraciones durante la conferencia de prensa por la reapertura de la Staatsoper , que tendrá lugar el próximo 3 de octubre, coincidiendo con el Día de la Unidad alemana.

A la gala se espera la asistencia de Merkel y el presidente del país, Frank-Walter Steinmeier, y en ella se representará Szenen aus Goethes Faust , de Robert Schumann, con escenificación del director general de la Staatsoper, Jürgen Flimm, y con Barenboim a la batuta.

El sábado anterior, día 30, tendrá lugar un concierto al aire libre y gratuito, abierto a todos los ciudadanos, en la gran plaza ante la ópera, en que la Staatskapelle interpretará el "Himno a la Alegría" de Ludwig van Beethoven, asimismo dirigida por Barenboim.

Seguirán varios conciertos más esa misma semana, uno de ellos dirigido por Zubin Mehta al frente de la Filarmónica de Viena.

Tras esta semana de pre-estreno, la Staatsoper volverá a cerrar para proceder a los últimos ajustes técnicos y reanudará finalmente las actividades regulares el 7 de diciembre, coincidiendo con el 275 aniversario de la institución.

La reapertura de la Staatsoper lleva cuatro años de retraso y su presupuesto inicial -239 millones de euros- se ha disparado hasta alcanzar los 400 millones de euros.

En los siete años de cierre, la programación de la institución que dirige Barenboim se ha desarrollado en el Schiller Theater, en el antiguo sector oeste de Berlín.

La remodelación del teatro, construido entre 1741 y 1743 por el arquitecto Georg Wenzeslau, es uno de los proyectos culturales más ambiciosos de la capital.

Barenboim aspiraba a una remodelación rupturista del edificio, que fue arrasado por los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial y reconstruido luego por las autoridades de la República Democrática Alemana (RDA) más o menos de acuerdo al original.

El músico defendía que la remodelación no tenía por qué sujetarse al estricto respeto al patrimonio, ya que de todos modos el edificio actual no es el original, sino un falso rococó de los años 50.

Sin embargo, las autoridades optaron por el continuismo y el propio Barenboim se mostró hoy satisfecho con el resultado, al menos en lo que concierne a la acústica, que calificó de "extraordinaria".

Los retrasos en su ejecución han sido motivo de polémica en la ciudad, aunque el alcance de las demoras parecen tolerables, comparados con otros casos más flagrantes.

Objetivo de controversia constante -y aún no resuelta- es el futuro aeropuerto internacional de Berlín, que empezó a construirse en 2006 y debería haber entrado en funcionamiento en 2011, pero para cuya inauguración sigue sin haberse concretado una fecha.

sc

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