Zafiros, restos de ámbar y nácar fueron algunas de las piezas que los cazatesoros encontraron a orillas de la laguna del en 1941. Esas piedras preciosas formaron parte del tesoro del yate “ ”, nave española que resguardaba un valioso cargamento robado de Montepíos españoles.

Las joyas que iban en la embarcación fueron "deshuesadas" en casas ubicadas dentro de la Ciudad de México, como Tacubaya, pero al ser piezas habidas de forma ilegal, sus restos eran arrojados al Nevado de Toluca, pensando que nunca serían descubiertas.

Esta es la historia del barco el “Vita” y su , según reportó EL UNIVERSAL en 1941.

La historia del misterioso tesoro español del barco "El Vita" que fue a parar en el Nevado de Toluca
La historia del misterioso tesoro español del barco "El Vita" que fue a parar en el Nevado de Toluca

Expedición en el Nevado de Toluca en 2010 por equipo del INAH. Foto: INAH

Hallazgo de joyas del “Vita”

22 de enero de 1941

Pletora de Gambustinos

En la helada laguna del cráter del Nevado de Toluca, varios turistas encontraron valiosas alhajas. -Algunos indicios reveladores

El fabuloso tesoro del yate “Vita”, continúa siendo fecunda fuente de novelescos episodios. Hace algunos meses, en un tiradero de basura, en la esquina de la calle de Acueducto y Avenida Coyoacán, fueron encontradas, por los buscadores de papel y trapos viejos, algunas alhajas valiosas. Eso originó verdaderas romerías de gambusino que se presentaban hasta provistos de lentes de joyero para examinar las gemas.

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Más recientemente el general Juan Mérigo denunció ante la Procuraduría de Justicia de la Nación que ese tesoro maravilloso había entrado al país sin el pago de derechos aduanales. Y en España los relatos que se han hecho acerca de cómo se formó el tesoro del “Vita”, son sencillamente sensacionales: saqueos a las residencias de lanjudas familias; pillajes en los más suntuosos templos; robos a los palacios oficiales; latrocinios totales en las oficinas y en las criptas de los Bancos, así como también en los montepíos. En fin, todo lo que por el robo se pudo atesorar fué (sic.) reunido en un inmenso montón de alhajas, de vasos sagrados y de monedas de oro. Parte de esos tesoros fué recogido por las autoridades francesas y guardado en las criptas de los Bancos de Estado; otra parte cayó en manos de salteadores y una, bastante considerable, fué traída a México en el lujoso yate “Vita”, con autorización del Presidente Lázaro Cárdenas , a efecto de que el ex Primer Ministro don Indalecio Prieto se valiera de aquellas riquezas para beneficiar a los millares de refugiados españoles e instalarlos con negocios productivos.

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Jamás se supo el lugar en donde el tesoro había sido depositado ni menos aun quienes eran sus guardianes inmediatos. Sobre el particular se guardó el más completo secreto. Pero es el caso que en los sótanos de una casa en Tacubaya fueron encontrados anillos de oro con las montaduras vacías; fistoles, también con las piedras arrancadas; maquinarias de relojes finos, etc… por lo que se supuso que allí había estado depositado el montón de alhajas. Basura de aquella fué (sic.) la que tiraron en la esquina de las calles de Acueducto y Avenida Coyoacán y estaba formada por perlas brillantes, rubíes, zafiros, esmeraldas, etc.

Nuevos rastros del famoso tesoro de joyas

El domingo pasado el señor Jesús Olvera, tenedor de libros que presta sus servicios en conocida negociación, salió de paseo en automóvil con su cuñado el señor Manuel Cano y otras personas. Es muy afecto el señor Olvera a excursiones alpinísticas. Y el paseo, en esta vez, fué (sic.) al cráter del Nevado de Toluca, lugar que, como es sabido, ocupa una hermosísima laguna.

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El señor Olvera es un hombre de robusta salud espiritual, y por lo mismo no siente tentaciones por los tesoros fabulosos ni por los novelescos actos de gambusinos. Al llegar a la laguna se encontró con varias personas febrilmente dedicadas a excavar en las negras arenas de las orillas del lago. Se acercó curiosamente y se enteró de que unos excursionistas decían haber encontrado pedazos de zafiros, corales, etc., y él, por curiosidad, se puso a explorar. Encontró una boquilla de ámbar, a la que le había sido arrancado el anillo, seguramente de oro y un manguillo de hermoso nácar, al que le había sido arrancada la guarnición. En el fondo del lago había no menos de treinta cajas de hojalata. El señor Olvera rompió el hielo que cubría la laguna y pudo sacar una de aquellas cajas, que decía en una leyenda realzada: “Montepío de Madrid”. También recogió un sello de plomo con la leyenda “Montepío de Valencia” y una etiqueta con el nombre: “Evelio Fernández, 20 de mayo de 936.- 150 ptas”. Todo aquello indicaba que se habían llevado hasta aquel lugar las cajitas de seguridad de las criptas del Montepío de Madrid y del Montepío de Valencia. También se veían maquinarias de relojes a los cuales les habían arrancado las cajas y posiblemente los rubíes de los pivotes.

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Por esa razón se consideró que eran también restos del maravilloso tesoro del yate “Vita”.

¿Quién y por qué razones llevó hasta allá esas cajas de seguridad y esas maquinarias de relojes? ¿Quién desmontó en tan lejano sitio las gemas y el oro de diversos objetos? Esto es un nuevo misterio que habrá que agregar a la ya sensacional leyenda del tesoro español.

Reclaman la reivindicación de los bienes

Los señores licenciado Salvador Mendoza y Pedro Merla, miembros del Consejo Directivo de la Federación de Trabajadores Intelectuales del Distrito Federal, enviaron al señor Presidente de la República una declaración que propusieron a dicha Federación, con respecto al cargamento de joyas y oro del yate “Vita” y a la situación de los refugiados españoles en México.

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Dicen los citados señores en la declaración mencionada que es tiempo de considerar que el problema de los refugiados continúa sin solución, y que esta situación no puede perdurar, tanto más que se halla abandonada a su suerte no por culpa del Gobierno de México, sino por irresponsabilidad de sus dirigentes, y que si bien hasta ahora nuestro Gobierno no ha intervenido, conviene prever la posibilidad de que México tenga que enfrentarse a reclamaciones reivindicatorias de los fondos españoles, por lo que es prudente que se exija a los Comités de Ayuda a Españoles que produzcan los fondos necesarios para el asentamiento de la masa refugiada, haciendo que dichos fondos sean depositados en el Banco de México para destinarlos al financiamiento de los proyectos de empresas productivas y poner al trabajo productivo más intenso y de mayores perspectivas económicas, los fondos de que se hace mérito.

fjb