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Cada mujer que asistió el 8 de marzo a la marcha en la Ciudad de México por el Día Internacional de la Mujer vio, leyó, gritó o escribió cientos de frases, a pesar de que el mismo día muchos carteles acabaron en la basura, o de que en la noche trabajadores de limpia comenzaron a borrar de los edificios las pintas que una semana después habían desaparecido casi en su totalidad.
Este último mes, la pandemia del coronavirus ha relegado aún más la memoria de aquellas frases que la artista Lorena Wolffer define como un “abecedario”, “idioma” o “diccionario” de las luchas feministas en esta ciudad. El Covid-19 también ha invisibilizado su motivación original: las violencias contra las mujeres, aunque estas violencias están todavía ahí.
Desde el contundente “México feminicida” y el doloroso “Mamá, si mañana no vuelvo destrúyelo todo”, hasta el revelador “El machismo sí es un virus y no el coronavirus” y el enfático “Antes que histérica, histórica”, las frases dichas ese día revelan los diferentes feminismos en México , cómo se interrelaciona la lucha indígena con la defensa del cuerpo, o cómo hay demandas tan distintas: por la libertad, por el dominio del cuerpo, por la sororidad, por la memoria de las muertas y por lo que sufrieron las amigas, madres y abuelas.
Foto: cortesía Cerrcuha
Las artistas y activistas Cerrucha , Lorena Méndez, Lorena Wolffer y Mónica Mayer; la escritora y editora Vivian Abenshushan y Wendy Figueroa, psicóloga y directora de la Red Nacional de Refugios, reflexionan acerca de esas frases; recuerdan las que más les impactaron y analizan el momento que viven las mujeres un mes después y en medio de la pandemia.
“Personalmente me encantó 'Antes que histérica histórica'; es algo con lo que nos identificamos la mayoría de las mujeres y personas con cuerpos feminizados”, dice la artista Cerrucha.
Lorena Wolffer dice que las frases son idioma de la lucha feminista de la Ciudad de México, aunque tienen muchas ligas con el idioma de otros lugares: “Es una radiografía de la terrible realidad que tenemos en México. A mí, la que más me resuena es la pinta ‘ México Feminicida ’, que habla de un país, no de un gobernante; del acuerdo que existe en el territorio mexicano donde se permite asesinar 10 u 11 mujeres al día. No hay anunciado más claro”.
Foto: Sonia Sierra/ EL UNIVERSAL
Wendy Figueroa
observa en el lenguaje avances; se habla de feminicidios, no de crímenes pasionales ni amor romántico, y se dejó en claro, como decía un cartel, que “No han muerto, las han asesinado”. Abunda: “Hay frases que reflejan el cambio en todas las generaciones. Son mensaje de que no estamos dispuestas a callarnos, a estar en la omisión, a ser cómplices, eso es ‘Calladita no te ves más bonita’; hay frases que dejan claro que se nos ha arrebatado todo a través del machismo pero que el miedo nos ha permitido fortalecernos —’Nos sembraron miedo nos crecieron alas’—; luego, identificamos desde antes de esta pandemia que el machismo era el virus. Me quedo también con expresiones que dan un mensaje sobre lo que nos han criticado, las formas en que tenemos que comportarnos: ‘Quisieron enterrarnos pero somos semillas’.”
Foto: Sonia Sierra/ EL UNIVERSAL
La escritora Vivian Abenshushan observa en las frases no sólo el lamento, sino la celebración de sabernos juntas; no sólo la denuncia y la exigencia, sino la construcción de autonomía y la ruptura gozosa de los estereotipos, como en la frase: “Viva la vulva”. Cita el humor irreverente: “Somos malas, podemos ser peores” o “Revoltosa te ves más hermosa”: “Son palabras llenas de rabia y de ternura, que abren posibilidades de futuro, un futuro que el mundo neoliberal, patriarcal, feminicida, quería clausurar por completo. Son el desafío hacia un poder que parecía intocable. La toma de conciencia sobre los privilegios de clase o color de piel, la crítica al Estado, la imaginación y la memoria: “Somos las nietas de las brujas que no pudieron quemar”.
Foto: cortesía Cerrucha
Muchas de las consignas –dice Cerrucha — son un reflejo de los múltiples feminismos que se viven en la ciudad y en el resto del país. “Hay una parte de interseccionalidad, por ejemplo con mujeres indígenas o el antirracismo; es el caso del cartel ‘Ni la tierra ni las mujeres somos territorio de conquista’; o de que ‘Las mujeres indígenas también son asesinadas y no son noticia’, cosa que es muy cierta… Con la frase ‘Bloque negro abortando la blanquitud’ veo una mezcla de consignas feministas con antirracismo en una sola frase, que me parece maravilloso”.
Wendy Figueroa coincide en la presencia de grupos tan diferentes: “Fue evidente que no sólo había mujeres que se identifican como feministas o como de izquierdas, sino que se identifican como mujeres sujetos de derecho que alzan la voz para decir basta de matarnos, que tenemos derecho de andar libremente, o de decir ‘No nací mujer para morir por serlo’. Eso lo que hace es empezar a desnaturalizar las violencias, a darles un nombre, reconocerlas. Es uno de los principales pasos para desarticular la violencia”.
Foto: cortesía de Cerrcuha
Una nueva pedagogía
Lorena Méndez
, artista de la Lleca, encuentra que frases como “Mi cuerpo es mío” y “Yo no te pedí tu opinión sobre mi cuerpo” van contra una idea judeo-cristiana, heteronormativa, heterosexual, un discurso de “la media naranja”, “la persona que te completa” que han marcado un proyecto de vida para la mujer de una manera misógina: “Creo que las mujeres más jóvenes nos están abriendo un camino a partir de la reflexión de lo que significa nuestro cuerpo en la sociedad. Con frases cortas con mucha sustancia se traslada la reflexión intelectual, académica, al campo de la acción, de la vida pública, de la calle. Me encanta ver cómo hay una educación popular urbana --frase que utilizo en muchos de mis performances-- y un camino para desaprender para que la gente que las escucha en las calles o las lee reflexione sobre la profundidad que tienen”.
Foto: Sonia Sierra/ EL UNIVERSAL
Considera que detrás de cada una de estas frases hay además de resistencia, vida: “Estas frases nos fortalecen, nos sirven para no olvidar que somos muchas, que somos todas, que hay millones de mujeres en el mundo con las que puedes dialogar y que nos queremos vivas”.
La también artista Mónica Mayer define estas frases como un tratado y un poema: “Me gusta mucho la diversidad de posturas, sentimientos e ideas en las frases en los carteles y pintas en la manifestación de 8 de marzo, que fue hace unas cuantas semanas, aunque se siente que sucedió hace una década. En ellas se expresa dolor, furia, fuerza, ternura, humor, ironía y esperanza. Al igual que en los feminismos, no hay una sola postura, sino las voces de muchas mujeres hablando de sus experiencias con la violencia de género, llámese acoso o feminicidio, pero también de sus respuestas ante esta situación ya sea analizándola o asumiendo una postura ante ella. Todas juntas son un tratado y un poema”.
Foto: cortesía de Cerrucha
Cerrucha recuerda que en la marcha hubo frases en torno de la memoria en sí, por ejemplo: “Ningún partido es aliado, yo sí me acuerdo de la red de prostitución de Gutiérrez de la Torre”. La artista explica: “Los feminismos, y más en las marchas, tienen este componente de memoria, de que se haga justicia; otro componente fue el dedicado a la autonomía: 'Soy del tipo de mujer que si quiero la luna me la bajo yo solita', es de una autonomía maravillosa. 'Somos malas podemos ser peores', es muy catártica. Y hay otra parte con los cuerpos que se están defendiendo; una de las más atinadas es: 'Mi vida tiene valor mi cuerpo no tiene precio'. Estas consignas pintan un panorama de los tantos feminismos que hay; el feminismo negro, el feminismo indígena, las madres de mujeres desaparecidas asesinadas...”
En medio de la pandemia
A un mes de la marcha, y en medio de la pandemia por el Covid 19, Wendy Figueroa señala que lo que se ha visto es un Estado machista que de nuevo invisibiliza a las mujeres:
“Fue claro en el informe trimestral, donde el Presidente sólo dice que atiende a las víctimas de la violencia, pero invisibiliza los 10 feminicidios diarios de mujeres y niñas. En la pandemia, según instituciones y ONU Mujeres se han incrementado las violencias hacia las mujeres. En este mes lo que hemos visto es un gobierno que quiere crear pueblo y lo que necesitamos es crear ciudadanía. El reto de México es pasar el Covid-19 con menores costos humanos, pero también con menos feminicidios y violencias contra las mujeres”, asegura Wendy Figueroa.
Foto: cortesía de Cerrucha
“En estos momentos del coronavirus me parece terrible que esa efervescencia que resultó del 8M y del 9M se hayan disuelto tan rápidamente, sin embargo toda esa cultura contra la que luchamos, no deja de existir --dice la artista Lorena Wolffer--. La pregunta para el Estado mexicano hoy es qué hará en el confinamiento para garantizar la seguridad de las niñas y mujeres. La urgencia con que se habló del 8M sigue vigente”.
“Encuentro frases que nos han acompañado a lo largo de los años; las que surgen de manera espontanea; hay giros a frases establecidas en los feminismos; un léxico más o menos común y reconocido en los feminismos y en la población de la ciudad. Es un lenguaje que atraviesa experiencias de mujeres tan distintas pero que estamos juntas y que hacemos un reclamo por vidas vivibles, dignas y libres de violencia hacia nosotras. Este momento de encierro revelará eventualmente eso que implica haber escrito 'México feminicida'. A ver qué nos pasa y a ver qué hace el Estado mexicano en esta ocasión”, termina Lorena Wolffer.