De la A, con voces como "acontentar", "adrede", "aguaje" y "aleluyo", a la Z, con artículos lexicográficos como "zacateo", "zopilotear" y "zoquete", pero pasando acepciones como "agandalle", "apapachar", "balconear", "echarse un clavado", "chipil", "ñengo" y "parteaguas", el “ ” ( ) es una obra para que los mexicanos podamos pararnos ante el mundo para decir: estos somos desde la lengua y este es nuestro .

“El ‘Diccionario de Mexicanismos’ muestra que, por supuesto, estamos parados en un mundo globalizado, pero también muestra cómo somos. ‘Dime cómo hablas y te diré quién eres’”, asegura la lingüista y filóloga mexicana , coordinadora de la Comisión de Lexicografía de la Academia Mexicana de la Lengua que, durante diez años, jueves tras jueves, sesionó para conformar este gran diccionario que en total contiene 10 mil 587 lemas o artículos lexicográficos, 431 sublemas (formas de un lema que generan nuevos significados); 22 mil 333 acepciones, y una lista de voces exclusivas de México.

De México para el mundo, los mexicanismos en un diccionario
De México para el mundo, los mexicanismos en un diccionario

Foto: Espasa/Planeta, cortesía

“En esta obra la Academia Mexicana de la Lengua apostó por hacer un diccionario que buscara la identidad lingüística de los mexicanos”, señala en entrevista Concepción Company Company, quien afirma que es mucho más lo que el español de México comparte con el español general, y eso es fundamental porque de lo contrario seríamos incapaces de dialogar con otros hablantes de otras latitudes, pero el español mexicano posee una idiosincrasia dialectal, e incluso muchas idiosincrasias dialectales porque somos un país muy complejo, multilingüe y multinormativo.

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“La Academia apostó por encontrar la identidad lingüística de México, plasmarla en esta fotografía estática de un ente dinámico como es la lengua y hacerlo a partir del contraste estrictamente con el español de otros países. Es un diccionario diferencial respecto del español de España, del castellano, para entender qué nos separa de aquella lengua que llegó y que construimos, y al mismo tiempo, queríamos saber qué compartimos con Hispanoamérica. De ahí el subtítulo de ‘propios’, propios es lo que es nuestro y de nadie más”, asegura la lingüista que en 2019 recibió el Premio Nacional de Artes y Literatura.

La también autora de “Documentos lingüísticos de la Nueva España”, “Léxico histórico del español de México y de los siete tomos de la “Sintaxis histórica de la lengua española”, reconoce que mexicanismo es el uso propio normal, de nuestro país y debemos estar seguros de que tenemos "banquetas" y no "aceras", aunque en Campeche tienen "escarpas".

“Un mexicanismo no es el habla folclórica, popular, jocosa, irónica de Cantinflas, ni el habla o las canciones populares, aunque desde luego parte de ese léxico lo van a encontrar contenido en este diccionario, pero no hay que asociar mexicanismos ni con indigenismo, ni con habla folclórica, ni con habla del mercado, que también eso pueden ser mexicanismos”, señala la también integrante de El Colegio Nacional, desde 2016, y que ese mismo año fue nombrada Investigadora Emérita de la UNAM.

Company Company asegura que lo que hizo la Academia Mexicana de la Lengua, institución a la que pertenece desde 2004, fue buscar qué hay de identitario, de cultural en la lengua de México que nos hace hablar como mexicanos.

“Están aquí nuestros mexicanismos, nacidos desde los procesos de distanciamiento del español de España, como de los procesos de enriquecimiento a través de préstamo. Los prestamos no necesariamente tienen que ser de lenguas amerindias, pueden ser del inglés. Las lenguas son crisoles de contacto. Nosotros decimos, por ejemplo, "spring box" para la base de una cama, y así se le dice en México, punto, es mexicanismo. A una salchicha metida en un pan alargado se le dice 'hot dog' que ya no es mexicanismo porque así se le está diciendo en España también, pero los 'jochos' sí son nuestros, los 'jochos' derivado de ese anglicismo”, apunta.

Sobre esos mexicanos muy mexicanos, es decir, que aún no se generaliza su uso en los países de Hispanoamérica, porque “todo el diccionario está contrastado contra el español de España”, el “Diccionario de mexicanismos. Propios u compartidos”, tiene un índice al final, con términos que no son compartidos, que son muy nuestros, como "acatarrar", "achicalar", "axiote", "bilet", "burguer", "chambona", "cuchiplanchar", "enmuinar", "guarro", "jegüite", "rascuacho", "robachicos", "víborear" y "wacarear".

“Toda lengua es patrimonio de la humanidad, pero la Academia Mexicana de la Lengua quiso darle carta de naturaleza, quiso de avalar nuestros modos propios de escribir y hablar la lengua, y decir ‘está en pie de igualdad con cualquier otro dialecto’, o sea los mexicanos, debemos estar seguros de que preferimos ‘pararnos’ y no ‘ponernos de pie’, que preferimos el verbo ‘ameritar’ y no ‘merecer la pena’. No significa que no conozcamos la contraparte, pero hay un proceso de prelación lingüística, de darle jerarquía a ciertos usos. Esos son mexicanismos también: ameritar, pararse, preferimos echarnos una platicada en vez de una parrafada, preferimos güeros a rubios, aunque ambas vengan del latín”, apunta Company Company.

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Este diccionario que tiene atrás una larga tradición que empieza con Joaquín García Icazbalceta con su “Vocabulario de mexicanismos” que sólo llegó a la G: y continúa con Francisco Javier Santamaría que hizo su “Diccionario de Mejicanismos”, o el “Índice de mexicanismos” de la propia AML; o el “Diccionario del Español de México”, un trabajo colectivo dirigido por Luis Fernando Lara que hacen desde 1972 en El Colegio de México. E incluso el “Diccionario de Mexicanismos” que Company Company coordinó y se publicó en 2010.

“Hay que decir que la planta, la macro estructura y la microestructura de cada artículo lexicográfico de este nuevo diccionario es totalmente diferente del Diccionario de 2010. Es un paso más de una tradición lexicográfica de largo aliento que tenemos en México; porque los diccionarios son un tipo de libro socialmente importantes en tanto que son una obra que es consultada incluso por personas que no tienen tradición de lectura. Incluso existe un diccionario en casa donde no hay otro tipo de libros, en ese sentido la Academia Mexicana de la Lengua, está muy consciente de que es una obra socialmente relevante”.

“Diccionario de mexicanismos. Propios y compartidos” se presentará el próximo domingo 12 de febrero, a las 12 horas, en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes, con la participación de Leonardo Curzio, Concepción Company Company y Gonzalo Celorio, director de la Academia Mexicana de la Lengua.

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