Bengalas de color verde y rojo bastaron para que iniciara uno de los episodios más sangrientos de la historia de México.

Francotiradores iniciaron el tiroteo sobre la Plaza de la Tres Culturas el 2 de octubre de 1968 , lugar rodeado por el ejército para vigilar que no hubiera disturbios durante el mitin estudiantil. En cuestión de minutos aquello se convirtió en “un infierno”, como relató un reportero de EL UNIVERSAL quien presenció los hechos.

Se hizo un estimado, pero el número real de víctimas -estudiantes, niños, mujeres y hombres y soldados- no fue el definitivo.

La matanza del 68 tuvo lugar durante la visita de Grace Kelly - la ex diva de Hollywood y musa de Alfred Hitchcock - a México, ya como esposa del Rey Rainiero , mandatario del Principado de Mónaco, quienes participaron en encuentros diplomáticos con motivo de la inauguración de los Juegos Olímpicos del 68 ; que por cierto, aquella noche ninguna delegación abandonó la Villa Olímpica “por falta de seguridad”, como se rumoreaba entre corresponsales extranjeros.

Aunque esa noche el secretario de la Defensa Nacional, Marcelino García Barragán, y el jefe de la policía capitalina, el general Luis Cueto Ramírez, hicieron un llamado a los padres de familia y a los estudiantes para que reflexionaran sobre lo sucedido, un año después el aún presidente Gustavo Díaz Ordaz se responsabilizó por lo sucedido durante

“Por mi parte, asumo íntegramente la responsabilidad: personal, ética, social, jurídica, política e histórica, por las decisiones del gobierno en relación con los sucesos del año pasado”.

“En unos minutos aquello era un infierno”: Así relató un reportero de EL UNIVERSAL el 2 de octubre de 1968
“En unos minutos aquello era un infierno”: Así relató un reportero de EL UNIVERSAL el 2 de octubre de 1968

Díaz Ordaz saliendo de Palacio Nacional tras su quinto informe de gobierno, en 1969. Foto: Archivo El Universal

Así fue como EL UNIVERSAL reporteó el 2 de octubre de 1968.

Tlatelolco, campo de batalla

3 de octubre 1968

Por Jorge Áviles R., Redactor de EL UNIVERSAL

A partir de las 18.10 horas, un amplio sector de la Unidad Nonoalco Tlatelolco , en la zona comprendida entre la Plaza de las Tres Culturas y los edificios de la Secretaría de Relaciones Exteriores , el Chihuahua, el del ISSSTE y otros, se convirtió en campo de batalla entre miembros del Ejército y grupos de agitadores y terroristas.

A esa hora, miembros del Ejército trataron de dispersarlos y se inició una balacera que durante dos horas se prolongó en forma intensa y que seguía, esporádicamente, hasta altas horas de la noche.

El reportero presenció los hechos desde el momento en que se iniciaron.

El Ejército estaba apostado sobre la Avenida Nonoalco, a un costado de la Secretaría de Relaciones Exteriores. Gente del pueblo y estudiantes efectuaban un mitin, que se inició a las 17 horas, en la Plaza de las Tres Culturas.

“En unos minutos aquello era un infierno”: Así relató un reportero de EL UNIVERSAL el 2 de octubre de 1968
“En unos minutos aquello era un infierno”: Así relató un reportero de EL UNIVERSAL el 2 de octubre de 1968

Foto: Hemeroteca El Universal

El general José Hernández Toledo, comandante del Primer Batallón de Fusileros Paracaidistas, avanzó con sus tropas hacia el lugar de la reunión. Iba acompañado por cuatros hombres y a cincuenta metros de distancia seguía un cordón de soldados.

Hernández Toledo se paró enfrente del sitio de la manifestación, dando la espalda a uno de los grandes edificios, el denominado "Molino del Rey".

Surgieron en el cielo unas bengalas de color verde (el reportero relata las cosas tal como las vio), y fue entonces cuando surgió una ráfaga de ametralladora a espaldas de donde estaban Hernández Toledo y sus hombres.

Cayó el general con un disparo que le atravesó. Echaba sangre por la boca e instantáneamente perdió el conocimiento.

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Fue entonces cuando el reportero vio unas bengalas de color rojo, como señales y se generalizó la balacera.

Los miembros del Ejército Nacional comenzaron a hacer uso de sus armas. En unos instantes -eran las 18.20 horas-, se generalizó la balacera.

Muertos y heridos quedaron sembrados en la Plaza de las Tres Culturas. Hubo carreras, gritos y auténticos alaridos que se mezclaban con el ruido de las armas cortas y largas que entraron en acción.

“En unos minutos aquello era un infierno”: Así relató un reportero de EL UNIVERSAL el 2 de octubre de 1968
“En unos minutos aquello era un infierno”: Así relató un reportero de EL UNIVERSAL el 2 de octubre de 1968

Foto: Comité del 68

Los miembros del Ejército concentraron el fuego hacia dos edificios: el Molino del Rey y el Chihuahua. Se escuchaba el tableteo de las ametralladoras por ambas partes.

Posteriormente fue recogida una ametralladora larga, de tripié, utilizada por los alborotadores para hacer frente a las tropas.

Los grupos que estaban en la manifestación se dispersaron hacia los edificios multifamiliares, a esas horas atestados de familias que allí viven, y comenzaron a parapetarse en los pisos superiores del edificio Chihuahua.

Un carro blindado, con balas trazadoras que dejan una estela luminosa a su paso, señaló el sitio desde donde el fuego era más intenso. Era en el piso diez del edificio Chihuahua, en la parte derecha, viendo de norte a sur.

Los soldados, replegados contra paredes, tirados en el suelo, escondidos atrás de vehículos y colocados en posición de tirador de pie, de rodillas y pecho a tierra, iniciaron un fuego graneado hacia el edificio Chihuahua.

En unos minutos aquello era un infierno. El rugido de las armas era ensordecedor. Los cristales de los departamentos volaban hechos añicos y en el Interior las familias, locas de terror, trataban de proteger a sus hijos más pequeños.

Hubo escenas tan tremendas como la siguiente, que vio el reportero cuando estaba parado en el tercer piso de uno de los edificios: un hombre gritó: “Mi hijita, está en su corralito” y corrió al interior del departamento. Lo vimos cuando cayó de un balazo en el pecho, poco después sacaríamos a la niña indemne y la entregamos a la madre que parecía sonámbula, víctima de un tremendo shock nervioso.

“En unos minutos aquello era un infierno”: Así relató un reportero de EL UNIVERSAL el 2 de octubre de 1968
“En unos minutos aquello era un infierno”: Así relató un reportero de EL UNIVERSAL el 2 de octubre de 1968

Foto: Archivo

Fuerte incendio

El fuego sobre el edificio Chihuahua alcanzó tal magnitud que, cerca de las 19 horas comenzó a incendiarse gran parte del edificio. Durante largo tiempo se prolongó el siniestro. Las llamas alcanzaron del piso diez al trece y muchas familias tuvieron que salir de la zona, en medio del intenso tiroteo, cargando a sus pequeños y arriesgándose a ser heridos. Así, vimos a muchos otros caer heridos por las balas.

Es indudable que el grupo de francotiradores que estaba en esa zona del edificio Chihuahua no salió con vida. Ningún ser humano podía escapar al fuego concentrado, de alto poder, que allí se estaba registrando.

El fuego continuó durante una hora aproximadamente. Los bomberos llegaron rápidamente, pero el tiroteo de los francotiradores no les permitió acercarse durante largo rato.

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Vimos al Ejército en plena acción: utilizando toda clase de armamentos, las ametralladoras pesadas, empotradas en una veintena de yips, disparaban hacia todos los sectores controlados por los francotiradores.

Los tanques no llegaron a disparar los cañones, pero si las ametralladoras que llevan en sus torretas giratorias. Alcanzaba el tiroteo un larguísimo sector que comprendía la avenida Nonoalco, la prolongación del Paseo de la Reforma, la prolongación de San Juan de Letrán, las calles de Allende, Manuel González y muchas otras.

Los francotiradores, hasta altas horas de la madrugada de hoy, seguían controlando algunos sectores.

“En unos minutos aquello era un infierno”: Así relató un reportero de EL UNIVERSAL el 2 de octubre de 1968
“En unos minutos aquello era un infierno”: Así relató un reportero de EL UNIVERSAL el 2 de octubre de 1968

Foto: Hemeroteca El Universal

Evacuación

El reportero vio ambulancias llenas de heridos y bastantes muertos, aunque las cifras son sumamente difíciles de precisar por las condiciones en que trabajamos en esos momentos. Una y otra vez salieron las ambulancias, con su fúnebre carga, hacia los puestos de emergencia ya atestados de heridos.

La Defensa Nacional envió ambulancias del Hospital Central Militar, que evacuaron a muchos soldados heridos de bala en distintas partes del cuerpo.

Volviendo al tiroteo, tenemos que consignar que duró hasta cerca de las 21 horas, cerca de dos horas. No se trató de unos cuantos tiros sino de una batalla en forma que aterrorizó a los miles de personas: niños, mujeres y hombres que viven en la zona.

Las escenas de dramatismo son inenarrables. El pavor reflejado en los rostros, los lamentos de los heridos que eran sacados del lugar y el fuego graneado se repetían una y otra vez. La gente, que a varias cuadras de distancia presenciaba los hechos, estaba enardecida. No sabían si responsabilizar a los estudiantes o a las autoridades de lo que estaba pasando, pero gritaban denuestos a todo mundo.

Los ciudadanos, víctimas del natural shock nervioso por los hechos, perdieron la compostura y trataron de avanzar hacia la zona del tiroteo; hubo que dispersarlos con gas lacrimógeno, a las 21.15, en la esquina de Allende y Nonoalco.

“En unos minutos aquello era un infierno”: Así relató un reportero de EL UNIVERSAL el 2 de octubre de 1968
“En unos minutos aquello era un infierno”: Así relató un reportero de EL UNIVERSAL el 2 de octubre de 1968

Foto: Hemeroteca El Universal

Muchas bajas

Personalmente el reportero vio muchas bajas. Cuando aún duraba el tiroteo, por una especie de corredor hecho por el Ejército nos acercamos hasta la Plaza de las Tres Culturas.

En la oscuridad distinguimos perfectamente los cadáveres. No pudimos contarlos porque la visibilidad era escasa y el tiroteo fuerte. Varias balas pasaron muy cerca del redactor, a menos de un metro de distancia y tuvimos que tirarnos, el pecho a tierra, durante cerca de quince minutos.

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En la Plaza de las Tres Culturas cayeron muchas personas. Los ambulantes del Ejército y de las cruces Roja y Verde,a riesgo de su vida, haciendo una magnífica labor, se acercaban a la zona y bajo la graneada balacera evacuaban a los lesionados y dejaban allí a los muertos.

Poco después de las 22 horas, fue posible controlar relativamente la situación, aunque seguían disparos aislados en distintos sectores. A esa hora fue posible que sacaran a los muertos. El reportero los vio. No podemos decir cuántos son en total, pero en ese momento contamos 17, entre ellos tres mujeres.

“En unos minutos aquello era un infierno”: Así relató un reportero de EL UNIVERSAL el 2 de octubre de 1968
“En unos minutos aquello era un infierno”: Así relató un reportero de EL UNIVERSAL el 2 de octubre de 1968

Foto: Hemeroteca El Universal

Cientos de detenidos

Fueron detenidas cientos de personas. Mientras duró lo más fuerte de la balacera, los aprehendidos fueron colocados en una especie de túnel, entre una pirámide y el edificio de la Secretaría de Relaciones Exteriores.

A las 22.20 horas los detenidos fueron sacados del lugar. Se les colocó de espaldas, en la parte posterior de la Iglesia de Santiago. Eran aproximadamente quinientos entre hombres y mujeres.

Muchos otros fueron aprehendidos por grupos especiales del Ejército, encargados del aspecto de inteligencia militar. Los agentes de inteligencia detuvieron a más de cien agitadores, muchos de ellos armados.

El reportero vio pistolas, cuchillos, hachas, una subametralladora y otras armas que fueron decomisadas en el sitio del zafarrancho. También muchas cajas de cartuchos, incontables.

Un reportero gráfico, Jaime González, recibió un bayonetazo que casi le amputó una mano. En ese momento casi cesaba el fuego nutrido, pero seguían balazos en distintos sectores.

“En unos minutos aquello era un infierno”: Así relató un reportero de EL UNIVERSAL el 2 de octubre de 1968
“En unos minutos aquello era un infierno”: Así relató un reportero de EL UNIVERSAL el 2 de octubre de 1968

Foto: Hemeroteca El Universal

Fueron desalojados

A las 2.30 horas de hoy miembros del Ejército Mexicano y de la Policía Preventiva sacaron a 125 detenidos del edificio “Molino del Rey”. El Ejército ejerció una fuerte vigilancia apuntando con las ametralladoras de los carros ligeros de combate, hacia lo alto del mencionado edificio para evitar que se repitiera el fuego, como había ocurrido momentos antes.

Los detenidos fueron conducidos a pie desde el mencionado edificio hasta la esquina de Nonoalco y San Juan de Letrán por miembros del Ejército. Las tropas continuaron haciendo el cateo piso por piso y departamento por departamento, donde se cree que se pueden esconder los francotiradores.

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Mientras tanto, los detenidos fueron subidos a camiones del Ejército y conducidos con rumbo desconocido, pero se cree que los llevaron al Campo Militar No. 1.

Hasta esta hora se supo que muchos cadáveres se encontraban dentro del edificio, pero no habían podido ser sacados.

“En unos minutos aquello era un infierno”: Así relató un reportero de EL UNIVERSAL el 2 de octubre de 1968
“En unos minutos aquello era un infierno”: Así relató un reportero de EL UNIVERSAL el 2 de octubre de 1968

Foto: Archivo El Universal

Preludio del drama

El mitin que se realizó ayer en la Plaza de las Tres Culturas y que dio origen al combate entre terroristas y miembros del Ejército tuvo una duración aproximada de media hora.

Anunciado para las 17 horas, se inició media hora más tarde. Durante él, fogosos oradores asumiendo una actitud intransigente, rechazaron en forma violenta los ofrecimientos hechos por las autoridades federales y anunciaron su decisión de intensificar el movimiento.

Asimismo como ya viene siendo costumbre entre los agitadores, se lanzaron, después de insistir en los seis puntos de su pliego petitorio, insultos y ataques contra las autoridades del Gobierno contra las fuerzas policíacas y contra los miembros del Ejército.

Presentes en este acto estuvieron cerca de tres mil personas, en su mayoría no estudiantes así como periodistas extranjeros invitados ex profeso.

Al subir de tono los discursos y al hacer los oradores una abierta incitación a la rebelión fue cuando la policía se acercó al lugar de la manifestación produciéndose los primeros incidentes.

“En unos minutos aquello era un infierno”: Así relató un reportero de EL UNIVERSAL el 2 de octubre de 1968
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Foto: Hemeroteca El Universal

 29 muertos y más de 80 heridos en ambos bandos; 1,000 detenidos

En el combate registrado ayer en la zona de Tlatelolco murieron 29 personas y resultaron heridas más de 80, muchas de ellas graves según datos extraoficiales.

Según los datos recabados por EL UNIVERSAL, había 18 muertos en la Tercera Delegación, 5 en la Cruz Roja, 1 en el Hospital Rubén Leñero, 1 en el Hospital de Balbuena y 4 en el Hospital Militar.

En su mayoría los muertos y heridos son estudiantes y soldados, pero también hubo niños, de no más de 12 años, que resultaron con graves lesiones.

Muchos de los heridos, en las primeras horas de la madrugada, se debatían entre la vida y la muerte. Por otra parte, también extraoficialmente EL UNIVERSAL pudo saber que durante los disturbios fueron detenidas más de 1,000 personas, las cuales fueron trasladadas al Campo Militar Número Uno y están a disposición del Estado Mayor Presidencial.

“En unos minutos aquello era un infierno”: Así relató un reportero de EL UNIVERSAL el 2 de octubre de 1968
“En unos minutos aquello era un infierno”: Así relató un reportero de EL UNIVERSAL el 2 de octubre de 1968

Foto: Hemeroteca El Universal

No Habrá Estado de Sitio, Afirmó García Barragán 

El secretario de la Defensa Nacional, general de división Marcelino García Barragán, declaró anoche que no se permitirá que situaciones como la de ayer, en la que se registraron varios muertos y heridos, vuelva a repetirse.

Esta afirmación fue hecha después de hacer un llamado a los padres de familia para que controlen a sus hijos y evitar accidentes que después habrán de lamentar. Asimismo, manifestó que la actitud de los estudiantes es de incomprensión hacia las autoridades, pues no hay precepto legal que obligue a las autoridades a conceder todo lo que les pidan.

Interrogado sobre una posibilidad de establecer un “estado de sitio” en la ciudad, declaró, con énfasis que no, “pues vivimos, por fortuna, en un país donde impera la libertad”.

Sobre la gravedad de la situación reinante, dijo: “¿A quién benefician estas cosas, y a quién perjudican?”.

Sobre la actitud del pueblo hacia el Ejército, que se ha visto obligado a intervenir en los disturbios estudiantiles, indicó que algunos tenían antipatías hacia él, “pero no en los que quieren la tranquilidad y la paz del país”.

En la entrevista concedida a la prensa nacional ayer a las 21 horas, el general García Barragán dijo que se tenía noticia de que los estudiantes, después del mitin de la Plaza de las Tres Cultura, se dirigirían a las instalaciones del Casco de Santo Tomás, con el fin de presionar a las tropas que allí se encuentran. Esto obligó a mantener algunas unidades en estado de alerta.

“En unos minutos aquello era un infierno”: Así relató un reportero de EL UNIVERSAL el 2 de octubre de 1968
“En unos minutos aquello era un infierno”: Así relató un reportero de EL UNIVERSAL el 2 de octubre de 1968

Foto: Hemeroteca El Universal

A las 17:30 horas, el ejército recibió una petición de la policía solicitando apoyo de las fuerzas armadas, pues se había iniciado un tiroteo entre los estudiantes.

Al aproximarse el ejército a la Plaza de las Tres Culturas -informó el general García Barragán-, fue recibido a tiros por francotiradores.

El tiroteo duró una hora aproximadamente. Al frente de las tropas estuvo el general Cristóforo Mazón Pineda, comandante de la Brigada de Infantería.

En esos momentos -señaló el general García Barragán- no se tenía todavía el parte del general Mazón Pineda, por lo que no pudo proporcionar datos exactos sobre los muertos y heridos.

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Terminando el informe del secretario de la Defensa, el general Mario Ballesteros Prieto, jefe del Estado Mayor de la Secretaría, informó que había un cabo muerto y doce heridos entre militares y civiles.

Los heridos fueron llevados tanto al Hospital Central Militar como a las cruces Verde y Roja.

Los detenidos por parte del ejército fueron llevados al Campo Militar número Uno y posteriormente puestos en manos de las autoridades civiles correspondientes.

“En unos minutos aquello era un infierno”: Así relató un reportero de EL UNIVERSAL el 2 de octubre de 1968
“En unos minutos aquello era un infierno”: Así relató un reportero de EL UNIVERSAL el 2 de octubre de 1968

Foto: Hemeroteca El Universal

Al finalizar la entrevista, el general Ballesteros informó al secretario de la Defensa que había sido herido el general José Hernández Toledo, comandante del Batallón de Fusileros Paracaidistas, y que en esos instantes estaba siendo intervenido quirúrgicamente,

Tropas del ejército permanecerán patrullando la Unidad Tlatelolco hasta nueva orden.

Gran cantidad de armas de fabricación rusa, decomisadas

El general Luis Cueto Ramírez, jefe de la policía capitalina, declaró esta madrugada que la Jefatura de Policía únicamente se concretó a avisar que habían surgido disparos en la Unidad Habitacional Nonoalco Tlatelolco, y que el Ejército actuó enseguida tomando las medidas pertinentes.

Informó también que ha comprobado que existen manos extrañas en el “movimiento estudiantil”, y que armamento ruso fue encontrado en el interior de algunos edificios de la Unidad Habitacional.

Habló de que miembros de la Jefatura de Policía aprehendieron en Tlatelolco y sus alrededores a más de 110 alborotadores, que inmediatamente fueron puestos a disposición de las autoridades judiciales competentes.

Respecto a que si en lo sucesivo de la Jefatura de Policía permitirá más mitines y manifestaciones, indicó que eso es competencia de la Secretaría de Gobernación y del Departamento del Distrito Federal.

“En unos minutos aquello era un infierno”: Así relató un reportero de EL UNIVERSAL el 2 de octubre de 1968
“En unos minutos aquello era un infierno”: Así relató un reportero de EL UNIVERSAL el 2 de octubre de 1968

Foto: Hemeroteca El Universal

Las declaraciones las hizo en su despacho, a la prensa capitalina, y expresó que el armamento hallado en Nonoalco Tlatelolco es de diferentes calibres, y que muchas de las armas son subametralladoras con cargadores de 30 a 50 cartuchos de alto calibre.

El jefe de la policía metropolitana refirió que todavía tiene la esperanza de que haya una reflexión entre los estudiantes, los cuales deben pensar en México y recapacitar para evitar seguir siendo manejados por gente empeñada en desprestigiar a nuestro país. Agregó que no tiene idea de quiénes puedan ser los extranjeros que se han infiltrado entre el estudiantado para crear situaciones difíciles al gobierno mexicano.

Entre otras cosas, afirmó que se tiene mucha fe en la juventud, la cual indudablemente ha sido engañada.

En relación a los juegos olímpicos , recalcó que el gobierno tomará las medidas necesarias para evitar que sean suspendidos. “Estos es un compromiso nacional y deberá cumplirse”.

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Finalmente, manifestó, que tres agentes del Servicio Secreto resultaron heridos de bala durante los disparos en Tlatelolco, y que muchos otros no se habían reportado hasta altas horas de la madrugada, por lo que se ignoraba qué les había acontecido.

“En unos minutos aquello era un infierno”: Así relató un reportero de EL UNIVERSAL el 2 de octubre de 1968
“En unos minutos aquello era un infierno”: Así relató un reportero de EL UNIVERSAL el 2 de octubre de 1968

La Villa Olímpica “Libertador Miguel Hidalgo” y sus alrededores en una foto aérea de 1968. Foto: Secretaría de Obras Públicas

Nadie ha abandonado la Villa Olímpica

Por Edmundo Contreras

Ninguna delegación deportiva de las alojadas en la Villa Olímpica “Libertador Miguel Hidalgo”, ha dado aviso de su retiro argumentando “falta de seguridad”, por los recientes sucesos en la capital.

Lo anterior fue informado en la oficina del licenciado Francisco Javier Miranda, gobernador de ese complejo urbano.

No fue posible establecer contacto directo con el gobernador de la Villa, sin embargo, un vocero de ese centro indicó: “Hasta ahora -eran las cero horas-, todos los deportistas que habitan aquí, desconocen lo ocurrido y por ello puedo asegurarle que ningún delegado ni atleta, han salido o pretenden hacerlo por ese motivo ni por otro”.

“En unos minutos aquello era un infierno”: Así relató un reportero de EL UNIVERSAL el 2 de octubre de 1968
“En unos minutos aquello era un infierno”: Así relató un reportero de EL UNIVERSAL el 2 de octubre de 1968

La Villa Olímpica. Foto: Archivo El Universal

De esta forma quedaron desechados los rumores que corrieron entre los corresponsales extranjeros, en el sentido de que algunas delegaciones habían solicitado ya su retiro de los XIX Juegos Olímpicos, argumentando falta de seguridad para sus atletas.

Sin embargo, pudimos saber que este mediodía habrá un comunicado oficial al respecto por parte del Comité Organizador de los Juegos.

Hoy regresan a Europa los Príncipes Rainiero y Grace

Los príncipes Rainiero y Grace, que se encuentran como visitantes distinguidos en México, tuvieron el día de ayer libre, para desarrollar la actividad que los dos quisieran, fuera del programa oficial que el Consejo Nacional de Turismo les preparó durante su estancia en la capital.

Tanto Rainiero como Grace pasaron todo el día en una hacienda de la ciudad de Cuernavaca, y ya bien entrada la noche regresaron a la Ciudad de México, al hotel en donde se encontraban alojados.

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“En unos minutos aquello era un infierno”: Así relató un reportero de EL UNIVERSAL el 2 de octubre de 1968
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Los príncipes Rainiero y Grace, en 1956. Foto: AP

Los distinguidos personajes reales del principado de Mónaco también conocieron la ciudad de la eterna primavera, para la cual vertieron magníficos elogios por su clima y por sus paisajes naturales.

Hoy, a las 11.20 horas, a bordo de un Boeing Intercontinental de Air France regresarán los príncipes Rainiero y Grace a Europa, vía Nueva York.

Serán despedidos en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México por funcionarios del Consejo Nacional de Turismo.

fjb

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