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Texto: Carlos Villasana y Ruth Gómez
Fotografía actual: Juan Carlos Reyes
Diseño web:
Miguel Ángel Garnica
Durante las décadas de los años cincuenta y sesenta del siglo pasado, el crecimiento territorial y poblacional de la capital demandaba nuevas formas de vivienda. Por este motivo, los gobiernos en turno exploraron construcciones que habían resultado funcionales en otras partes del mundo, principalmente en Europa.
Así nacieron las unidades habitacionales en México, impulsadas tanto por el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE). Para lograrlo, ambas instituciones invitaron a reconocidos arquitectos y artistas plásticos para que llevaran a cabo la planeación y distribución de los espacios, en aras de brindar a los futuros habitantes no sólo un sitio de descanso, sino que pudieran contar con todos los servicios y áreas de esparcimiento que un hogar requiere.
La primera de ellas se inauguró en 1949, el Centro Urbano Presidente Alemán (CUPA), diseñada por Mario Pani. El CUPA marcó ciertas características que tendrían a futuro la mayoría de las unidades: contar con zonas deportivas, áreas verdes, plazas públicas y juegos infantiles. Paulatinamente fueron inaugurados el Multifamiliar Juárez, la Unidad Santa Fe del IMSS, el Multifamiliar ISSSTE Tlalpan, entre otras.
La aparición de las unidades habitacionales fue sumamente importante en la vida urbana ya que de cierta manera, aseguraban que decenas de familias pudieran ser dueñas de una vivienda. Por ello, rápidamente se convirtieron en locaciones perfectas para retratar la cotidianidad de una ciudad que estaba entrando a su etapa “moderna”.
En 1957, se inauguraba al sur de la capital el Multifamiliar Tlalpan, un complejo habitacional de diez edificios diseñados por los arquitectos Fernando Hernández y Jorge Cuevas.
Las señoritas del Multifamiliar Tlalpan
Los edificios del Multifamiliar Tlalpan, poco antes de su inauguración en 1957. Crédito: "Una vida moderna" / Colección Villasana - Torres.
Dos años después, en 1959, sus zonas públicas fueron congeladas por la lente de Fernando Méndez, al filmar en ellas parte de la trama de la película “Señoritas”. Esta cinta fue popular por las bellas actrices que la protagonizaban y por su temática, que fue un tanto polémica para la época: concursos de belleza donde las mujeres aparecían en trajes de baño, casas de citas liderados por mujeres, el miedo de vivir en estos complejos habitacionales debido a la altura -y sus connotaciones sociales- y el aborto.
EL UNIVERSAL informaba a sus lectores que el estreno de la cinta sería en el Real Cinema, en la esquina de las actuales calles de Balderas y Colón, a las afueras del metro Hidalgo y que en ella tomaban “parte un conjunto de mujeres muy hermosas, entre las que destacan Christiane Martell y Ana Berta Lepe, quienes conquistaron en el concurso de Señorita Universo hace cuatro años, los títulos de la mujer más bella del mundo y la cuarta belleza, respectivamente.
Hay expectación entre el público por ver esta película, especialmente por la forma en la que ha sido anunciada, presentando a Christiane Martell, Ana Berta Lepe, Sonia Furio, Claudia Celis y Mapyta Cortés, en trajes de baño o en brevísimos bikinis que hacen lucir las figuras esculturales de estas artistas, con lo cual el tema de la película pasa a segundo lugar. “Señoritas” es, según quienes la han visto en exhibiciones privadas, una extraordinaria película con una historia apasionante, montada a todo lujo y en colores”.
Anuncio del filme “Señoritas” dentro de las páginas de este diario: “La vida y milagros de algunas Señoritas que usted conoce, interpretada por las estrellas más sensuales del cine mexicano”. Publicidad del 15 de enero de 1959. Crédito: Archivo Hemerográfico EL UNIVERSAL.
En la trama se desenvuelven historias de jóvenes de gran personalidad, que renuncian a los estereotipos de lo que significa o debía de hacer la mujer. Ataviadas con elegantes vestidos y despampanantes joyas, las “señoritas” -en su mayoría trabajadoras de una casa de citas- se dedicaban a acompañar y conquistar a hombres adinerados. En cambio, Alicia, hija de la cabecilla de la casa de citas, sufre los juicios sociales que conllevan las prácticas de su madre.
También encontraremos historias de amor que, muy a la telenovela latinoamericana, retratan los celos o caprichos por la falta de atención de la pareja, o el distanciamiento de otra provocado por la preocupación de una chica por su amado, quien se dedica al box y no puede concebir que en cualquier pelea él pueda fallecer.
Además de la historia, ciertas escenas nos dejan vislumbrar un poco de lo que era la vida nocturna y rutinaria de la ciudad en esa época, mostrándonos el ambiente que se generaba en bares, reuniones, clubes o fiestas donde resaltaba el gusto de escuchar música con las orquestas tocando sus instrumentos en vivo o las tradicionales serenatas en honor a la belleza de las protagonistas. Otros cuadros nos regalan postales de una ciudad que quedó cincuenta y ocho años atrás.
Christiane Martell y Ana Berta Lepe, protagonistas de “Señoritas”. Crédito: Archivo Hemerográfico EL UNIVERSAL.
Conforme va avanzando la película, las historias de las señoritas alcanzan su desenlace y siguiendo el esquema de ciertas cintas mexicanas, el final para algunas resulta trágico, alejado del “felices para siempre”. Una de las características que hoy en día trajeron a la memoria esta película, fue la representación de un sismo que derrumba el edificio donde se encontraba la casa de una de las protagonistas, con locación en el Multifamiliar Tlalpan.
El siniestro
Escenas donde aparece el Multifamiliar Tlalpan en la cinta de Fernando Méndez. Cuyo desenlace es un temblor que destruye uno de los edificios de este conjunto. Crédito: YouTube.
Recordemos que la película fue filmada entre 1958-1959 y probablemente escenificar un sismo fue una forma de sobrellevar el terremoto de 1957, en una búsqueda constante de querer comprender lo que significó para los mexicanos de ese tiempo y el miedo constante que empezó a ser el habitar un edificio alto.
En el año 2000 este lugar también fue escenario de la filmación de la película “Amores Perros”.
Frente al edificio colapsado 1C del Multifamiliar Tlalpan, se observa la placa de la inauguración de esta zona habitacional.
La cinta fue un éxito y el Multifamiliar Tlalpan sobrevivió intacto por muchos años más, aún con el terremoto de 1985. Sin embargo, hace una semana la zona sur de la ciudad se vio profundamente afectada por el terremoto de magnitud 7.1 grados que cimbró a la capital y uno de sus 10 edificios colapsó.
Cincuenta y ocho años después vivimos en carne propia el caos, desesperación y temor que la naturaleza desató entre los habitantes capitalinos en 1957 y 1985. El final de la cinta retrata el alivio familiar de reencontrarse con los suyos, la impotencia de perder un hogar o el dolor de perder a un ser querido.
Desde este diario lamentamos profundamente el deceso de familiares, amigos o vecinos que habitaban en el edificio del Multifamiliar Tlalpan, en espera de que pronto encuentren alivio y fuerza para seguir. Y para las personas rescatadas, les deseamos una pronta recuperación, gracias por resistir.
Fuentes:
Archivo Hemerográfico EL UNIVERSAL. Libro “Una vida moderna”, Youtube.