Un nuevo realizado por investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington en San Lui, y del Hospital de Investigación Infantil St. Jude arrojó luz sobre la calidad de la de las vacunas de ARNm contra el .

Las dos primeras vacunas creadas con tecnología de ARNm, los biológicos antiCovid de Pfizer/BioNTech y Moderna, son posiblemente las dos vacunas más eficaces desarrolladas hasta la fecha. En los ensayos clínicos, ambas tuvieron una eficacia superior al 90% en la prevención de la infección sintomática.

Si bien las infecciones aumentaron con la aparición de las variantes delta y ómicron , las vacunas siguen siendo bastante eficaces para prevenir las hospitalizaciones y las muertes.

El éxito de la nueva tecnología llevó a los científicos a tratar de averiguar por qué las vacunas de ARNm son tan eficaces y si es probable que la protección que proporcionan perdure a medida que surjan nuevas variantes.

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En este nuevo estudio, publicado en la revista 'Cell', los investigadores reclutaron a 15 voluntarios que recibieron dos dosis de la vacuna de Pfizer con tres semanas de diferencia.

Los voluntarios se sometieron a un procedimiento de extracción de centros germinales de sus ganglios linfáticos, 21 días después de la primera dosis, justo antes de la segunda, y luego en los días 28, 35, 60, 110 y 200 después de la dosis inicial. Ninguno de los voluntarios había sido infectado por el SARS-CoV-2 al inicio del estudio. Los investigadores obtuvieron células T foliculares auxiliares de los ganglios linfáticos y las analizaron.

El trabajo muestra que la vacuna de Pfizer activa de forma intensa y persistente un tipo de célula inmunitaria auxiliar que ayuda a las células productoras de anticuerpos a crear grandes cantidades de anticuerpos cada vez más potentes, y también impulsa el desarrollo de algunos tipos de memoria inmunitaria.

Conocidas como células T foliculares auxiliares, estas células duran hasta seis meses después de la vacunación, ayudando al cuerpo a producir anticuerpos cada vez mejores. Una vez que las células auxiliares disminuyen, las células productoras de anticuerpos de larga duración y las células B de memoria ayudan a proporcionar protección contra la enfermedad grave y la muerte.

Estos hallazgos ayudan a explicar por qué la vacuna de Pfizer provoca niveles tan altos de anticuerpos neutralizantes y sugiere que la vacunación puede ayudar a muchas personas a seguir produciendo anticuerpos potentes incluso cuando el virus cambia.

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"Cuanto más tiempo proporcionen ayuda las células T foliculares auxiliares, mejores serán los anticuerpos y más probabilidades habrá de tener una buena respuesta de memoria. En este estudio, descubrimos que estas respuestas de las células auxiliares foliculares T siguen y siguen. Y lo que es más, algunas de ellas responden a una parte de la proteína de la espiga del virus que tiene muy poca variación. Con las variantes, especialmente la delta y ahora la ómicron, hemos visto algunos avances en las infecciones, pero las vacunas se han mantenido muy bien en términos de prevención de la enfermedad grave y la muerte. Creo que esta fuerte respuesta folicular T es parte de la razón por la que las vacunas de ARNm siguen siendo tan protectoras", explicó uno de los responsables del estudio, Philip Mudd.

Los primeros anticuerpos producidos en respuesta a una infección o a una vacunación no suelen ser muy buenos. Los linfocitos B tienen que pasar por una especie de campamento de entrenamiento en los llamados centros germinales de los ganglios linfáticos, antes de poder producir anticuerpos realmente potentes. Las células T foliculares auxiliares son los sargentos de estos 'campamentos de entrenamiento'.

Las células auxiliares dan instrucciones a las células productoras de anticuerpos para que produzcan anticuerpos cada vez más potentes y animan a las que tienen los mejores anticuerpos a multiplicarse y, en algunos casos, a convertirse en células productoras de anticuerpos de larga duración o células B de memoria. Cuanto más duren los centros germinales, mejor y más fuerte será la respuesta de los anticuerpos.

Los investigadores están estudiando ahora lo que ocurre después de una dosis de refuerzo y si los cambios en las células T foliculares auxiliares podrían explicar por qué las personas con sistemas inmunitarios comprometidos, como las infectadas por el VIH, no generan una fuerte respuesta de anticuerpos.

jgt/melc

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