México se convirtió en el destino favorito para la construcción de residencias o comunidades de lujo orientadas a adultos mayores, dado el envejecimiento de la población y su cercanía con Estados Unidos.

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Se trata de una alternativa a los asilos para quienes buscan cuidado y compañía, así como servicios de alimentación, lavandería y limpieza; realizar actividades físicas y que promuevan la estimulación cognitiva para ancianos o personas que viven solas, pero que requieren tanto asistencia como vigilancia médica.

Sin embargo, al ofrecer estos servicios en un ambiente óptimo, con médicos, enfermeras y cocineros, hacen que su costo sea elevado y, por lo tanto, accesible sólo para mexicanos con alto poder adquisitivo o extranjeros.

La Asociación Mexicana de Asistencia en el Retiro (AMAR) dio a conocer que existen 1.6 millones de extranjeros jubilados en el país. Además, hay 17.9 millones de personas mayores de 60 años que pueden estar interesadas en vivir en algunas de estas comunidades o residencias.

México cuenta con residencias de lujo como Belmont Village, Ballesol, Le Grand, Latitude Margaritaville International, Villazul y Las Magnolias, las cuales rentan pequeños departamentos a cada residente o pareja, cuyo alquiler ya incluye alimentación, limpieza, lavandería, servicio de enfermería las 24 horas, vigilancia, fisioterapia, nutriólogo, sicólogo, servicios de apoyo y participación en actividades como clases de cocina o salida de compras.

Algunas residencias tienen salas de yoga y juegos, así como convenios con algún hospital.

El preferido

Javier Govi, fundador y presidente de AMAR, dijo que México es el destino de retiro más importante a escala mundial, ya que no hay otro país que tenga la cantidad de jubilados extranjeros, 1.6 millones de personas, dada su cercanía con Estados Unidos.

Baja California tiene la mayor población de retirados en el país, después de Jalisco y Guanajuato. “Este mercado ya está pujante y a esta industria ya nadie la detiene”, aseguró Govi en entrevista con EL UNIVERSAL.

En su opinión, para que un inmueble se clasifique como residencia o comunidad de retiro, debe contar con más de 40 habitaciones o pequeños departamentos para que genere suficientes ingresos: “Reconocemos que hay muchos asilos o casas asistenciales, pero su característica es que son casas grandes donde a veces en una habitación meten hasta siete y ocho personas.

“En cambio, en esta industria cada individuo o pareja tiene su habitación privada, por eso los separamos, para lograr entender (...) hacia dónde vamos”, dijo.

Según estimaciones de AMAR, la inversión para un proyecto de residencia para adultos de 50 habitaciones o más ronda entre los 20 y 25 millones de dólares, es decir, 451 millones de pesos.

El 25 de abril, Grupo Ballesol y Grupo Presidente colocaron la primera piedra de su segunda residencia para adultos mayores en Lomas Verdes, Estado de México, pues la primera propiedad está en Querétaro.

Ballesol nació en España hace 40 años y hoy tiene 53 residencias en ese país, donde ha atendido a más de 100 mil familias.

La residencia de Lomas Verdes estará lista en 14 meses y contará con habitaciones confortables, áreas comunes, espacios al aire libre, salas de rehabilitación física, electroterapia, terapia ocupacional y estimulación sensorial.

El presidente de AMAR puntualizó que este segmento inmobiliario no debe confundirse con el turismo médico, ya que se trata de comunidades donde las personas viven hasta que fallecen y en el turismo médico llegan por determinado tratamiento o intervención quirúrgica y se van.

La asociación reportó que el costo de las residencias para adultos sanos, activos e independientes en Jalisco ronda los 2 mil 500 dólares al mes, es decir, 50 mil pesos mensuales.

Sin embargo, en la medida en que el adulto esté más enfermo o discapacitado, el costo se puede elevar hasta 7 mil dólares o 140 mil pesos al mes.

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Descubren mercado

La casa de retiro Belmont Village en Santa Fe, Ciudad de México, fue una de las pioneras en este segmento, al abrir sus puertas en 2017. El complejo tiene 133 departamentos de varios tamaños y 90% de los residentes son nacionales, en tanto el resto son extranjeros con prevalencia de estadounidenses y españoles.

“Demanda hay mucha, es un sector que está creciendo y cada vez las familias tienen más ocupaciones y actividades, por lo que es difícil atender a los padres en casa. Además, la gente está viviendo más y con mayor discapacidad”, dijo Rodrigo Cruz, director médico de Belmont Village, en donde trabajan 150 personas, entre ellos, cuatro médicos disponibles las 24 horas.

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