Washington.— La directora del Fondo Monetario Internacional (FMI), Kristalina Georgieva, afirmó que el crecimiento global pronosticado para los próximos cinco años, que rondará 3%, nunca puede considerarse “fabuloso”, aunque esté lejos de la recesión.

“Si lees los números no creo que nadie diga ‘oh, estos son números fabulosos’”, afirmó en una rueda de prensa.

Georgieva respondió así a una pregunta de la prensa sobre las declaraciones de la secretaria del Tesoro estadounidense, Janet Yellen, quien el pasado martes dijo que aunque hay que mantenerse vigilantes sobre los riesgos que afronta la economía global, no hay que “exagerar la negatividad” que anticipan organismos como el FMI.

“Estoy de acuerdo con la secretaria Yellen en que hemos temido una recesión”, pero “un crecimiento global de 2.8 % no es suficiente para generar oportunidades para las empresas y las personas en todo el mundo y lo más preocupante es la proyección de un crecimiento débil a más largo plazo”, señaló Georgieva.

En su opinión, las dos ven “la misma imagen”, pero es “muy compleja”. “Si queremos superar las tendencias de crecimiento negativo que nos frenan y frenan las aspiraciones de la gente, tenemos que concentrarnos en la acción, en reformas estructurales. Es duro, pero necesario”, explicó.

El FMI publicó el martes, en el contexto de sus reuniones de primavera que se celebran esta semana en Washington, su reciente informe de previsiones macroeconómicas, en el que recalca que la incertidumbre sigue reinando en el panorama global y advierte que la economía continuará frenándose en 2023 y crecerá 2.8 % este año.

Todo en un marco con países aún absorbiendo los efectos de la pandemia o de la invasión rusa de Ucrania, de una inflación elevada y condiciones restrictivas. “Las cifras tampoco son horribles, no estamos en recesión (...) pero no estamos en un gran lugar. Vemos que los riesgos aumentan, pero ahora también tenemos un historial de resiliencia en los últimos años”, afirmó Georgieva.

Prioridades y desafíos

En su análisis previo a la ronda de preguntas, la directora del FMI volvió a insistir en que “este es el pronóstico a medio plazo más débil en décadas” y dibujó un panorama con la inflación subyacente “obstinadamente alta”, con una fragmentación geopolítica que “tiene implicaciones para el comercio” y “con riesgos a la baja” que han aumentado.

Además, añadió, “luchar contra la inflación y salvaguardar la estabilidad financiera se ha vuelto más complejo con las recientes presiones del sector bancario”.

“Todos debemos tener muy en cuenta que los países de bajos ingresos son particularmente vulnerables dados el alto nivel de deuda y el crecimiento de su ingreso per cápita”, insistió.

Georgieva señaló tres prioridades: restaurar la estabilidad de precios y salvaguardar la estabilidad financiera; reconstruir los cimientos con transformaciones estructurales (acelerar la revolución digital o verde, por ejemplo); e intensificar la cooperación internacional para reducir el daño de la fragmentación.

Uno de los principales desafíos, señaló Georgieva, es la elevada deuda pública y es por ello imprescindible ayudar a la refinanciación de muchos países.

Georgieva recordó que esta semana se celebró una mesa redonda sobre deuda soberana y que ya se están logrando “progresos tangibles bajo la copresidencia del Banco Mundial, el FMI y la India como presidente del G20”.

Georvieva mencionó algunos acuerdos alcanzados como la mejora del intercambio de información sobre proyecciones macroeconómicas y las evaluaciones de sostenibilidad en etapa temprana del proceso de reestructuración de la deuda.


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