En los últimos diez años (2011-2021), aun cuando se incrementó el número de herramientas de monitoreo y evaluación de los y políticas sociales en las 32 entidades del país, uno de los aspectos a mejorar es el padrón de beneficiarios.

Aunque todas las entidades cuentan con normativa sobre la elaboración de padrones, todavía hay entidades que no publican sus padrones de beneficiarios, o la información publicada está incompleta o desactualizada, revela el diagnóstico del avance en monitoreo y evaluación en las entidades federativas 2021 del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social ( ).

En opinión de los especialistas el reto para las entidades federativas es transitar hacia el fortalecimiento de un sistema de monitoreo y evaluación de calidad institucionalizado para la mejora de la política de desarrollo social.

Durante el periodo examinado, todas las entidades federativas incrementaron y fortalecieron la normativa y los instrumentos con los que monitorean y evalúan las intervenciones de desarrollo social.

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No obstante, advierte el Coneval, un sistema de monitoreo y evaluación que se mantiene en el tiempo, en el que hay interacción entre los diferentes actores que lo conforman y cuya información es efectivamente usada, requiere de la conjunción de esfuerzos para abordar los retos pendientes, como son:

a) Mejorar la calidad de las normas e instrumentos, b) garantizar la homogeneidad y articulación en los mismos, c) procurar la sostenibilidad de los avances alcanzados en el sistema, en especial en momentos de cambio político, y d) promover el uso de la información generada por el sistema para la mejora de la política de desarrollo social.

Además de la mejora del padrón de los beneficiarios, entre los principales retos se encuentra la utilización de herramientas con formatos diferentes en cada una de las dependencias, es decir, la ausencia de un modelo homogéneo dificulta integrar o comparar los resultados de una con otra.

En ocasiones los sistemas digitales de información están organizados por dependencia, con información sobre el monitoreo de los indicadores y los procesos de evaluación y seguimiento de resultados separados. Esto limita la retroalimentación y complementariedad entre estos dos instrumentos.

En estos casos es importante la comunicación entre los entes que generan información al interior del estado, mediante la generación de sistemas informáticos que permitan contar con información de calidad, homologada, oportuna y actualizada para retroalimentar las otras etapas del proceso de políticas públicas.

Un reto importante que enfrentan los sistemas de evaluación locales es la perdurabilidad de estas prácticas, aspecto que se pone en riesgo durante los cambios de las administraciones públicas locales, debido a que el cambio no necesariamente garantiza la continuidad de los esfuerzos y herramientas que se han desarrollado en monitoreo y evaluación por parte de la administración saliente.

Otro desafío en común es el del uso efectivo de la información generada por el monitoreo y la evaluación. Esta información debe ser utilizada por los actores relevantes de los poderes ejecutivos y legislativos estatales para una toma de decisiones orientada a resultados.

Se requiere también involucrar a los gobiernos municipales en las tareas de monitoreo y evaluación, a partir de sus atribuciones y las capacidades heterogéneas con las que cuentan, para lograr mejores resultados en el contexto estatal.

En resumen, advierte el Coneval, es necesario implementar esfuerzos adicionales para contar no solo con los instrumentos de monitoreo y evaluaciones esenciales, sino para lograr un sistema de calidad, articulado y perdurable, que utilice la información que genera para la mejora de la política de desarrollo social.

vcr

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