Para los brigadistas de la Comisión de Recursos Naturales ( Corena), quienes combaten incendios forestales en la Ciudad de México, existen varios problemas que deben sortear: la falta de conocimiento de los capitalinos sobre su trabajo, las condiciones meteorológicas, y que 100% de los siniestros son provocados, incluso, por bandas organizadas.

En lo que va de 2023, los incendios han crecido y se han registrado 452, con mil 267 hectáreas afectadas, dice el ingeniero y subdirector de Restauración Forestal de la institución adscrita a la Secretaría de Medio Ambiente capitalina, Gerardo Alberto Marentes Alarcón, quien reconoce que esta cifra de incendios fue con la que se cerró 2022.

“Estamos a mitad de la temporada de incendios, la parte más complicada es abril y mayo, y si no llueve en junio, se nos complica”, refiere en entrevista con EL UNIVERSAL y enseguida enfatiza que “esperamos una temporada muy complicada de incendios, entre los cambios climáticos y rachas de viento”.

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Y es que en la capital los incendios están 100% relacionados a actividades causadas por el hombre. Esto es “por descuido, vandalismo, por mala fe o por un delito.

“En la Ciudad de México todos los incendios son provocados por el ser humano. Campesinos, productores, delincuentes, hay esa parte”, señala Marentes.

Explica que las principales zonas en donde se registran los siniestros forestales están en las alcaldías Tlalpan y Milpa Alta.

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La Secretaría de Medio Ambiente indica que la capital es la única entidad del país que cuenta con un protocolo para la atención de incendios forestales, lo que asegura, ha permitido una mejor coordinación interinstitucional. “Actualmente, la Ciudad de México ocupa el primer lugar a nivel nacional en menor tiempo de combate de un incendio forestal y menor superficie afectada”.

El subdirector de Corena asegura que por cada incendio se queman 2.69 hectáreas en la capital del país, y a nivel nacional el promedio es de 6.9.

Y en cuanto a la duración, en promedio, en la capital es de 2.53 horas desde que se detecta, arriban los elementos de Corena y se atiende, mientras que a nivel nacional es de 4.37 horas.

Además, abunda que a través de 16 torres, la Corena tarda en detectar un incendio en 5 minutos, y a nivel nacional, el promedio es de una hora 5 minutos.

Cuando un ciudadano detecta un incendio puede reportarlo al 911 o al Centro Estatal de Manejo al Fuego.

Compañía de la Guardia Nacional

Brigadistas como Jessica Medina han tenido que arribar a mitigar incendios forestales custodiados por elementos de la Guardia Nacional.

“En su mayoría los incendios son provocados, prácticamente todos los que hemos atendido son por vandalismo”, expresa.

Jessica Medina comenta que la participación de la Guardia Nacional es importante para ellos en las zonas de conflicto.

“El problema de tala o en este caso las personas que suben a practicar la caza”, sin embargo, no precisó zonas.

En este sentido, se le consultó al subdirector de Restauración Forestal cómo podían diferenciar a los responsables de los incendios forestales: “Allá arriba [zonas boscosas] tenemos detectados donde hay borregos, donde hay ganado, donde hay paperos, sabemos cuáles son las posibles causas.

“No podemos decir nombre y apellido porque no nos consta, o sea, van y le prenden, se echan a correr o se meten en un vehículo y cuando detectamos el humo, ya no hay nadie. Se complica la cuestión de detener a los delincuentes forestales”, asegura.

Refiere que muchas veces los sujetos van armados y “los combatientes forestales no llevamos armas, entonces procuramos no enfrentar, y atendemos el incendio para que el daño al ecosistema sea mínimo”.

Se le pregunta si esto es una gran problemática, a lo que responde que sí y añade que la Ciudad ya no tiene para dónde crecer y muchos están buscando asentarse en las zonas boscosas.

“Es una lucha entre las inmobiliarias, la venta de terrenos, la producción contra la cuestión de los sistemas económicos que tenemos en el suelo de conservación”, dice.

¿Cuántos son?

La Corena tiene poco más de 4 mil brigadistas en diferentes líneas de trabajo, hay una dedicada específicamente a los incendios forestales, ellos están capacitados y cuentan con las habilidades para atenderlos.

Datos de la Secretaría de Medio Ambiente establecen que, a través del programa Altépetl, son 4 mil 500 brigadistas anuales que realizan actividades de conservación, protección, restauración y mantenimiento en las 88 mil hectáreas forestales, agrícolas y lacustres del suelo de conservación. De esos elementos, 2 mil 500 son capacitados y/o acreditados en materia de combate de incendios forestales.

Usan un equipo que tarda en hacer combustión de color amarillo, casco, protección para el rostro, guates y radios. Todos ellos están las 24 horas del día en guardia ante cualquier emergencia. Llevan una vida laboral distinta al resto, pues ellos están de guardia una semana completa, en la cual no ven a su familia.

Luego, descansan 14 días y vuelven a ingresar, justo para dar cabida a todos los elementos, esto, para que las zonas de conservación nunca se queden sin monitoreo.

En las partes altas de la Ciudad también hay elementos que deben hacer su vida en la zona de conservación, desde ahí monitorean y alertan al resto.

Así es como entra en acción Osvaldo González, quien cuenta que en cada incendio hay nerviosismo porque no saben a qué se van a enfrentar.

Conduce la unidad amarilla, más grande que una unidad de bomberos. “Nosotros hacemos el cuidado del bosque y los bomberos el área urbana. La brigada a veces se conforma de ocho a 12 elementos y estamos en un campamento en donde permanecemos las 24 horas. Trabajamos los siete días.

“Cuando se hace el llamado acudimos con los compañeros en equipo especializado o en camioneta para hacer ataque directo con palas, herramientas manuales […] cuando vamos en el equipo especializado pues trabajamos con el camión, la bomba”, enfatiza.

Llamado a la ciudadanía

El equipo que combate incendios forestales de la Comisión de Recursos Naturales invita a la gente a que conozcan su trabajo y contribuyan cuando vayan a una emergencia.

“Cuando nos toca atravesar la Ciudad de sur a norte es complicado por el tráfico que luego se hace”, describe González.

Jessica pide que los capitalinos los apoyen porque “al final nosotros estamos para salvaguardar el bosque, estamos para protegerlo”.

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