El resultado de la elección presidencial en Estados Unidos amenaza con afectar la transición a los coches eléctricos y traer consecuencias negativas para México.
Expertos consultados por EL UNIVERSAL coinciden en que un cambio en la Casa Blanca o en el Congreso, donde la mayoría sea del Partido Republicano, puede modificar o eliminar los incentivos para la compra de estos vehículos en la mayor economía del planeta.
Bajo la administración del presidente Joe Biden se publicó la Ley de Reducción de la Inflación (IRA, en inglés), en la que se otorgan estímulos fiscales no sólo a los consumidores de coches eléctricos, sino también a las armadoras. Para acceder a ellos es requisito que los materiales de las baterías y algunos otros componentes se fabriquen en Estados Unidos, Canadá o México.
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No obstante, si gana un presidente republicano estos incentivos pueden desaparecer, lo que impactará a México, que es el único país en América Latina que exporta autos eléctricos, principalmente a la Unión Americana, donde su venta todavía no llega a 10% del mercado total.
“Se están estancando las ventas y ahí es donde pega la campaña presidencial, porque la bandera de Donald Trump y los republicanos es que no son muy creyentes de las tecnologías limpias. Ellos no firmaron los acuerdos de transición energética, fueron los demócratas. Es un tema que va a polarizar mucho en campaña”, estima Eric Ramírez, director Latam de Urban Science.
La meta de Biden es que 50% de los vehículos nuevos en su país sean eléctricos en 2030, una tasa similar al escenario base de S&P Global Mobility, de 45% para ese año.
La división de S&P Global asume que las armadoras van a lograr cabildear para que, además de los eléctricos, se permita el uso de otro tipo de vehículos con el objetivo de reducir las emisiones contaminantes en la nación vecina.
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“Sin embargo, en el contexto actual, si se le hacen cambios drásticos a la Ley de Reducción de la Inflación o a la Ley Bipartidista de Infraestructura y se reducen los incentivos tanto a los fabricantes como a los consumidores, el potencial de participación de mercado de los automóviles eléctricos estará cercano a 37% en 2030”, advierte.
En medio de esta incertidumbre, apenas en enero, la planta de Ford en Michigan, donde se fabrica la camioneta eléctrica F-150, anunció que va a recortar a la mitad la producción a partir del 1 de abril.
De los mil 400 trabajadores en la planta, 700 serán transferidos a otros complejos que fabrican camionetas a gasolina o podrán optar por un retiro anticipado.
La automotriz reportó una pérdida de 4.7 mil millones de dólares en su negocio de vehículos eléctricos en 2023 y proyecta una pérdida mayor este año. Por su parte, en octubre pasado, General Motors pospuso por un año una inversión de 4 mil millones de dólares en una planta de camionetas eléctricas, también en Michigan.
Primero híbridos
Para Toyota, líder en producción y venta de autos híbridos, no se debe hacer una transición forzada de vehículos de gasolina a eléctricos, pues no todos los consumidores quieren uno y hace falta infraestructura de recarga incluso en países con economías desarrolladas.
“En algunos mercados ha habido una transición de vehículos a gasolina a eléctricos, donde no pasan por esta transición de gasolina, luego híbridos, híbridos enchufables y luego los de hidrógeno”, explica Guillermo Díaz, presidente de Toyota Motor Sales y Lexus de México.
“No puedes ofrecerle al cliente gasolina y luego eléctricos. En países como México no hay infraestructura y la luz tiene costos altos, pero incluso en ciertos países desarrollados falta capacidad para que toda su flota sea eléctrica. No hay forma. Habría que gastar billones de dólares para tener un parque 100% eléctrico. Además, ¿de dónde viene la energía con la que los cargas? Porque si viene de energías contaminantes fósiles, ¿dónde está la limpieza que se busca?”, opina.
Díaz dice que han sido testigos de que en otros mercados una desaceleración en la venta de vehículos eléctricos ha provocado, según sus distribuidores, que los inventarios de eléctricos se acumulen y empiecen a bajar precios.
Desde la perspectiva del presidente de Toyota, Akio Toyoda, los autos eléctricos alcanzarán como máximo 30% de participación de mercado a escala mundial, y el resto serán híbridos enchufables e híbridos. La comercialización de coches eléctricos en México va en ascenso, pero son los híbridos los que tienen una mayor participación.
De enero a noviembre pasado se vendieron 11 mil 766 vehículos eléctricos, casi el triple (169%) que en el mismo periodo de 2022, pero los eléctricos apenas participan con 0.9% de las ventas totales en el país, de acuerdo con la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz.
En cambio, se comercializaron 46 mil 831 unidades de híbridos en el mismo periodo, 27% más respecto al periodo anterior y ya poseen 3.8% de participación en las ventas totales.
México es un laboratorio
México es el único país en América Latina que ofrece coches eléctricos en el extranjero. En 2020, Ford comenzó a exportar el Mustang Mach- E eléctrico, mientras en octubre de 2023, General Motors empezó con la Blazer eléctrica.
El directivo de Urban Science, Eric Ramírez, dice que México “es un laboratorio”, donde las armadoras americanas fabrican vehículos que no tienen certeza de cómo se van a desempeñar en el mercado, como es el caso de los eléctricos.
“Ford, General Motors, Honda, BMW y las que faltan, como Nissan y Tesla, siguen probando el mercado de los autos eléctricos en Estados Unidos. Prueban fabricar en México y si ganan, ganan mucho, pero si pierden, no pierden tanto, por los costos de producción”, expone.
“Todas las armadoras importantes nos están viendo como fuente de abastecimiento de vehículos eléctricos. Honda, BMW y recientemente Tesla probará en Nuevo León si funciona [el mercado de eléctricos]. México se verá beneficiado, pero si no despega, pueden bajar su ritmo de producción”, finaliza.