Es usual que al pasar cerca de una colisión aparatosa veamos desplegadas las bolsas de aire de los autos involucrados. También podemos encontrar, en ocasiones, que estos implementos no se activaron; esta observación anecdótica puede llevar a falsas conclusiones, como que los vehículos de una marca en específico, por un evento que se hace viral en redes sociales, “no son seguros”. Esto es una falla de lógica, un error sistemático denominado “sesgo de confirmación”.

Según la Agencia Nacional de Seguridad en Carreteras de los Estados Unidos NHTSA, las bolsas de aire han salvado, desde su lanzamiento en 1987 hasta 2016, más de 47 mil vidas. Estos implementos trabajan en asociación con acelerómetros y sensores que determinan en una vigésima de segundo si resultará de utilidad activar bolsas o no. Los sensores determinan velocidad, ángulo, intensidad del impacto y tipo de choque, y si no es necesario desplegar la bolsa, no la activarán.

Caso distinto es el de bolsa de aire lateral , cuya función además de desacelerar también es aislar al ocupante del poste B y de la posible intrusión del objeto con que se colisiona, sea un auto , poste u otro obstáculo. Aquí también tendremos aislamiento del cristal y sus fragmentos, pero el margen de maniobra es mucho menor, por lo que esta bolsa se despliega en aún menos tiempo que la frontal.

Las bolsas no están diseñadas para activarse en cada choque “fuerte”

. Un ejemplo claro de una situación donde no se despliegan bolsas, aunque el impacto sea severo, se presenta tanto en choque por alcance simple como una volcadura por pérdida de control. La principal función de la bolsa de aire es reducir la velocidad de desaceleración de los ocupantes, para aminorar la severidad de las lesiones, en la medida de lo físicamente posible.

En un alcance o en volcadura los ocupantes no están viajando hacia la dirección en que la bolsa frontal pueda ayudar en hacer más gradual su desaceleración.

¿Por qué no desplegar siempre la bolsa en choques por encima de cierta velocidad, “por si acaso”? Porque la bolsa también es un peligro. Menor, pero un peligro también : la elevada velocidad de despliegue puede causar abrasiones en la piel. Si bien es preferible una exfoliación pasada de intensidad que una lesión cervical o craneal, no deja de ser un factor de riesgo, por lo que el despliegue de bolsas es un recurso de seguridad pasiva que se activará solamente en las circunstancias en que pueda evitar mayores daños de los que podría causar.

Ahora bien, estas bolsas no son milagrosas y dos factores que como usuarios debemos siempre tener presentes son el uso de cinturón y la correcta distancia al dispositivo.

Cómo funcionan las bolsas de aire del auto
Cómo funcionan las bolsas de aire del auto

Una posición adelantada en el asiento, con el volante cerca del pecho, eleva la posibilidad de abrasión y quemadura por despliegue de bolsa, además de reducir nuestra capacidad de maniobra al tener los codos flexionados. La distancia correcta al volante puede medirse con exactitud descansando la muñeca sobre la parte superior del volante con el codo extendido.

La contraparte de esta posición es igualmente nociva: la posición de manejo hasta el fondo, muy socorrida entre usuarios que quieren sentir equivocadamente que están experimentando un manejo deportivo meramente porque van casi acostados. Lo que causa este perezoso acomodo es que la bolsa de aire estará demasiado lejos del usuario al desplegarse, eliminando su capacidad de absorción del impacto y elevando la probabilidad de lesiones cervicales en caso de impacto frontal.

Es importante tener en cuenta que el cinturón trabaja en equipo con la bolsa, este binomio está diseñada para actuar conjuntamente, y si chocamos sin cinturón la bolsa no disminuirá la velocidad de desaceleración, sino que nos impactará directamente en rostro y pecho con una fuerza aún mayor que la del choque.

A nivel activo, la disponibilidad de control de estabilidad y frenado automático pueden ser buenas pautas para decidir una compra. Como consumidores, para elegir informados en cuanto a seguridad de los vehículos que estamos considerando, podemos consultar bases de datos especializadas.

Para comprar, podemos considerar factores de seguridad: a nivel pasivo, la integridad de la cabina en volcadura o colisión, y la efectividad de absorción de impactos al frente. Podemos consultar estos factores observando resultados de pruebas de choque en las páginas web de instituciones como EuroNCAP, LatinNCAP, NHTSA y la IIHS.

Estas organizaciones nos ayudan calificando los modelos de interés en el tema de preservación de la vida. Es un proceso de decisión más sano, en lugar de que preguntemos al pariente que dice conocer del tema, o a un promotor cuya motivación es cerrar otra venta.

En este aspecto, es importante comunicar a los concesionarios y armadoras, cuando sea el caso, al momento de decidir no adquirir su producto por motivos de baja oferta de equipo de seguridad, darle retroalimentación al vendedor y afirmar “me decidí por X marca porque sí ofrece bolsas de aire ”. Obviamente pocos tienen los recursos para limitar su movilidad personal exclusivamente a vehículos 5 estrellas, pero al menos podemos detectar la oferta de unidades en nuestro mercado calificados con una o cero estrellas en seguridad, y tacharlas de nuestra lista de opciones a considerar.

Aunque personalmente nos consideremos cautelosos en nuestra conducción, lamentablemente otros usuarios de la vía pública no lo son, y aunque los autos inseguros tienden a ser baratos, resulta mucho más caro un ataúd o una silla de ruedas.

Tips:

- Nunca viaje sin cinturón de seguridad, ni siquiera en distancias cortas.

- Como copiloto, nunca suba los pies al tablero. (¡Como conductor tampoco!).

- Evite colocar objetos sobre el tablero, pueden convertirse en proyectiles.

- No maneje con la mano en la parte superior del volante: En caso de despliegue de bolsa se golpeará la cara.

- Evite confiar en rumores esparcidos por la red.

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