Gana el turismo

A todos los mexicanos.

México y su turismo es mucho más fuerte de lo que piensan algunos.

A pesar de fenómenos de alto impacto a nivel global, como la contracción económica y el surgimiento de nuevos mercados o por la inseguridad y el problema del sargazo, en lo interno, la actividad turística revierte los malos pronósticos.

Es una muy buena noticia que la derrama de ingresos al país por parte de los visitantes extranjeros haya aumentado en más de un dígito el pasado mes de abril, pero mejor aún es que seguirán esperando aquellos que anhelan el desastre y los que a diario le apuestan a que a México le vaya mal en todo.

De acuerdo con las Encuestas de Viajeros Internacionales, del Instituto Nacional de Geografía y Estadística (INEGI), en abril pasado los visitantes internacionales ingresaron al país poco más de 2 mil millones de dólares, lo que representa una favorable variación anual de 17.18 por ciento respecto al mismo periodo de 2018.

Mucho se ha insistido en que la desaparición del Consejo de Promoción Turística de México significaría el desplome de México de las principales posiciones del ranking mundial. También determinados grupos reiteran que la ausencia de una instancia de promoción turística internacional provocará el desplome de la industria y el empleo.

Ni una ni otra, según la información del INEGI, dada a conocer la semana pasada, lo que muestra que el esfuerzo realizado ha valido la pena y que es necesario fortalecer algunas áreas de oportunidades e innovar en promoción, servicios, calidad, atractivos, ofertas, para seguir atrayendo a más turistas.

En abril pasado ingresaron al país 8 millones 73 mil 855 visitantes extranjeros, de los cuales 3 millones 621 mil 537 fueron turistas internacionales, esto es un 9.9 por ciento más respecto al mismo mes del 2018.

A tasa anualizada 2018-2019, el turismo de internación, que es el que llega a nuestro país más allá de las fronteras norte o sur, por vía aérea, terrestre o marítima, aumento 4 por ciento, al llegar a un monto de mil 895.2 millones de dólares, de los cuales el 94.4% se derivó de los turistas de internación y el 5.6% de los turistas fronterizos.

Los turistas que ingresaron por vía aérea a México en abril generaron una derrama económica de mil 675.7 millones de dólares.

El gasto promedio por turista de internación que arribó a México vía aérea, que es aquél cuya estancia en algún punto del país es de al menos una noche-hotel, fue de mil 29 dólares con 57 centavos, 14.8 por ciento más respecto a abril del año pasado.

Un 10.1 por ciento creció en el mes de abril el nivel de turistas que ingresaron a México por vía terrestre; quienes lo hicieron por avión aumentó 31 por ciento en el mes respecto al mismo periodo del 2018.

IMPACTO FAVORABLE EN CDMX

Como muchos otros centros turísticos, la Ciudad de México se ve impactada favorablemente por esta tendencia positiva de la actividad turística. El eje vertebral de la propuesta para visitantes nacionales y extranjeros, “CDMX Capital Cultural de América”, ha tenido un gran reconocimiento.

En el mes de mayo aumentó en un 5.8 por ciento el número de cuartos reservados en la Ciudad de México, lo que representa un freno a la reducción en la tasa de ocupación hotelera que se registraba en los dos últimos años.

Alienta saber que la CDMX, con su amplia oferta turística, cultural, gastronómica, de entretenimiento, turismo de reuniones y grandes eventos, incrementa su nivel de ocupación, la cual aumentará aún más al estar en puerta las vacaciones de verano.

Sin embargo, el plato fuerte para el turismo nacional e internacional está programado para el último trimestre del año: el Premio Fórmula Uno 2019; la Festividad de Día de Muertos; así como una serie de muestras, exposiciones, talleres y recorridos a través de las cuales se resaltará nuestra gastronomía y el rico pasado prehispánico.

En el Fondo de Promoción Turística de la Ciudad de México, que me honro en dirigir, nos tomamos en serio nuestro papel de llevar a la CDMX a los principales lugares del ranking mundial de turismo. Falta mucho por hacer, sí, pero los buenos momentos tenemos que construirlos, no esperarlos.