pierre.rene@eluniversal.com.mx

El cambio climático no tiene soluciones pero debe ser controlado, porque de no hacerlo y de no adaptarse a la problemática el costo para enfrentarlo será más elevado, de manera que Ken Berlin, presidente de The Climate Reality Project —organización impulsada por el ex vicepresidente de Estados Unidos Al Gore— señala que es momento de iniciar una transición a una economía verde, de energías limpias, en la que México se advierte en el futuro como una nación “eficiente energéticamente”.

Por ello, pide una cooperación regional entre México, Estados Unidos, Canadá y Centroamérica para atender las necesidades que el cambio climático llega a provocar a las zonas vulnerables de la región.

En entrevista con EL UNIVERSAL, el experto y colaborador cercano de Al Gore afirmó que “asumiendo el hecho de que debemos de controlar y mitigar el cambio climático, hay que entender que este fenómeno seguirá presente y seguirán habiendo afectaciones por ello, aun si las temperaturas suben menos de dos grados”.

Reconoció el papel de liderazgo de México contra el cambio climático dentro de los países en vía de desarrollo, pues el gobierno de Enrique Peña Nieto fue uno de los primeros en anunciar sus metas para 2030 e impulsa las negociaciones previas a la Cumbre Internacional sobre el Cambio Climático (COP21) que se llevará a cabo en diciembre en París, Francia.

¿Cómo evalúa la situación del cambio climático y qué tipo de acuerdo se espera para la COP21 en París?

—Es un año crítico para abordar el cambio climático en todos los países del mundo porque hay negociaciones sobre este tema que se llevarán a cabo en diciembre en París y que estarán atendidas por 194 países. Creo que hay una muy buena oportunidad de llegar a un acuerdo en esta ciudad, que sería la punta de lanza para dar el paso y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, a fin de controlar el calentamiento global de no más de dos grados Celsius.

Lo que muchas organizaciones están pidiendo para este acuerdo es que se revisen los avances cada cinco años con el propósito de que los compromisos asumidos se realicen. Pedimos cada cinco años y no cada 10 años como se prevé actualmente, porque el costo económico de las energías limpias va a cambiar. Las energías limpias van a ser cada vez más baratas y más competitivas. Por lo tanto, dentro de cinco años, éstas van a ser más baratas y habrá más posibilidades de que el calentamiento global pueda ser controlado a fin de que las temperaturas no suban más de dos grados.

¿Cuáles podrían ser las medidas o acciones para hacer que las temperaturas no suban más de dos grados en el mundo?

—Lo que tenemos que hacer es empezar una transición hacia una economía de energías limpias. La pregunta que se hace en los países en desarrollo es si dejamos las energías fósiles para movernos hacia las renovables. ¿Cómo impactará nuestro crecimiento económico? El tema es que las energías renovables se están convirtiendo igualmente competitivas que los combustibles fósiles en términos de precios y pensamos que la transición hacia una economía verde no tendrá un costo para los consumidores, pues seguirán comprando su electricidad con el mismo precio, sea por energías renovables o por combustibles fósiles.

México tiene muchos recursos naturales a pesar de que se ha enfocado en la producción de petróleo, pero con el tiempo se va a volver más eficiente energéticamente. Estados Unidos ya está impulsando este requerimiento de la eficiencia energética. Eventualmente, los vehículos usarán energías más limpias, pero todo eso va a tomar tiempo. Va a ser una larga transición. No va a suceder mañana. Los países deberían planear para asegurarse que van en la buena dirección para hacer frente a los cambios que van a realizarse en el futuro.

Las energías renovables también necesitan nuevas tecnologías...

—Las tecnologías están mejorando a un ritmo muy rápido. No recuerdo la cifra exacta, pero probablemente entre 10% y 15% al año. Si así continúa habrá al menos una actualización de la tecnología cada dos años. Los precios van a ser cada vez más competitivos. Sólo en lo que se refiere a la energía solar se tendrá un costo más bajo de lo que cuesta actualmente.

Aquí en México ya se está hablando de impulsar la energía solar y la eólica, pero también la energía creada por olas del mar...

—Sí se puede hacer mucho con las olas de mar. Va a tomar tiempo pero efectivamente se convertirá en una fuente energética muy competitiva.

¿Cómo está percibido México en cuanto a sus esfuerzos para combatir el cambio climático?

—México es muy bien percibido. Es uno de los primeros en comprometerse en ello y el primero en vía de desarrollo en hacerlo. En general, México está dando un muy buen paso.

En 2010, el entonces presidente Felipe Calderón tomó un liderazgo sobre el cambio climático en la COP16 en Cancún. ¿Qué debe hacer México ahora para retomar el liderazgo al respecto?

—México es un líder dentro de los países en desarrollo, pero lo que debe hacer para mantener su liderazgo es continuar lo que está haciendo, analizarlo, mejorar y dar otro paso más. También debe hacer que haya menos barreras en el desarrollo de las energías renovables, para impulsar las energías limpias, debido a que prevalecen cuestiones legales. Hay que asegurarse que existe la infraestructura necesaria para que el uso de estas energías puedan ser transferido a todo el país. México está en una buena posición. Felipe Calderón —el ex presidente— fue uno de los líderes del mundo en este asunto. Firmó un buen reporte sobre este tema recientemente.

Muchos países trabajan en desarrollar un mercado del carbono. California ya lo tiene, las provincias de Canadá también y México lo está desarrollando. ¿La creación de un mercado del carbono es la mejor opción en este escenario?

—Es ciertamente una dirección por la que hay que ir y también una buena dirección que tomar. Quebec y Ontario se unieron con California. Se está impulsando un mercado regional del carbono. Es una opción económica eficiente para lidiar con el cambio climático y reducir las emisiones. Hay que considerar otras opciones. Columbia Británica tiene un impuesto sobre el carbono, creo que Alberta también. Hay diferentes opciones para enfrentar este problema, pero este tipo de cooperación regional es muy efectivo.

¿Cómo puede la región trabajar de forma conjunta para combatir el cambio climático?

—Hay muchas opciones que se pueden tomar en cuenta. Con el sistema del tope de emisiones y su comercio (cap-and-trade) los países pueden trabajar juntos en la eficiencia y la interconexión de la red de electricidad, impulsar nuevas tecnologías limpias, alinear la regulación para controlar las emisiones. El pasado 25 de mayo, México, Estados Unidos y Canadá anunciaron la creación de un nuevo grupo sobre cambio climático para trabajar juntos en ello, priorizando temas como la eficiencia de la red eléctrica, el desarrollo de nuevas tecnologías limpias, la alineación de regulación para controlar las emisiones del sector del petróleo y gas. Los países han estado trabajando en esto y están impulsando acciones en el mercado del carbono. Esto hace que el mercado sea más eficiente y que los costos sean más bajos cuando todos están trabajando juntos. Es un paso muy positivo.

México y Centroamérica son especialmente vulnerables ante el cambio climático y los fenómenos naturales como los huracanes, inundaciones y tormentas tropicales. ¿Cuáles podrían ser las soluciones para contrarrestar estas situaciones de vulnerabilidad?

—Lamentablemente no hay soluciones ante estos fenómenos. El punto inicial sería que debemos de controlar el cambio climático, porque de no hacerlo y de no adaptarnos al cambio climático, va a ser cada vez más caro el costo. Asumiendo el hecho de que debemos de controlar y mitigar el cambio climático, hay que entender que este fenómeno seguirá presente y seguirá habiendo afectaciones por ello, aun si las temperaturas suben menos de dos grados. La cooperación regional entre Estados Unidos, México, Canadá y Centroamérica sobre este tema y sobre la adaptación de cómo organizar una emergencia, los pasos que se tienen que tomar para reducir la vulnerabilidad de las comunidades ante el cambio climático, creo que es importante para atender las necesidades de adaptación y mitigación.

¿Esto también implica una mejor planeación de las ciudades, su crecimiento, así como el desarrollo de las costas?

—Así es. No hay ninguna duda al respecto. Tenemos que aprender a trabajar en cómo controlar el desarrollo y en lidiar con el postdesastre. Hay que incrementar la resiliencia y así la gente puede enfrentar mejor las mayores tormentas o el mayor número de inundaciones.

Hay mucho trabajo que se ha hecho hasta ahora en cuanto a la capacidad de analizar dónde se pueden presentar las inundaciones, los impactos de esos fenómenos o el resultado de tormentas. Creo que los países, incluido Estados Unidos, deben determinar una mejor manera de analizar los datos para proteger mejor a la población contra las consecuencias de estos fenómenos naturales.

¿Qué debemos esperar para un acuerdo sobre el cambio climático en París?

—Va a ser un punto de partida crucial, pero no será el fin del proceso. No será el acuerdo el que va a resolver todo. Sería poco real tener esa expectativa, pero va a ser un paso crucial para asegurarnos que podemos hacer frente a esta situación. No podemos tener un acuerdo sobre cómo hacerlo. Será una larga negociación.

Google News

TEMAS RELACIONADOS

Noticias según tus intereses