El centrista proeuropeo Emmanuel Macron y la ultraderechista Marine Le Pen cruzaron ayer duras acusaciones en el debate previo a la segunda vuelta de las elecciones presidenciales, que será este domingo en Francia, con visiones antagónicas sobre economía, lucha antiterrorista e integración europea.

Según una encuesta realizada ante una muestra representativa de televidentes, 63% halló más convincente a Macron, del movimiento En Marcha y 34% a Le Pen. “Su estrategia es decir mentiras, usted no propone nada. Su proyecto se alimenta del miedo y las mentiras”, dijo Macron, ex ministro de Economía de 39 años, a Le Pen, en este mano a mano final seguido en directo por millones de franceses. “Usted es el candidato del sistema y las élites”, le respondió la líder antiinmigración. “Macron es el candidato de la globalización salvaje, de la precariedad, de la guerra de todos contra todos”, enumeró Le Pen, de 48 años, quien abrió el debate.

El intercambio entre los dos aspirantes al Elíseo prosiguió con el tema del terrorismo y la seguridad. La líder de extrema derecha acusó a Macron de ser “complaciente” con el fundamentalismo islámico tras la ola de ataques mortíferos que golpeó a Francia en los últimos dos años.

“Seré inflexible y llevaré la lucha a todos los terrenos, pero la trampa que nos están tendiendo, es la que usted trae, la guerra civil”, replicó un incisivo pero tranquilo Macron, quien describió las propuestas sobre terrorismo de su rival de “pura charlatanería”.

Después de 10 días de una campaña despiadada, Macron sigue liderando cómodamente los sondeos de cara a las presidenciales, con alrededor de 60% de la intención de voto, aunque ha perdido puntos desde la primera ronda, el 23 de abril. Los dos aspirantes buscan seducir a los indecisos y convencer a los abstencionistas de ir a votar el domingo. Según las encuestas, 20% de los franceses aún no han decidido su voto y 30% podrían abstenerse (10% más que en 2012).

La derrota del conservador François Fillon y del izquierdista Jean-Luc Mélenchon, que cosecharon cada uno cerca del 20% de los votos en la primera ronda, dejó un sabor amargo entre una parte de los franceses que se niega a escoger entre Macron y Le Pen.

Frente a una candidata que no tiene nada que perder, Macron, un ex banquero que se somete por primera vez al veredicto de las urnas, se mostró combativo y buscó demostrar que el programa de su rival es “peligroso” para Francia, sobre todo en cuanto a su política económica proteccionista y su promesa de abandonar el euro, aunque en los últimos días ya no aparece como una de las prioridades de Le Pen.

“El euro es la moneda de los banqueros, no es la moneda del pueblo”, “es la razón por la cual debemos salir de [ella]”, afirmó Le Pen, defendiendo su proyecto de pasar de una moneda única europea a una nacional.

“Las grandes empresas no podrán pagar en euros de un lado y del otro en francos a sus empleados”. “¡No tiene sentido!”, sentenció Macron, fiel defensor de la Unión Europea.

Le Pen lo acusó de someterse a la voluntad de Alemania. “De todas maneras, Francia va a ser gobernada por una mujer, o yo o la señora Merkel”.

Macron reviró criticando a Le Pen por su negativa a comparecer ante la justicia en un caso de presuntos empleos ficticios: “El partido de los escándalos, el que no se presenta ante la Justicia, es el suyo, no el mío”, le dijo.

El debate fue el primero en que participa un candidato del ultraderechista Frente Nacional entre las dos vueltas. En 2002, Jacques Chirac, el candidato conservador, se negó a enfrentarse en televisión a Jean-Marie Le Pen, padre de la actual candidata y cofundador del FN, cuyo pase a la segunda vuelta provocó en aquella oportunidad un verdadero sismo político.

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