La violencia hinca a Venezuela, el país sin guerra que está entre los más inseguros del mundo: cada hora cayeron asesinados 2.15 venezolanos en 91 días de enero a marzo de 2016, con 4 mil 696 homicidios.
Las cifras de la Fiscalía General, a las que se añaden 37 muertos por linchamiento en el primer trimestre de 2016, exhiben el por qué del pánico que, a diario y dentro o fuera de sus hogares, persigue a los venezolanos. El Observatorio Venezolano de la Violencia (no estatal) precisó que el número de homicidios subió de 24 mil 980 y una tasa de 82 por cada 100 mil habitantes en 2014 a 27 mil 875 y 90 por cada 100 mil en 2015 y que uno de cada cinco asesinados en América “es un venezolano”.
El Salvador cerró 2015 entre las naciones más violentas del orbe sin estar en guerra y, de acuerdo con datos oficiales, sumó 6 mil 656 y una tasa de 115.8, registró 2 mil 22 de enero a marzo de 2016, a 22.2 por día. Venezuela reportó 51.6 diarios en ese periodo. “Venezuela literalmente tiene un número de muertos superior a [los que deja] una guerra en cualquier parte del mundo”, advirtió el venezolano Luis Cedeño, director ejecutivo de Paz Activa, grupo no estatal que estudia la seguridad pública. “2016 cerrará fácilmente con mucho más de 20 mil homicidios”, dijo Cedeño en entrevista con EL UNIVERSAL.
De octubre de 2008 a diciembre de 2015 hubo 31 mil 545 hechos de violencia —5 mil 872 asesinatos— contra infantes y adolescentes, informaron los Centros Comunitarios de Aprendizaje (Cecodap), ente no estatal de protección de menores. Del total de homicidios, 750 —75 mujeres, 674 hombres y uno sin especificar— ocurrieron en 2015 y de esa cifra, 705 fueron adolescentes y 45 niños o niñas (51% menores de seis años), según Cecodap.
“En una sola semana, y únicamente en Caracas, hay más de 150 homicidios. Pocos escenarios bélicos en el mundo reportan ese número de bajas. En esta violencia homicida participan delincuencia organizada y mega bandas criminales que son contrapeso a las fuerzas de seguridad por las armas automáticas, fusiles y armamento pesado que tienen”, subrayó Cedeño.
“Venezuela, que no está en un contexto bélico, tiene el mayor número mundial de personas muertas y lesionadas por granadas de fragmentación”, narró, al recordar que producir, comercializar y distribuir armas en este país es de exclusiva responsabilidad del Estado.
Aunque las cifras oficiales cuentan mil secuestros al año y hay una cantidad fuera de recuento, ese delito y la extorsión son los de más alto crecimiento, puntualizó, al describir que hay un “embudo de impunidad” porque apenas dos o tres incidentes del total de delitos cometidos llegan a sentencia.
La fiscal general, Luisa Ortega, afirmó que el auge en homicidios se debe a la gran cantidad de armas en poder de la población y pidió “el desarme” de los civiles, incluidas armas lícitas.
El presidente de Venezuela rechazó que el gobierno sea culpable de la inseguridad y adujo el sábado anterior que la violencia en zonas caraqueñas se debe a alianzas criminales de la oposición política con redes del crimen organizado y de la delincuencia común. Con esos arreglos, opositores y delincuentes se confabulan para los asaltos, secuestros, robos y demás delitos que azotan a los venezolanos, acusó.
Pero el Observatorio alertó desde 2014 que “hay un incremento en el miedo” de los venezolanos, que “dejan de realizar actividades, regresan a casa y se encierran más temprano y confían más en la protección de sus vecinos que en la policía. Las personas no se sienten protegidas por las autoridades y perciben que no hay justicia ni castigo”.
Menos de 10% de la población, señaló, “confía en la capacidad del gobierno para enfrentar eficientemente el delito y restaurar la seguridad. El país necesita ser pacificado y reconciliado”, dijo.