Lasier Martins fue presentador de televisión durante 30 años hasta que, en 2013, contó en vivo que dejaba su programa para candidatearse como senador por el Partido Democrático Trabalhista (PDT), de centroizquierda, por el estado brasileño de Rio Grande do Sul.
Luego de ganarle en esas elecciones al ex gobernador Olívio Dutra, del PT (con un resultado que estuvo cerca del empate), Martins llega hoy a un momento que no había imaginado: desoye a su partido, aliado de la presidenta Dilma Rousseff, y dice que 75% de los gaúchos que habitan su estado quiere el juicio político.
“Voy a votar por el impeachment”, dijo ayer a EL UNIVERSAL. “Lo que está ocurriendo es algo inusitado en la vida política brasileña. Por quince años, Brasil estuvo en una caída moral, política y ecónomica, que se agravó cuando Lula fue electo. Él empezó el gobierno con un propósito: perpetuar en el poder al PT. Hizo ricos a los banqueros y benefició a los más pobres, pero dejó afuera a la clase media, que es la mayoría de los brasileños”.
¿Cómo imagina un gobierno del vicepresidente Michel Temer?
—El gobierno de Temer va a ser imprevisible. No es el presidente de nuestros sueños, pero de acuerdo a la Constitución, si cae el presidente, debe asumir el vice. Él está en un verdadero brete: está cercado por los oportunistas de siempre, que quieren ministerios. Y él no va a poder atender a todos.
¿Da Silva estuvo en la Cámara Alta intentando negociar a favor de Rousseff en estos días tan agitados?
—Lula no entró al Senado porque no tiene coraje, pero hizo búnker en un hotel. Ahora está desaparecido y ya no tiene condiciones morales para aparecer. En unas semanas no tengo dudas de que irá preso.
¿Lo dice en serio?
—Sí. Lula da Silva es el mayor protagonista de todo esto. Dilma Rousseff, su hija política, fue colocada como presidenta para guardarle el lugar, y para que Lula volviera. Como poco a poco se fueron descubriendo sus corruptelas, él no quiso presentarse en las últimas elecciones.
Ahora, la corrupción de Petrobras se abrió como una caja de Pandora negra, todo se desmoronó y en el desenlace hay un juicio político para Dilma. Finalmente, luego de muchos años, Brasil va a castigar a los grandes corruptos y engañadores. Dilma es producto de Lula, de esta camarilla.