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La Facultad de Estudios Profesionales (FES) Iztacala, de la UNAM, ha exigido mayor seguridad desde hace años, debido a que alumnos, profesores y trabajadores son presa de asaltos en el transporte público y en la calles aledañas a la institución.
Patricia Dávila Aranda, directora de la FES, solicitó a las autoridades mayor seguridad en los alrededores de la escuela, ubicada en la colonia Los Reyes Iztacala, en Tlalnepantla.
El pasado 26 de julio fue asesinada Rosa Analí, de 23 años de edad, estudiante de la carrera de Médico Cirujano, quien fue agredida con disparos de arma de fuego al salir de su domicilio en Tultitlán, cuando se dirigían al internado que realizaba en un hospital de Cuautitlán.
En septiembre del 2016, trabajadores, académicos y estudiantes de la FES marcharon de la escuela hasta el palacio municipal para exigir mayor seguridad, luego de diversos asaltos a la comunidad universitaria.
La movilización estuvo encabezada por integrantes del Sindicato de Trabajadores de la UNAM (Stunam), quienes recordaron que el 1 de septiembre del 2016 un alumno de la institución fue asesinado en las inmediaciones del Tren Suburbano, en lo que al parecer fue un asalto.
En octubre del 2016, la institución implementó el programa Ponte Vivo, mediante el cual realizaron diversas recomendaciones a la comunidad para prevenir robos.
En ese entonces, autoridades del plantel informaron que al mes registraban 30 asaltos, sobre todo en la vía pública y en las unidades del transporte público que llegan a la escuela, por lo que pusieron en marcha el citado programa.
Mencionaron que el problema de inseguridad no es al interior de la escuela, sino en los senderos que llevan a la institución.
Dávila Aranda dijo que, hasta entonces, registraban solamente una alumna herida con arma blanca durante un asalto y en el resto de los incidentes no hubo afectación física a las víctimas.
La alcaldesa Denisse Ugalde Alegría afirmó, durante una visita realizada a la FES Iztacala, que una de sus principales preocupaciones era brindarle mayor seguridad a la comunidad de la citada escuela, por lo que reforzó la vigilancia en torno al plantel.
Alumnos de la FES Iztacala relataron que eran frecuentes los asaltos registrados en el camino hacia la escuela, sobre todo de la estación del Tren Suburbano, que muchos jóvenes hacen caminando, aunque con la vigilancia policiaca disminuyó la incidencia.
Agregaron que una línea de microbuses que llegan al plantel educativo sólo presta servicio a alumnos y trabajadores de la FES Iztacala, lo que garantiza mayor seguridad.
Tras la muerte de Rosa Analí, las autoridades del plantel lamentaron los hechos y exigieron a las autoridades mayor seguridad, tanto en las inmediaciones de la escuela como en los caminos que utilizan los estudiantes para llegar a ella o para dirigirse a sus prácticas profesionales.