El Titular de la Agencia de Gestión Urbana de la Ciudad de México, Jaime Slomianski Aguilar, sostuvo que la incorporación de una planta de termovalorización cambiará la forma en que se maneja la basura en la Ciudad por un esquema que permite aprovechar el valor calórico de los residuos para transformarla en energía y con ello mover las 12 líneas del Sistema de Transporte Colectivo (STC) Metro.

En la primera sesión de trabajo de la mesa instalada por las Comisiones de Gobierno y de Preservación del Medio Ambiente, Protección Ecológica y Cambio Climático de la Asamblea Legislativa, para a conocer los detalles de la planta de Termovalorización, Slomianski Aguilar sostuvo que la decisión de adoptar dicha tecnología está respaldada en los resultados ambientales satisfactorios que han tenido países de Europa y Asía.

El City Manager afirmó que con este proyecto se contribuirá a la reducción de gases efecto invernadero, ya que se no se enterrará más la basura en los rellenos sanitarios, que representa contaminar a la atmósfera y a los mantos acuíferos.

Afirmó que es impostergable utilizar tecnologías alternativas, modernas y amigables con el medio ambiente, que le dotarán de autonomía de gestión a la Ciudad de México en el manejo integral de los residuos sólidos y terminarán con los altos costos financieros y ambientales que actualmente representación el manejo y tratamiento de éstos.

Slomianski Aguilar sostuvo que entre el círculo de las agrupaciones ambientalistas la noticia fue bien recibida, incluso en su reciente visita, el Premio Nobel de la Paz 2007 Rajendra Pachauri, elogió las acciones del Gobierno de la Ciudad de México ha emprendido en favor del medio ambiente e incluso dijo que podría convertirse en líder mundial para encabezar la lucha climática.

Por su parte, Federico Casares, director de Desarrollo de Negocios de la empresa Proactiva, filial de la firma francesa Veolia, quien resultó adjudicada para diseñar, construir y operar la planta, aseguró que la termovalorización es exitosa porque a diferencia de la incineración tradicional, los residuos inorgánicos se descomponen a través de un proceso de combustión controlado, el agua que se utiliza, con la temperatura se convierte en vapor, mismo que va a una turbina, las cual genera la energía.

Detalló que los gases resultantes se depuran, se limpian previamente a que sean liberados a la atmósfera, cumpliendo con los estándares internacionales de calidad medioambiental, por encima de la norma Norma Oficial Mexicana NOM-098-SEMARNAT-2002. Además de que

la planta no producirá ruido, olores ni contaminantes.

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