CDMX

100 años de las primeras rutas organizadas de camiones

La Ciudad en el Tiempo nos lleva a un recorrido gráfico por los primeros vehículos improvisados que dieron servicio como transporte público en la Ciudad de México

Imagen de los almacenes del Departamento Comercial de la Alianza de Camioneros de México, junto a unos locales de venta de accesorios y refacciones para autos y camiones en la esquina de la avenida Juárez y Balderas. Imagen: “Refaccionaría automotriz”
15/04/2017 |20:18Redacción |
Redacción El Universal
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El 31 de julio de 1916 estalla una huelga de sindicatos que paraliza la ciudad. A ella se le suman el sector eléctrico y la Compañía de Tranvías, cuyos trabajadores exigían modificaciones a las condiciones laborales y un ajuste salarial. Ante la falta de transporte, casi de forma simultánea, un buen número de choferes de alquiler y dueños de autos particulares, modificaron sus vehículos a fin de poder adaptar un chasis y llevar más pasajeros en la parte posterior de sus unidades, la mayoría maltrechas.

Los improvisados chasis fueron construidos con diversos materiales, principalmente tablas horizontales amarradas a manera de cajas con asientos laterales para 6 y 8 personas. Los osados pasajeros arriesgaban su integridad física en cada viaje.

La huelga finalizó, más la proliferación de estas nuevas unidades se había extendido por las calles y la competencia entre los tranvías y los pequeños camiones iba en aumento.

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Al no estar sujetos a rutas específicas ni a horarios o costos fijos, el caos reinó por varios meses en la naciente industria del camión o autobús urbano. Ante tal situación, en 1917, el Gobierno capitalino decide actuar y asigna los primeros permisos a líneas y rutas determinadas.

La primera línea organizada que nace con todas las de la ley en la capital, es la llamada “Santa María Mixcalco y Anexas”. El permiso es otorgado a un grupo de vecinos, dueños de unas camionetas, quienes se habían apalabrado con unos choferes con los que habían acordado trabajar por las calles de la zona y sus alrededores en beneficio mutuo. La concesión les fue otorgada inmediatamente y sirvió de ejemplo para otras rutas que se fueron creando a la par de la original. Entre 1918 y 1923, el 90% de todas las líneas de camiones urbanos hasta antes de los años cincuenta quedaron formalmente constituidas.