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El gobierno capitalino pondrá en operación dos plantas de tratamiento de residuos sólidos, a través de las cuales se evitará el envío de 8 mil toneladas diarias de basura a los rellenos sanitarios del Estado de México y además generarán energía eléctrica.

Se trata de una planta de biodigestión para el aprovechamiento de los residuos orgánicos que genera la Central de Abasto y una de termovalorización, a la que se enviaría la basura inorgánica que generan los capitalinos.

Jaime Slomianski, director general de Servicios Urbanos de la Secretaría de Obras y Servicios (Sobse), explicó que la planta de biodigestión —que podría ubicarse a un costado de la Ceda— tendrá una capacidad para recibir entre mil 500 y 2 mil toneladas al día, las cuales pasarán por un proceso de deshidratación que derivará en la obtención de gas metano, el cual —luego de pasar por una serie de turbinas— generará energía eléctrica.

“Es una planta que requiere de un terreno de cinco a seis hectáreas, son unas cámaras de biodigestión de proceso continuo, anaeróbicas. La basura se descompone naturalmente en siete años, esta tecnología obtiene el gas en un proceso de 21 días; reduce de 7 años a 21 días el proceso para captar el gas; se deshidrata todo lo orgánico y el resultado es un digestato sin olor y sin gas, que con algunos componentes se convierte en composta o fertilizante de alta calidad”, detalló.

En entrevista con EL UNIVERSAL, Slomianski Aguilar indicó que la planta de termovalorización podría recibir hasta 4 mil 500 toneladas de residuos inorgánicos al día. “Sería una de las plantas más grandes del mundo” y de la cual también se obtendría energía. Aún se estudian opciones de terrenos en las delegaciones Iztapalapa, Gustavo A. Madero, Tláhuac y Álvaro Obregón para su instalación.

Precisó que con la puesta en operación de ambas —de las cuales se espera tener listos los proyectos este mismo año— se aprovechará 90% de las 8 mil toneladas que actualmente se envían al Estado de México.

Energía. El director de Servicios Urbanos enfatizó que ambos proyectos forman parte del programa Basura Cero, por lo que su objetivo es el de reducir al máximo la generación de basura, aunque se ha encontrado que uno de los beneficios es que la energía eléctrica que se obtenga de estos procesos podrá ser utilizada para abastecer al Metro, el Sistema de Aguas de la Ciudad de México o al Sistema de Transportes Eléctricos.

“La energía no es necesariamente la más barata del mercado, tampoco es la más cara, entonces lo que estamos valorando es utilizar el presupuesto que hoy tenemos para comprar la energía a CFE para estas áreas de la ciudad y ese presupuesto usarlo para estos proyectos”, dijo.

Sobre el monto de inversión que ambos proyectos requerirán, Jaime Slomianski indicó que los costos aún no están definidos pues dependen del esquema de financiamiento que determine la Secretaría de Finanzas, así como del precio del dólar. Sin embargo, aseguró que en esta administración quedarán concretados.

“El proyecto tiene que salir, el ajuste al presupuesto sí afecta, pero el jefe de gobierno ha instruido que hagamos lo que tengamos que hacer, pero el proyecto tiene que salir porque es una necesidad para el gobierno y los que vivimos en esta ciudad”, sentenció.

A diario, en la ciudad generan 13 mil toneladas de basura de las cuales mil 500 son usadas por los recolectores, hasta mil 800 (orgánica) son enviadas a la planta de composta y mil toneladas son utilizadas como combustible; las 8 mil restantes son enviadas a los rellenos sanitarios.

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