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Para determinar las causas de la muerte del gorila de tierras bajas Bantú, la Secretaría del Medio Ambiente (Sedema) envió muestras virales del animal a un laboratorio especializado en grandes simios, ubicado en Texas, Estados Unidos.

Fernando Cortés Villavicencio, director Técnico y de Investigación de la Dirección General de Zoológicos y Vida Silvestre, informó que en la necropsia del ejemplar participan tres laboratorios: la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia de la UNAM, el Instituto de Ciencias Forenses y el ubicado en Texas.

“Estamos corriendo estudios de histopatología, eso significa que son estudios donde tomamos un trozo de donde vimos lesiones de los órganos de Bantú, para poderlos nosotros observar al microscopio, lo que vamos a observar ahí es una celularidad de diferentes maneras. Estamos tomando muestras de toxicología, sobre todo para ver la cuestión de los medicamentos y estamos también esperando unas muestras virales que se mandaron a un laboratorio en Texas, que específicamente corre información para grandes primates”, explicó.

En entrevista con EL UNIVERSAL, Cortés Villavicencio dijo que a raíz de la muerte de Bantú se buscó un laboratorio especializado que brindara mayor certeza sobre los resultados de la necropsia y se determinó enviar a Texas, mientras que con la UNAM se cuenta con un convenio para realizar este tipo de procedimientos. Señaló que podría ser la próxima semana cuando se tengan listos los resultados de los tres laboratorios, aunque para conocer la causa de la muerte del animal aun faltarán más análisis.

“La discusión real se va a realizar cuando nos sentemos en la mesa de trabajo, donde va a haber diferentes especialistas. No va a haber un resultado de ningún laboratorio que diga qué pasó, son resultados que nosotros tenemos que empezar, como médicos, a interpretar para realmente saber qué era lo que estaba sucediendo, en específico con el organismo de Bantú”, dijo.

El director Técnico y de Investigación de Zoológicos apuntó que para ello se integrará una mesa de trabajo con especialistas en el uso de anestesia en animales, así como en el manejo de grandes simios. “La idea es poder discutir esos elementos que nos van a dar los diferentes laboratorios para, con esos elementos, poder determinar, adecuadamente, la causa de la muerte. El día de hoy no tenemos una causa exacta”, sentenció.

Los antecedentes. Fernando Cortes indicó que Bantú ya había sido anestesiado con anterioridad en 2010, en esa ocasión se le aplicó la dosis “según su expediente, para un manejo cotidiano, para tomar una muestra de sangre y revisar en qué condiciones se encontraba”, sin que tuviera reacción alguna.

Insistió en que los medicamentos aplicados al ejemplar, incluida la medetomidina, así como las dosis fueron las adecuadas. “Es un medicamento permitido para gorilas, se utiliza en muchas partes del mundo”, afirmó.

Y reiteró: “hay varias referencias bibliográficas donde está recomendado el uso de la medetomidina para grandes simios, hay dosis para gorilas, orangutanes, chimpancés y en relación a eso es que tomamos la decisión de generar un protocolo interno. (...) No es la primera vez que médicos del zoológico anestesian un animal”.

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