Inaugurado en septiembre de 2012, el conjunto monumental de Atzompa es el “hermano menor” de la Zona Arqueológica de Monte Albán, sitio ceremonial zapoteca ubicado en la zona conurbada a la capital de Oaxaca, pero es a la vez un lugar poco visitado, debido a su escasa promoción.
La zona de vestigios prehispánicos se ubica en el cerro Bonete, del municipio de Santa María Atzompa, y se localiza justo enfrente del montículo del principal centro zapoteca más importante de la entidad, que en 1987 fue declarado Patrimonio de la Humanidad por parte de la UNESCO, junto con el Centro Histórico de la ciudad.
Este lunes, en el inicio de la segunda semana vacacional, EL UNIVERSAL visitó el sitio; sin embargo, alrededor de las 10:30 horas únicamente había dos turistas, mientras que el acceso para vehículos se encontraba cerrado con cadena y candado, y había sólo tres trabajadores, ninguno de ellos directivos del área.
La zona se localiza a unos 10 kilómetros al suroeste de la capital; en la vía que conduce a la localidad de San Pedro Ixtlahuaca se toma una desviación de aproximadamente cuatro kilómetros de vía pavimentada para llegar al lugar, el cual cuenta con todos los servicios.
De acuerdo con el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), en el rescate de la zona arqueológica, que llevó aproximadamente seis años, participaron también la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol) y la Fundación Alfredo Harp Helú.
Se trata de una urbe zapoteca que fue ocupada entre los años 650 y 900 después de Cristo; fungió como una ciudad satélite de Monte Albán y abarca un área aproximada de cuatro kilómetros cuadrados.
Atzompa se caracteriza por una arquitectura sumamente delicada desarrollada alrededor de plazas pequeñas y privadas; las dos residencias, conocidas como “Casa de oriente” y “Casa de los altares”, sugieren la presencia de al menos dos familias asentadas en lugares privilegiados, desde donde se aprecia todo el valle central de Oaxaca, incluyendo la capital.
Según el INAH, a diferencia de Monte Albán, en este sito “eran más humanos y menos dioses”, dado el menor énfasis en las construcciones religiosas monumentales.
El área está situada en cuatro terrazas con pequeños montículos, templos, una unidad administrativa, un adoratorio y tres juegos de pelota, uno de ellos considerado el más grande de la región zapoteca, y los dos restantes asociados a casas de alto rango.
En mayo de 2012, investigadores del INAH descubrieron el entierro de un individuo de altor rango de la antigua sociedad zapoteca y su ofrenda; entre los objetos se halló una vasija roja con un rostro humano, que se estima data de entre 650 y 850 después de Cristo.
A la entrada del sitio se ubica un Museo Comunitario, en el que se exhiben 140 piezas encontradas en la zona arqueológica y destacan objetos cerámicos como ollas de grandes dimensiones; a diferencia de Monte Albán, en Atzompa aún no se han localizado objetos de oro u otro metal precioso.