El ambientalista Gustavo Castro Soto afirmó que durante su estancia en Honduras se ha sujetado y contribuye con el proceso indagatorio por el homicidio de la activista Berta Cáceres, asesinada el 3 de marzo, y reiteró que seguirá colaborando “para que se haga justicia” una vez que retorne a México.

El ambientalista residente en San Cristóbal de las Casas expuso en una carta fechada el 15 de marzo en el país centroamericano, que aunque las autoridades le dijeron en diversas ocasiones que podía dejar el territorio “incluso, dispusieron de un helicóptero para salir de La Esperanza (departamento de Intibucá) a Tegucigalpa, a última hora me solicitaban que me quedara para nuevas diligencias, lo que siempre he aceptado”, sostuvo.

Por ahora, relató, ha hecho lo que le permiten sus posibilidades. “Tengo vida, tengo familia. Desde México nunca dejaré de apoyar y siempre estaré dispuesto a ayudarlos para encontrar la verdad”, aseguró.

Aludió que para tal fin existe entre ambos países “un tratado sobre asistencia jurídica mutua en materia penal entre “los Estados Unidos Mexicanos y la República de Honduras”.

Castro Soto, quien coordina la organización Otros Mundos, aseveró que desde México proseguirá su responsabilidad “histórica” con el pueblo hondureño, con Berta, su familia y el Concejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas (Cpinh) que la extinta encabezaba.

“En mi cuerpo llevo tatuadas las heridas para toda la vida que nunca me dejarán olvidar este compromiso”, asentó.

En su misiva fechada en Tegucigalpa, dirigida al pueblo de Honduras, el activista mexicano dijo que no está arrepentido por la experiencia acontecida.

“Pese a todo lo vivido no me arrepiento de haber venido ni de haber sido elegido por el destino para poder despedirme de mi querida amiga; me duelen tanto mis heridas aunque ya van cicatrizando, pero me duele más el dolor del querido pueblo hondureño que no se merece esto, nadie nos lo merecemos”, les dijo.

En estos días de espera para reunirse con los suyos, dijo que gente de Honduras le ha expresado su afecto solidario; asimismo, ponderó la trayectoria de Berta Cáceres en su lucha por un país más digno y justo.

El espíritu de Berta “crece en el corazón del pueblo hondureño, porque no la enterramos sino que la sembramos para que desde La Esperanza, alimente la esperanza”, manifestó.

En la misiva agradece el apoyo del Copinh, integrado, expuso, por gente sencilla y digna de sus ancestros, que lucha por preservar su identidad, sus orígenes y su respeto a la naturaleza.

Castro Soto les dijo además que constituyen un ejemplo de dignidad de las organizaciones sociales, campesinas, indígenas y garífunas y “que luchan por un país mejor”.

El ambientalista, por cuyo retorno se pronuncian reiteradamente autoridades, organizaciones y organismos no gubernamentales, reconoció a la embajadora Dolores Jiménez y al consulado adscritos en Honduras por su apoyo, “que me han recibido con los brazos abiertos y protectores para poder hacer frente a esta situación tan adversa”.

spb

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