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Valiéndose del temor universal que es conocer a los suegros, el director Jordan Peele disfraza de comedia en ¡Huye! lo que al final se vuelve una cinta de terror que en EU lleva 175 millones de dólares de los 4.5 que costó.

La premisa es sencilla, Cris (Daniel Kauuya) es un joven afroamericano de nobles intenciones que tras meses de relación decide conocer a los padres de su novia Rose (Allison Williams). Temiendo ser rechazado por ser negro y su enamorada blanca, cuestiona si es una buena idea hacerlo. Al final deciden hacerlo y la pareja se embarca hacia la reunión en la que el terror irá en aumento al darse cuenta que aunque en un inicio los suegros son perfectos y amorosos, pero también guardan grandes secretos.

Este filme de bajo presupuesto es el debut como director del comediante Jordan Peele, quien en entrevista dice que decidió mezclar en su trabajo el terror y la comedia para mostrar desde otro ángulo el racismo que aún impera en Estados Unidos y el mundo.

La premisa es un tanto similar a la que en 1967 protagonizó Sindey Pottier en Alguien viene a cenar esta noche, comparación que a Jordan no le preocupa, pues explica que en realidad para él lo más preocupante es que medio siglo después aún existan problemas de racismo. “Es una coincidencia. Lo irónico es lo poco que ha cambiado. Se siente como el mismo monstruo llamado racismo, sólo cambió la forma en que se da. La razón por la que Alguien viene a cenar esta noche conectó es porque habla de una historia sobre raza”.

Para el realizador su película debería de conectar, tanto con aquellos que se sintieran identificados en los protagonistas como con los que no, por ello decidió partir de un temor universal.

“Todo el mundo comparte el miedo a los suegros. Cuando escribí el guión supe que, si quería conectar, tenía que partir de un racismo universal para llegar a uno en específico”, explicó.

Jordan es un veterano en la comedia, lleva más de una década haciendo reír a millones en su trabajo en proyectos como Key and Peele, Little Fockers y Modern Family.

El director señaló que tras pensarlo mucho encontró que sólo a través del género de terror podía retratar la sensación de miedo que produce ser un extraño en un lugar desconocido.

“Definitivamente tenía que ser horror. Quería contar una historia sobre alguien que siente la paranoia de ser distinto. La idea de sentirse excluido entre la gente que se conoce, que tiene chistes privados. De ahí partió mi idea por querer que fuera horror, es un género que, para lo que quería, aportaba más que cualquier otro”, señaló.

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