El rancho de Clint Eastwood y la buena vida

En la Península de Monterey, a dos horas y media de San Francisco, Carmel-by-the-Sea es sinónimo de espectaculares settings naturales, ambiente up-scale y conciencia eco-friendly. Concurrido por socialités y celebridades, su historia se remonta a 1771, cuando Fray Junípero Serra fundó la Misión de San Carlos Borromeo sobre la loma de una colina frente a Carmel Bay.

Fue hasta principios del siglo pasado cuando Carmel-by-the-Sea empezó a crecer alrededor de un ecléctico grupo de jóvenes artistas, escritores e intelectuales. Se inició entonces el desarrollo inmobiliario de la zona a través de la venta de lotes baratos con facilidades de pago y se comenzó la construcción de las primeras casas de marcado acento victoriano.

Esta villa de poco más de 2.5 kilómetros cuadrados mantiene su fama como uno de los spots más cosmopolitas y bohemian chic del mundo.

Destino ‘hip’

Con más de 100 estudios y galerías de arte y un extenso calendario de eventos culturales (el Festival de Bach que se celebra justamente en julio es un must), es considerado por muchos el epicentro de la vida artística de la costa central de California. Es 100% pet-friendly y un place to be tanto para quienes buscan unos días de relax en un destino de playa tranquilo y limpio, como para los apasionados del shopping y la moda hip.

Dónde dormir

El célebre actor y director Clint Eastwood es uno de los personajes que han contribuido a consolidar la reputación de Carmel-by-the-Sea. Su hotel boutique Mission Ranch (www.missionranchcarmel.com) es todo un icono local y una alternativa para descansar rodeado de naturaleza y a unos minutos del centro.

Para comer

En este encantador pueblo estilo europeo no existen las cadenas de restaurantes fast food. Visita alguna de las salas de degustación de vinos y boutiques gourmet, como Scheid Vineyards (vinos orgánicos de producción limitada) o Nielsen Market (de las mejores cavas locales).

Para desayunar o comer en plan relajado sugiero La Bicyclette, de cocina ítalo-francesa. Su panadería artesanal y platillos al horno de leña son los estelares. Y para cenar mariscos con acento asiático está Flying Fish Grill.