viridiana.ramirez@eluniversal.com.mx

Viejitos, tetechos, candelabros y saguaros rodean la cabaña. La vista me alcanza para identificar una familia de 100 pitayos reflejándose sobre un espejo de agua. Esta noche duermo custodiada por un ejército de 5 mil cactáceas que le dan vida a la Reserva de la Biosfera Tehuacán-Cuicatlán, entre los límites de Puebla y Oaxaca.

El terreno se aprecia mejor cuando el sol ilumina los valles verdes donde alguna vez existió un mar y vivieron los popolocas, cultura descendiente de olmecas.

El recorrido guiado por un guardabosques inicia en el gran Jardín Botánico Helia Bravo Hollis para saber los secretos que las plantas contienen en su sabia.

Hay cactáceas que alivian el dolor de huesos; el garambullo espanta el hambre; otras atrapan las malas energías. Las biznagas y las patas de elefante me asombran con sus 10 metros de circunferencia. Dan ganas de abrazarlas.

Las mujeres de barro

Después de la clase de botánica (de tres horas y media), emprendemos camino a Los Reyes Metzontla. La comunidad se asienta en las faldas del Cerro del Cuthá, otro guardián de la reserva.

Llegamos a una cooperativa de mujeres dedicadas al arte del barro bruñido, característico por su brillo natural que se obtiene al frotar la pieza con piedras de río durante varios días. Ahora me toca a mí esculpir una pieza pequeña, con la ayuda de una maestra artesana.

Mientras el barro seca, visitamos la casa de la familia Negrellos, dedicada a elaborar mezcal artesanal de pechuga, que fermentan con frutas y pechugas de gallina y guajolote.

Lo pruebo. Me enseñan que el buen mezcal se bebe en jicaritas y puede acompañar un mole negro (de hecho ya se está cocinando). Antes del festín recorremos el palenque donde muelen las piñas de agave con una rueda de piedra jalada por un caballo.

Huellas prehistóricas

El último día me llevan a San Juan Raya. Fue territorio de dinosaurios. Para demostrarlo, los mismos habitantes ofrecen recorridos a pie o en bici para encontrar huellas y caracoles petrificados.

Inician en el Museo Paleontológico, con esqueletos de reptiles. La cereza del pastel está al aire libre, en el suelo bañado por el mar de Tethys hace 110 millones de años.

En esta zona perduran más de 30 huellas de dinosaurio. El tiempo solo me alcanza para conocer la mitad, el resto queda pendiente para una futura travesía.

GUÍA DEL VIAJERO

Quién te lleva: Totonal Viajes realiza la expedición para grupos de seis personas por un fin de semana. Web: www.totonal.com

Cuánto cuesta: 3 mil 500 pesos por persona. Incluye transportación redonda desde la CDMX, hospedaje en cabaña, alimentos, recorridos guiados y una botella de mezcal como souvenir.

La reserva en línea: tehuacan-cuicatlan.conanp.gob.mx


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