A los 12 años, Marian Silvera es la autora más joven que haya participado en la . La pequeña debutante venezolana presenta Mi pastelería, también disponible en inglés, sobre una chica pastelera que lucha por sus sueños de abrir su propio negocio.

"Creo que mi amor a leer se convirtió en un amor a escribir", dijo Silvera el jueves en una entrevista en el puesto donde exhibe su libro, mientras autografiaba ejemplares a los compradores.

Relató que desde muy temprano comenzó a contar historias con personajes propios. Las escribía en un cuaderno, ella misma las ilustraba y las entregaba a su mamá para que los guardara.

"A las personas que se los enseñaba les encantaba", dijo la pequeña.

Sin embargó, cuando terminó de escribir el cuento sobre una joven que sueña con tener su propia pastelería, su madre tardó una semana en dar crédito a que en efecto su hija, que apenas tenía 11 años en ese entonces, había sido la autora.

La niña narró que escribió la obra en inglés durante una semana en la que no había clases. Cada mañana ella escribía un poco. Al terminar la historia la guardó en la computadora.

"El cuento estaba escrito en inglés y me parecía que no solo estaba bien escrito, sino que tenía mucho ingenio, era divertido", dijo Adriana Silvera, la madre de Marian. "Era un cuento que me pareció excelente".

Luego de cerciorares de que la historia era de hecho de la creación de su hija, la compartió con una persona vinculada a las editoriales quien recomendó su publicación.

La autora dijo que el tema del cuento tiene que ver con el hecho de que a ella le encanta jugar con sus amigas a hacer "pasteles, cupcakes y brownies".

"Es un cuento de una señora que soñaba con tener una pastelería. Y la historia se trata de todo lo que ella hace y todo el trabajo duro que ella pone para tener su pastelería", dijo.

Espera que su libro, con ilustraciones de Vera Cojocaru, "inspire a los jóvenes para que persigan sus sueños y no se rindan. Que trabajen duro porque al final su sueño puede cumplirse".

La obra también resalta el valor de la solidaridad. Marian contó que cuando escribió la historia tenía tres finales a escoger.

"Pero el que más me gustó fue cuando la protagonista acepta la ayuda de su familia y de sus amigos para hacer su pastelería. Ese fue el final que a mí me gustó porque a mí me gusta la gente que ayuda a las otras personas".

Marian y su familia son venezolanos y residen en Panamá desde hace siete años. Su padre es ejecutivo en un banco y su madre es psicóloga.

La publicación de su obra fue un esfuerzo familiar y contó con un apoyo privado. El dinero que se recaude de la venta será donado a una fundación que provee alimentos y medicinas a personas necesitadas en Panamá.

Impreso hace pocas semanas con la idea que estuviese listo para la feria, que comenzó el martes, Mi pastelería tendrá su lanzamiento oficial el viernes en el marco del evento literario.

sc

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