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Los programas de apoyo a la industria, al comercio exterior y a la inversión en 2017 pueden tener un presupuesto casi 50% menor al programado en este año, de aprobarse el paquete presupuestal propuesto por el Ejecutivo.
En total, los recursos para impulsar la manufactura de software, la competitividad, la productividad y apoyos a la exportación y atracción de inversiones, que en 2016 registraron un monto aprobado de 2 mil 29 millones de pesos, se plantea reducir a mil 81 millones, de acuerdo con el proyecto económico 2017.
El programa nacional de Financiamiento al Microempresario (Pronafim), que surgió en la administración de Vicente Fox, prácticamente va a desaparecer, pues de un presupuesto de 246 millones de pesos sólo va a quedar en 7.9 millones.
Para el Programa para el desarrollo de la industria y del software y la innovación (Prosoft) el planteamiento es reducirlo de 856.3 millones de pesos del presente año a 215.3 millones en el próximo, es decir, adelgazarlo 74%.
Mientras que el programa para la productividad y competitividad de la industria, de 307 millones de pesos que se aprobaron ejercer en 2016, sólo va a quedar en 157.8 millones, lo que implica que para 2017 se tengan 48% menos recursos.
El presupuesto de ProMéxico, organismo encargado de promover el comercio exterior y la inversión, es de los rubros que menos reducciones plantean. De 856 millones de pesos que se aprobaron en 2016, se propone bajarlo a 708.9 millones en 2017.
El director de la Asociación Nacional de Importadores y Exportadores de la República Mexicana (ANIERM), Luis Enrique Zavala, explicó que ante el entorno económico interno y externo que se presenta y de los discursos de los candidatos estadounidenses contra el Tratado de Libre Comercio de América del Norte es necesario tener una política más agresiva.
Lo mejor sería que no haya ajustes en el presupuesto de ProMéxico, que no se afecte más el monto de recursos que se le dan, porque había sido objeto de otro ajuste en 2016, dijo.
Hay muchos apoyos que tienen efectos cualitativos, más que cuantitativos, que tienen beneficios positivos en las empresas, por lo que un recorte “puede tener efectos nocivos y sí preocupa al sector”, porque los recursos son insuficientes, lo que explica la existencia de muy pocas empresas del comercio exterior, dijo Zavala.
Para el consultor en comercio exterior, presidente de Grupo EI y expresidente del Instituto Mexicano de Ejecutivos en Comercio Exterior (IMECE), Manuel Díaz, el gran problema es que hay muchos programas que en realidad “no han dado nada”.
Ojalá, comentó, el recorte sirva para reenfocar programas, pero no a proyectos tradicionales, sino que sean estructurados que reflejen la realidad del país y se enfoquen a sustituir importaciones, en lugar de que se compre del exterior gran cantidad de equipo, material e insumos que se integran a productos de exportación.
“Prácticamente no tenemos casos de éxito, más que muy limitados resultados que justifican tal inversión en comercio exterior y en otros apoyos”, lo que debe hacerse es no gastar en patrocinios de feria a menos de que se tengan bien identificados los clientes a los que se puede llegar, dijo Díaz.
En 2015, el Ejecutivo propuso fusionar programas de apoyo a la industria, mismos que se autorizaron, de manera que para 2016 se unieron cuatro programas y surgieron dos.
El subsecretario de Industria y Comercio de la Secretaría de Economía, Rogelio Garza, expuso a inicios de año que se fusionaron los programas para Desarrollo de la Industria del Software y el Fondo Nacional de Innovación.
Los programas para el Desarrollo de la Productividad de las Industrias Ligeras y el de Apoyo para la mejora tecnológica de las industrias de alta tecnología desaparecieron y se creó el Programa para la Productividad y Competitividad Industrial.