Copenhague.— El Nobel de Economía de este año premió las contribuciones del estadounidense Oliver Hart y el finlandés Bengt Holmström a la teoría de los contratos, con múltiples aplicaciones que van desde la legislación sobre quiebras hasta las constituciones nacionales.
Hart y Holmström crearon “herramientas inestimables” para la comprensión de contratos en la vida real, así como para resolver posibles “escollos” en su diseño, de acuerdo con el fallo difundido por la Real Academia de las Ciencias Suecas.
Los trabajos de los dos economistas han servido para desarrollar un esquema integral para aspectos diversos en la elaboración de contratos, como los pagos a ejecutivos basados en su rendimiento, las deducciones y copagos en los seguros y la privatización de actividades del sector público.
Aunque el problema de suministrar incentivos a los empleados ha sido conocido durante mucho tiempo, no fue hasta finales de la década de 1970 que se convirtió en objeto preferente del análisis económico, sobre todo en los contratos en los que el principal (empleador) no puede observar directamente al agente (contratado).
Holmström defendió entonces que el contrato debe ligar pagos a la información relevante para los resultados y que el contrato ideal debería equilibrar “de forma cuidadosa” los riesgos e incentivos, explica la Academia.
En trabajos posteriores Holmström generalizó esos resultados a parámetros “más realistas”, como cuando los empleados no sólo son recompensados con pagos sino también con una potencial promoción; cuando invierten esfuerzos en varias tareas y sólo algunas son observadas por la empresa, o en los trabajos en grupo.
La aportación de Hart, que comenzó a mediados de la década siguiente, se centró en una de las ramas de la teoría contractual, la de los contratos incompletos, que se ocupa del diseño de contratos cuando las partes no son capaces de articular de forma realista y de antemano términos detallados.
Hart sostiene que esos contratos deben especificar en su lugar quién tiene el derecho a decidir qué hacer cuando no hay acuerdo: la parte que lo obtenga tiene mayor poder negociador y puede lograr un mejor trato una vez haya materializado el resultado.
La parte con más derechos verá reforzados sus incentivos para tomar ciertas decisiones, por ejemplo la inversión, mientras que se verán debilitados en la otra.
El de Economía es el único de los seis Nóbeles que no fue instituido por el sueco Alfred Nobel, sino por el Banco Nacional de Suecia en 1968.