El joven director de la firma en México, conversó con Autopistas sobre el posicionamiento de la marca en territorio mexicano, habló del significado social de estos automóviles de súper lujo, la infraestructura urbana en México apta para el manejo de estos coches, además de la bonanza del sector premium de consumidores nacionales que ha permitido hacer de Lamborghini una compañía rentable y en ascenso constante.

¿Cuál ha sido la situación en el segmento de autos de súper lujo en México?

—La situación ha sido favorable. Empezamos en 2010, momento en el que México y el mundo se estaban recuperando de una súper crisis y en los últimos cinco años, el segmento de los autos de lujo ha crecido más que el segmento de los coches normales. En el caso específico de Lamborghini, la marca está atravesando por un buen momento en términos de ventas, el año pasado se rompió el récord a nivel mundial, y este año en septiembre se superó la meta del 2014. En México, vamos muy bien, estamos posicionados como el primer mercado en Latinoamérica para la marca en términos de ventas.

En la República Mexicana, ¿cuál es la mejor plaza para comercializar?

—Sin duda la Ciudad de México es la plaza más grande, seguida por Monterrey; aunque hemos vendido también en muchos otros lugares, como ha sido en los estados de Guadalajara, Puebla, Yucatán, Quintana Roo, en la zona del Bajío y por supuesto, el Estado de México.

¿La infraestructura de la Ciudad de México es la ideal para circular con estos autos?

—Sí. Son dos cosas. Desde el punto de vista de la infraestructura ha mejorado considerablemente en los últimos años: calles, vías rápidas, etcétera. Por otro lado, han mejorado los coches, incluso más que la ciudad y casi todos los modelos que tenemos (me refiero a 9 de cada 10) tienen un

Lifting System que levanta la suspensión delantera que pasa de estar de los 11 o 12 centímetros que normalmente está del piso, a cinco más; con eso libras los topes y otros obstáculos sin problema, entre otras mejoras que ayudan al manejo. Incluso tenemos clientes que manejan sus automóviles como de uso diario.

¿Lamborghini es sinónimo de masculino?

—Yo creo que sí. De hecho, considero que es de las marcas en este segmento en donde la proporción de dueños hombres es muy alta, alrededor de 9 de cada 10. Es una marca muy exótica y agresiva, con una personalidad muy fuerte, y con un desempeño muy alto. Muchos de los que los compran es porque quieren el auto más rápido, así que sí, es una marca muy masculina.

En tu visión, ¿hacia dónde va el futuro de la industria automotriz en este segmento?

—De entrada, cada vez hay más marcas, es un mercado que está creciendo a nivel mundial y nacional y las firmas que están presentes cada vez sacan más modelos. En Lamborghini, por ejemplo, se acaba de confirmar la producción de una SUV para 2018, somos una marca que hace 15 años sólo tenía un producto, y actualmente tenemos dos: El Aventador y el Huracán, con sus diferentes versiones, en poco más de dos años, serán entonces tres. Esa es la tendencia de las marcas del segmento, tener cada vez una variedad más amplia de productos. Al mismo tiempo, se comenzarán a manejar diferentes tipos de motores, ya no sólo los aspirados naturales (que, por cierto, personalmente son mis preferidos), sino que vienen cada vez más los turbos, los híbridos, y demás. Sin duda, ningún vehículo se siente igual con este tipo de asistencias, pero lo que si es completamente necesario es apegarse a las regulaciones internacionales de emisiones contaminantes.

Me parece que el mercado va a seguir creciendo, tiene mucho potencial hacia arriba. En marcas como la nuestra, antes ver uno rodando en las calles era un acontecimiento del que te ibas a acordar toda la vida, en cambio ahora si bien sigue siendo exclusivo, circulan más por nuestras calles y las personas se dan cuenta de que los puede usar cada vez más.

¿Cómo se encuentra la marca en materia de responsabilidad social?

— En este segmento, Lamborghini es un pionero importante. La fábrica se acaba de declarar neutral a las emisiones de carbono. La intención es contrarrestar lo que los autos puedan contaminar con actividades ecológicas y con desarrollos sustentables en su producción, como el uso de fotoceldas; aunque la verdad es que, en volumen, se venden tan pocos Lamborghinis en el mundo y circulan tan poco que comparados con otras marcas de modelos de línea, el impacto ambiental que provocan es mínimo.

También, a través de los materiales tan ligeros con los que se construyen los vehículos, se refleja el compromiso con el medio ambiente.

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